Curiosidades de Fringe a la espera de la temporada 3

Me planto a velocidad de vértigo ante la tercera temporada de Fringe con dos confirmaciones. Una: ya se ha convertido en mi serie favorita, por delante incluso de Lost. Podemos vislumbrar en ella un final coherente. Y dos: es la ficción más infravalorada, al menos en términos de audiencia, de la historia de la televisión. Los rumores sobre una posible cancelación crecen con la misma intensidad que disminuyen sus espectadores en la Fox.
Sería una lástima que los audímetros hicieran desaparecer de nuestras pantallas a Olivia Dunham y Peter Bishop, porque tras el increíble salto cualitativo que ha experimentado la serie en esta segunda temporada sólo se puede presagiar un futuro mejor. Las dos realidades que asomaron en la primera season finale se han convertido ahora en un sinfín de posibilidades, en una puerta abierta a la imaginación. En Fringe la adicción no se produce cavilando teorías sino dejándose llevar por su capacidad de sorpresa.
Ahí están los episodios con los cuatro observadores o sobre el pasado de Peter para demostrarlo. Nadie los esperaba y de repente aparecen para trastocar la estructura procedimental. Lo mismo ocurre con el impresionante doble capítulo final, que nos sumerge de forma definitiva en el universo paralelo. Ya no son las torres gemelas. Ahora es toda Nueva York pasada por la imaginación de J.J. Abrams. A las puertas del estreno de la tercera temporada, echemos un vistazo a tres curiosidades que nos han dejado con la boca abierta.

¿Temporada 11 de The west wing?Efectivamente. En la realidad alternativa, no sólo han continuado las peripecias de la Casa Blanca, sino que ahora los protagonistas son tremendamente parecidos a Sarah Palin, George Bush padre y Barack Obama. Parece mentira que Olivia y Walter no se sorprendan ante semejante anuncio en la marquesina del autobús. ¡Se quedan igual! En el otro lado, la serie de Aaron Sorkin ha superado las diez temporadas y ya no tiene a Martin Sheen como protagonista. Sin duda, es para asombrarse. Por si fuera poco, The west wing era una serie de la NBC. ¿Qué hace la Fox haciendo un product placement alternativo de la competencia? En todo caso, y por si las moscas, en el póster no aparece ningún logotipo reconocible. Además, los guionistas de Fringe pronosticaban un futuro bastante negro para la ficción. Terminaría emitiéndose a las 5 de la tarde.

¿Una estatua de la libertad dorada?Pues sí, aunque la original, la nuestra, también es de bronce, sólo que con el paso del tiempo ha perdido el brillo y ha terminado adquiriendo un tono verdoso. ¿Será porque la estatua del otro lado se ha construido recientemente? En todo caso, ya no es un lugar de peregrinaje turístico, sino que Liberty Island pertenece al departamento de Defensa de Estados Unidos, que dirige nada más y nada menos que el Walter Bishop paralelo.

¿El Gran Hotel de Gaudí?Este detalle habrá hecho las delicias de muchos japoneses, cuyo sueño sería encontrarse una obra de Gaudí en la gran manzana. Pues bien, en la Nueva York paralela se tiró adelante el proyecto fallido del arquitecto catalán, que recibió el encargo por parte de dos empresarios de proyectar un gran hotel en la ciudad. El edificio, del que se conservan bocetos idénticos a la visión en Fringe, habría tenido 360 metros de altura, más que el Empire State. Pero el proyecto quedó en el olvido, aunque intentó rescatarse para la reconstrucción de la Zona Cero. Por suerte también fracasó, porque visto el resultado en la serie, la arquitectura de Gaudí rompe completamente la armonía del skyline de Nueva York. Que nos lo traigan a Barcelona, que ya estamos acostumbrados y así tenemos recambio en caso de que la Sagrada Familia sucumba a las obras del AVE.