Ir al contenido principal

Profeta 211

Es inevitable. El estreno del filme francés Un profeta coincide demasiado en el tiempo con la buena racha de Celda 211 y su culminación en forma de Goyas. Imposible evitar las comparaciones. Si bien son diametralmente opuestas en el contenido, su envoltorio entre rejas obliga a enmarcarlas dentro de ese género llamado drama carcelario, aunque una se acerque más que otra a la definición estricta del concepto. La película de Jacques Audiard huye de la acción trepidante para adentrarse de manera más profunda en la realidad de una prisión sin renunciar a un denominador común como la violencia.
La primera hora de la cinta francesa deja en segundo lugar a Celda 211. Sin recurrir al motín carcelario como arranque eficaz, Audiard nos introduce, junto al protagonista, en una trama agonizante y, por momentos, aterradora. Malik El Djebena, un joven árabe de diecinueve años, ingresa en prisión para cumplir una condena de seis. Dentro le espera una bienvenida difícil de soportar, en un lugar donde las reglas están marcadas por una mafia de corsos y un líder implacable llamado César Luciani.
Escenas frenéticas, de apenas pocos segundos, nos van sumergiendo en un clima de tensión apabullante. Resulta más fácil ponerse en la piel de este recién llegado a chirona que en la del funcionario de prisiones enfrentado a Malamadre y a todo un ejército de presos amotinados. Simplemente por razones de verosimilitud. El Djebena no sólo encarna el espíritu de supervivencia que nos acerca a los instintos más animales sino también la dificultad de inserción de las minorías marginadas. La cárcel se presenta aquí como el lugar donde se llevan al extremo las fisuras sociales, donde el pez gordo se come al pequeño sin miramientos.
Pero la historia de El Djebena es la de una superación personal, de un estado de sumisión a otro de liderazgo, ganándose por el camino el respeto y la confianza de todos los frentes, incluidos los opuestos. Es en este punto de la película donde el relato adquiere unos rasgos distintos y pierde su trepidante ritmo inicial. Desde el momento en que el protagonista comienza a jugar sus cartas el filme se pierde en un mar de nombres y de actos confusos de difícil digestión.
Es aquí cuando la balanza comienza a inclinarse vertiginosamente a favor de Celda 211. El ritmo que mantiene la cinta de Daniel Monzón, en el que apenas decae la tensión, termina siendo más gratificante para el espectador que la búsqueda del realismo que persigue Un profeta y que, de hecho, va perdiendo a marchas forzadas durante el desarrollo del metraje.
En ocasiones, los directores se empeñan en sumarle minutos innecesarios a filmes que la mayoría de las veces no lo requieren, como si la duración equivaliera a prestigio y profundidad. En el caso de Un profeta, los 150 minutos suponen un lastre para el excelente planteamiento del filme. Ni siquiera el buen hacer del joven Tahar Rahim ni el carisma del veterano Niels Arestrup, totalmente a la altura de Luis Tosar, consiguen suplir la redundancia de las escenas finales. Es por culpa de la descompensación narrativa que esta batalla ficticia entre países vecinos la termina venciendo, por la mínima, el drama carcelario español.

Comentarios

Entradas populares de este blog

SÉ QUIÉN ERES | Aciertos y errores del thriller de la temporada

Con una legión de seguidores discreta pero infalible, en torno al 15% de cuota de pantalla, podría decirse que Sé quién eres es todo un hito en la historia de nuestra televisión. Pocas veces un thriller con una trama seriada ha logrado mantener espectadores semana tras semana, pendientes de un caso, el de la desaparición de Ana Saura, que, para colmo, se resolvía a mitad de estas dos temporadas fusionadas en una. Dieciséis capítulos vibrantes que culminaban este pasado lunes con un final sorprendente, no sólo por el asesinato inesperado de uno de sus personajes principales, sino también por la singularidad de su resolución. Probablemente por primera vez en estos lares, el happy end deja paso a un desenlace mucho más realista, el del triunfo del mal y del poder sobre el resto de mortales. A pesar de su notable éxito, sobre todo en un canal, Telecinco, con escaso recorrido para el drama seriado, Sé quién eres no ha supuesto la revolución que cabía esperar para nuestro panoram...

El embolado de Julianne Moore

¿Cómo es posible que una película protagonizada por Julianne Moore y Samuel L. Jackson se estrene en tan sólo tres salas de Barcelona? Era la pregunta que rondaba por mi cabeza momentos antes de entrar en uno de esos tres cines en los que proyectaban El color del crimen . Dos horas más tarde, al atravesar la salida de emergencia, entendí perfectamente el motivo. La película es un bodrio. Capítulos de Sin rastro desarrollan mucho mejor en 45 minutos lo que este filme alarga a 120, la misteriosa desaparición de un niño blanco cerca de un gueto habitado por negros en New Jersey. Desde el momento en que la policía decide acordonar toda la colonia para encontrar al secuestrador, estalla un conflicto racial con dramáticas consecuencias. La película muestra, a su manera, algunos de los males que azotan Estados Unidos. Como es evidente, uno de ellos el racismo y las desigualdades sociales, pero también algunos otros que producen igual repugnancia, como es por ejemplo esa tendencia al asociac...

Los 8 momentos memorables del final de Mujeres Desesperadas

Pueden contarse con los dedos de una mano las series que han logrado cerrar la persiana sin remordimientos. Mujeres desesperadas seguramente se encuentre en ese reducido grupo de privilegiadas que alcanza el final satisfaciendo a la gran mayoría de sus seguidores , sin polémicas, sin originalidades, sin alterar, en definitiva, la esencia de una fórmula que la ha mantenido en antena durante ocho temporadas. Podrán vertirse muchas críticas sobre esta creación de Marc Cherry, gustarán más o menos algunas épocas de la serie, pero lo que no puede negársele a Mujeres desesperadas es la fidelidad a su público . La coherencia suele convertirse en la factura pendiente en producciones que, movidas por el éxito, suelen alargarse hasta el infinito, perdiendo en el camino la cordura ( Lost ) o a buena parte de su reparto original ( CSI ). Consciente de ello, Cherry decidió ponerle punto y final a su niña mimada antes de que el tiempo erosionara su identidad. La fecha escogida fue el p...