Ir al contenido principal

ESPECIAL SITGES 2015: La novia

Comienzan a escasear. Los grandes dramas románticos, esas historias de amor en las que los sentimientos se llevan hasta sus últimas consecuencias, parecen una fórmula en vías de extinción. El romanticismo en su sentido más clásico, en su sentido más trascendental y trágico, es cosa del pasado, de otra época en la que los cuentos de hadas eran más un objetivo que una fantasía. Una época en la que la pasión se presuponía eterna. Por eso se agradece que en la era de las relaciones de quita y pon, una joven aragonesa decidiera dar vigor a una de las grandes obras de García Lorca y que lo hiciera, además, volcando todos los medios a su alcance en enfatizar los detalles más pequeños pero más intensos, como ese roce de manos entre la recién casada y el amor de su vida, esa caricia prohibida que emana chispazos de sufrimiento y deseo.

La novia es un ejercicio estilístico muy poco común en nuestros días, la maravillosa unión entre fotografía, banda sonora e interpretación que homenajea con absoluto respeto y admiración al autor granadino. Extrapola el texto teatral a una nueva dimensión cinematográfica en la que no hay ni un solo elemento dejado al azar. Quizá esa ambición preciosista, esa persecución constante de una belleza arrebatadora, es la que impide al espectador empatizar con tan trágicos acontecimientos con la misma intensidad que destilan cada plano, cada frase susurrando prodigiosos versos. Pero eso no le resta ni un sólo mérito a la directora. Ella no tiene la culpa de que la poesía, de que el arte más abstracto y evocador, haya sido desterrado de nuestras vidas, ninguneado por su consentido hermano menor. Ni de que el amor más intenso y desgarrador, el que ya no mueve montañas, se perciba en pantalla como lo más parecido a la ciencia ficción.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El embolado de Julianne Moore

¿Cómo es posible que una película protagonizada por Julianne Moore y Samuel L. Jackson se estrene en tan sólo tres salas de Barcelona? Era la pregunta que rondaba por mi cabeza momentos antes de entrar en uno de esos tres cines en los que proyectaban El color del crimen . Dos horas más tarde, al atravesar la salida de emergencia, entendí perfectamente el motivo. La película es un bodrio. Capítulos de Sin rastro desarrollan mucho mejor en 45 minutos lo que este filme alarga a 120, la misteriosa desaparición de un niño blanco cerca de un gueto habitado por negros en New Jersey. Desde el momento en que la policía decide acordonar toda la colonia para encontrar al secuestrador, estalla un conflicto racial con dramáticas consecuencias. La película muestra, a su manera, algunos de los males que azotan Estados Unidos. Como es evidente, uno de ellos el racismo y las desigualdades sociales, pero también algunos otros que producen igual repugnancia, como es por ejemplo esa tendencia al asociac...

¿En qué se parece 'El orfanato' a 'Los otros'?

El último grito en críticas deconstructivas consiste en comparar El orfanato con Los otros con la única argumentación de que ambas películas se desarrollan en un siniestro caserío poblado de fantasmas. Si a ello le sumamos las supuestas similitudes interpretativas entre Belén Rueda y Nicole Kidman ya tenemos la mejor forma de dejar por tierra un filme sin ningún tipo de razonamiento lógico. Cabe recordar que lo mismo le sucedió a Amenábar cuando todos se empeñaron en calificar de copia de El sexto sentido a su penúltima obra, al menos en lo que a final rocambolesco se refiere. Las influencias son evidentes y las comparaciones, odiosas, porque, puestos a comparar, casi prefiero quedarme con la ópera prima de Bayona que con Los otros , quizá porque la moda del terror psicológico terminó por aburrirme. El orfanato , en cambio, es el miedo en estado puro . El cine de terror clásico. Estamos de acuerdo en que no hay nada mejor que sugerir antes que evidenciar en imágenes, pero el pavor ...

Los 8 momentos memorables del final de Mujeres Desesperadas

Pueden contarse con los dedos de una mano las series que han logrado cerrar la persiana sin remordimientos. Mujeres desesperadas seguramente se encuentre en ese reducido grupo de privilegiadas que alcanza el final satisfaciendo a la gran mayoría de sus seguidores , sin polémicas, sin originalidades, sin alterar, en definitiva, la esencia de una fórmula que la ha mantenido en antena durante ocho temporadas. Podrán vertirse muchas críticas sobre esta creación de Marc Cherry, gustarán más o menos algunas épocas de la serie, pero lo que no puede negársele a Mujeres desesperadas es la fidelidad a su público . La coherencia suele convertirse en la factura pendiente en producciones que, movidas por el éxito, suelen alargarse hasta el infinito, perdiendo en el camino la cordura ( Lost ) o a buena parte de su reparto original ( CSI ). Consciente de ello, Cherry decidió ponerle punto y final a su niña mimada antes de que el tiempo erosionara su identidad. La fecha escogida fue el p...