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ESPECIAL SITGES 2015: The Gift

Arranca como el típico thriller de sobremesa. Un antiguo compañero de clase del protagonista aparece de improviso y se adentra lenta y peligrosamente en su matrimonio. La tragedia se ve venir, cocinada a fuego lento, consciente el espectador de que la fórmula obsesivo-compulsiva se acelerará frenéticamente en su segunda mitad. Pero la virtud de The gift, ópera primera del australiano Joel Edgerton, también en el papel de antagonista en la cinta, es precisamente la de volcar presupuestos y sorprender al espectador.

Porque la película da un vuelco a mitad del metraje y nos descubre verdades ocultas, trasfondos imprevistos en personajes impolutos, convirtiéndose en un elegante thriller sumamente eficaz en la creación de un clímax asfixiante. La resolución, en cambio, vuelve al terreno conocido, el de la venganza. En vez de rematar el enfoque en torno a las falsas apariencias, decide unir las nuevas revelaciones con las antiguas. El resultado, aunque más convencional, no resulta menos efectivo.

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