Con la lectura de Divergente me asoló una gran duda. ¿Será igual de malo Los juegos del hambre? ¿Puede una adaptación cinematográfica superar con creces al libro original? Desconozco si es lo que ha ocurrido con la exitosa trilogía de Suzanne Collins pero es lo que cabe esperar de esta otra saga juvenil llamada a sucederla. Porque en papel, sin el poder de la imagen, se requiere un enorme esfuerzo de imaginación, y también de paciencia, para que esta historia surrealista e increíble llegue a interesar.
Cuesta adentrarse en un mundo dividido en cinco facciones para evitar el caos. Si el planteamiento de Veronica Roth ya es absurdo todavía lo es más su recreación. Porque ni corta ni perezosa nos describe a los miembros de Osadía como personas que siempre suben y bajan del tren en marcha, mientras sus opuestos, los abnegados, deambulan por las calles cabizbajos y con trajes grises y anodinos que les impiden destacar sobre los demás. La trama, más que juvenil, parece dirigida a recién nacidos.
A Tris, la heroína de Divergente, sólo le falta un arco con flechas para ser un clon de Katniss. De hecho, los productores del filme no habrán escogido a Jennifer Lawrence por razones obvias pero sin duda han hilado fino para encontrar a la sustituta más parecida. Shailene Woodley es, sin duda, una excelente elección. Reúne la inocencia y la personalidad suficientes para el papel. Porque sí, nuevamente la protagonista es una adolescente obligada a sobrevivir en un entorno violento y hostil.
En este caso, la joven se enfrenta a los peligros de la facción de Osadía después de traicionar a su familia y abandonar a los abnegados en la ceremonia de elección. Acostumbrada al segundo plano, deberá sacar el máximo coraje para superar el difícil entrenamiento de su nuevo bando, que incluye lanzarse al vacío desde lo alto de un edificio, la lucha cuerpo a cuerpo con sus compañeros de habitación y enfrentarse a sus propios miedos de forma virtual.
El problema es que las casi 500 páginas de Divergente se centran en el proceso de adiestramiento de Tris y, como no podía ser de otra forma, en su acaramelamiento con uno de los entrenadores de la facción, el misterioso Cuatro (al que por supuesto tenía que dar vida un guaperas como Theo James). La intriga, el misterio que va amenazando la trama desde el comienzo no arranca hasta las últimas páginas, cuando el lector ya está cansado de comprobar el afán de superación de la protagonista y su previsible relación amorosa.
Por suerte, y a juzgar por el tráiler, la película parece que irá por otros derroteros. El personaje malvado de Kate Winslet, que en el libro apenas respira hasta el último instante, cobrará más protagonismo en la adaptación, de manera que la acción no se reservará para el desenlace y su consecuente Continuará. La productora y el director Neil Burger han tenido tiempo de sobras para aprender de su gran maestra. Si consiguen trascender la literatura juvenil más mediocre hacia una apasionante superproducción como Los juegos del hambre será para quitarse el sombrero.
Cuesta adentrarse en un mundo dividido en cinco facciones para evitar el caos. Si el planteamiento de Veronica Roth ya es absurdo todavía lo es más su recreación. Porque ni corta ni perezosa nos describe a los miembros de Osadía como personas que siempre suben y bajan del tren en marcha, mientras sus opuestos, los abnegados, deambulan por las calles cabizbajos y con trajes grises y anodinos que les impiden destacar sobre los demás. La trama, más que juvenil, parece dirigida a recién nacidos.
A Tris, la heroína de Divergente, sólo le falta un arco con flechas para ser un clon de Katniss. De hecho, los productores del filme no habrán escogido a Jennifer Lawrence por razones obvias pero sin duda han hilado fino para encontrar a la sustituta más parecida. Shailene Woodley es, sin duda, una excelente elección. Reúne la inocencia y la personalidad suficientes para el papel. Porque sí, nuevamente la protagonista es una adolescente obligada a sobrevivir en un entorno violento y hostil.
En este caso, la joven se enfrenta a los peligros de la facción de Osadía después de traicionar a su familia y abandonar a los abnegados en la ceremonia de elección. Acostumbrada al segundo plano, deberá sacar el máximo coraje para superar el difícil entrenamiento de su nuevo bando, que incluye lanzarse al vacío desde lo alto de un edificio, la lucha cuerpo a cuerpo con sus compañeros de habitación y enfrentarse a sus propios miedos de forma virtual.
El problema es que las casi 500 páginas de Divergente se centran en el proceso de adiestramiento de Tris y, como no podía ser de otra forma, en su acaramelamiento con uno de los entrenadores de la facción, el misterioso Cuatro (al que por supuesto tenía que dar vida un guaperas como Theo James). La intriga, el misterio que va amenazando la trama desde el comienzo no arranca hasta las últimas páginas, cuando el lector ya está cansado de comprobar el afán de superación de la protagonista y su previsible relación amorosa.
Por suerte, y a juzgar por el tráiler, la película parece que irá por otros derroteros. El personaje malvado de Kate Winslet, que en el libro apenas respira hasta el último instante, cobrará más protagonismo en la adaptación, de manera que la acción no se reservará para el desenlace y su consecuente Continuará. La productora y el director Neil Burger han tenido tiempo de sobras para aprender de su gran maestra. Si consiguen trascender la literatura juvenil más mediocre hacia una apasionante superproducción como Los juegos del hambre será para quitarse el sombrero.
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