Alicia Florrick lleva impresa en la cara la imagen de esposa perfecta. Casada con el fiscal general de Chicago, los cimientos de su idílica vida comienzan a tambalearse cuando a su marido le destapan todo un entramado de corrupción e infidelidades. Después del bochorno y la humillación de posar junto a él ante las cámaras y tras años a la sombra de su esposo, decide retomar su carrera de abogada y emprender una nueva etapa en la que no hay cabida para mujeres florero.
Estos días ha terminado en Fox una de las series revelación de esta temporada, no sólo por sus aceptables niveles de audiencia, sino también por un planteamiento que, aunque pueda parecer lo contrario, se aleja de lo habitual. The good wife es mucho más que una serie procedimental sobre abogados. Entre caso y caso se va desgranando la historia de una mujer en plena lucha por la liberación.
A menudo las producciones de corte feminista resultan contradictorias, reivindicando para las mujeres los mismos malos hábitos que critican en los hombres. En esta serie producida por los hermanos Ridley y Tony Scott no existe el discurso fácil sino una crítica sutil, mucho más efectiva, sobre el papel secundario que la sociedad ha encomendado a la mujer.
Alicia, a lo largo de esta primera temporada, ha ido tragando, soportando las alusiones constantes a los engaños de su marido, aguantando las insinuaciones sobre los motivos de su ascenso en el nuevo bufete (uno de los socios fue un antiguo amor platónico de juventud). Por si fuera poco, en casa mantiene el pulso con sus hijos adolescentes, que de forma indirecta le reclaman el perdón hacia su padre, y con su suegra, que se lo exige de manera totalmente directa.
Florrick se debate entre la mujer que quiere ser y la mujer que todos esperan que sea. Entre la rebeldía y la sumisión, entre la libertad y la pose. El destino no se lo pondrá nada fácil porque su marido planea, desde la cárcel, el retorno a la vida política y, desde luego, en la foto de familia debería aparecer ella de nuevo con una gran sonrisa en la cara.
Julianna Margulies es un gran acierto de casting, asumiendo a la perfección el papel de mojigata. La contención de su personaje no es fácil de interpretar, ya que en sus silencios y en su mirada es donde se expresa toda la carga emocional de la protagonista. Pero la otra gran baza es el impresionante plantel de actores secundarios con el que cuenta esta producción, encabezado por dos mujeres de armas tomar (ambas nominadas al Emmy), Archie Panjabi y Christine Baranski. La inteligencia de sus guiones, su crítica social y una perfecta construcción de personajes convierten a The good wife en una de las series indispensables de la temporada.
Secundarios de lujo
Kalinda Sharma
La belleza de origen hindú Archie Panjabi está nominada al Emmy por encarnar a la policía del bufete Lockhart&Gardner, el contrapunto perfecto de Alicia Florrick. Clara, directa y espabilada, siempre cae sobre ella, a veces de manera demasiado casual, la pista que contribuirá a resolver el caso. Sus ironías y su actitud con los hombres (le persigue el rumor de una posible homosexualidad) hacen que este personaje resulte imprescindible en la serie.
Diane Lockhart
La rival de Panjabi en los Emmy es nada más y nada menos que Christine Baranski, a la que vimos recientemente junto a Meryl Streep en Mamma mia. Junto a Will Gardner, con el que mantiene una relación profesional de amor odio, son los dos socios de un bufete en crisis. Demócrata convencida, verá peligrar su ideología política en cuanto aparezca una suculenta oferta laboral o un apuesto amante republicano. Sin ser tan despiadada como Patty Hewes, reúne todas las características del abogado sin escrúpulos, pero su sentido del humor es de lo más estimulante.
Peter Florrick
El eterno Mr. Big de Sexo en Nueva York abandona por fin a Carrie para encarnar al marido de Alicia, el protagonista de los escándalos sexuales y de corrupción que la han hecho replantear su vida. Su ambición no tiene límites. Siente que ha sido traicionado por su sucesor en el cargo y quiere volver a toda costa a ocupar el puesto de fiscal general, pero siempre con el beneplácito de una esposa que ya no está por la labor. Se muestra arrepentido, pero algo me dice que volverá a las andadas.
Will Gardner
Josh Charles, que debutó de bien joven en El club de los poetas muertos, se pone en la piel, 20 años más tarde, del antiguo compañero de clase de Alicia. Como socio del bufete, él es quien le facilita la incursión en el mundo laboral. Tiene una imagen más impoluta que la de Diane. Parece honesto y sensato. Pero no son pocas las insinuaciones sobre un posible lado oscuro que todavía está por descubrir. La tensión sexual entre Will y Alicia es evidente desde el primer capítulo pero no se manifiesta de forma explícita hasta el final de temporada.
Cary Agos
Es el rival directo de Alicia para hacerse con el puesto de asociado del bufete. Durante el periodo de pruebas que es toda esta primera temporada, ambos llevarán a cabo todo tipo de méritos, más o menos dudosos, para conseguir la plaza. Apuntarse todas las bazas o camelarse a Will y a Diane son algunas de las reglas de un juego a dos no demasiado limpio. Cary desconfía en todo momento del enchufismo de Alicia y se considera el justo ganador de la partida.
Jackie Florrick
A Mary Beth Peil la recordamos con cariño por su papel de encantadora abuelita de Jen en Dawson crece. Pero en esta ocasión, su personaje es menos amable. La suegra de Alicia, entrometida y machacona, comienza siendo un engorro en la convivencia pero hacia el final de la temporada destapa un lado más oscuro, más aterrador, el de la madre fría y calculadora que ambiciona todo el poder para su hijo. En futuros episodios, puede llegar a ser toda una amenaza para Alicia.
Glenn Childs
Titus Welliver parece haberle cogido el gusto a los papeles de malvado. Tras su misterioso paso por Perdidos encarnando al humo negro, en The good wife protagoniza el asedio al marido de Alicia. Glenn es el nuevo fiscal general, el que destapó todo el entramado de su antecesor para hacerse con el cargo. Ahora despliega todas las armas en su poder para evitar que su rival salga de la cárcel, aunque en esta lucha no queda muy claro quienes son los malos y quienes son los buenos.
Eli Gold
La incorporación de Alan Cumming al reparto es otro de los grandes aciertos de la serie. Todavía recuerdo su repugnante aportación en Círculo de amigos. En esta ocasión, su papel tampoco es amable. Eli es el despiadado asesor que contrata Peter Florrick para conseguir relanzar su carrera, aunque sus tácticas poco ortodoxas sean bien conocidas. Entre sus atributos no está el de morderse la lengua. De ahí que los comentarios que va soltándole a Alicia, o incluso a la madre de Peter, sean de lo más jugoso.
Kurt McVeigh
La cara de Gary Cole nos suena por su reciente aparición como exmarido de Katherine en Mujeres desesperadas. En la piel de Kurt es el responsable del cambio de mentalidad de Diane, que encuentra en este perito en balística el gusto por las armas y el sentido del humor. Fantástico el episodio en el que él le regala la biografía de Sarah Pallin y ella, la de Hillary Clinton. Su relación ya les ha comportado algún que otro conflicto en los tribunales.
Colin Sweeney
Es uno de los clientes más problemáticos del bufete. La opinión pública lo considera culpable del asesinato de su mujer, del que resultó finalmente exculpado, pero las cosas se complican para este ricachón cuando aparece un nuevo cadáver en su camino. Sus controvertidos gustos sexuales tampoco ayudan a la defensa. Apareciendo en tan sólo dos episodios, el papel de Colin le ha valido a Dylan Baker la nominación al Emmy como mejor actor invitado en una serie dramática.
Elsbeth Tascioni
La repentina aparición de Carrie Preston en The good wife levantó polvareda en Estados Unidos. Enseguida comenzaron las especulaciones sobre la posible marcha de la mítica camarera pelirroja de True blood. Desmentidos los rumores, la fugaz aportación de la actriz como abogada loca, pero brillante, dejó con muy buen sabor de boca y con ganas de más.
Estos días ha terminado en Fox una de las series revelación de esta temporada, no sólo por sus aceptables niveles de audiencia, sino también por un planteamiento que, aunque pueda parecer lo contrario, se aleja de lo habitual. The good wife es mucho más que una serie procedimental sobre abogados. Entre caso y caso se va desgranando la historia de una mujer en plena lucha por la liberación.
A menudo las producciones de corte feminista resultan contradictorias, reivindicando para las mujeres los mismos malos hábitos que critican en los hombres. En esta serie producida por los hermanos Ridley y Tony Scott no existe el discurso fácil sino una crítica sutil, mucho más efectiva, sobre el papel secundario que la sociedad ha encomendado a la mujer.
Alicia, a lo largo de esta primera temporada, ha ido tragando, soportando las alusiones constantes a los engaños de su marido, aguantando las insinuaciones sobre los motivos de su ascenso en el nuevo bufete (uno de los socios fue un antiguo amor platónico de juventud). Por si fuera poco, en casa mantiene el pulso con sus hijos adolescentes, que de forma indirecta le reclaman el perdón hacia su padre, y con su suegra, que se lo exige de manera totalmente directa.
Florrick se debate entre la mujer que quiere ser y la mujer que todos esperan que sea. Entre la rebeldía y la sumisión, entre la libertad y la pose. El destino no se lo pondrá nada fácil porque su marido planea, desde la cárcel, el retorno a la vida política y, desde luego, en la foto de familia debería aparecer ella de nuevo con una gran sonrisa en la cara.
Julianna Margulies es un gran acierto de casting, asumiendo a la perfección el papel de mojigata. La contención de su personaje no es fácil de interpretar, ya que en sus silencios y en su mirada es donde se expresa toda la carga emocional de la protagonista. Pero la otra gran baza es el impresionante plantel de actores secundarios con el que cuenta esta producción, encabezado por dos mujeres de armas tomar (ambas nominadas al Emmy), Archie Panjabi y Christine Baranski. La inteligencia de sus guiones, su crítica social y una perfecta construcción de personajes convierten a The good wife en una de las series indispensables de la temporada.
Secundarios de lujo
Kalinda Sharma
La belleza de origen hindú Archie Panjabi está nominada al Emmy por encarnar a la policía del bufete Lockhart&Gardner, el contrapunto perfecto de Alicia Florrick. Clara, directa y espabilada, siempre cae sobre ella, a veces de manera demasiado casual, la pista que contribuirá a resolver el caso. Sus ironías y su actitud con los hombres (le persigue el rumor de una posible homosexualidad) hacen que este personaje resulte imprescindible en la serie.
Diane Lockhart
La rival de Panjabi en los Emmy es nada más y nada menos que Christine Baranski, a la que vimos recientemente junto a Meryl Streep en Mamma mia. Junto a Will Gardner, con el que mantiene una relación profesional de amor odio, son los dos socios de un bufete en crisis. Demócrata convencida, verá peligrar su ideología política en cuanto aparezca una suculenta oferta laboral o un apuesto amante republicano. Sin ser tan despiadada como Patty Hewes, reúne todas las características del abogado sin escrúpulos, pero su sentido del humor es de lo más estimulante.
Peter Florrick
El eterno Mr. Big de Sexo en Nueva York abandona por fin a Carrie para encarnar al marido de Alicia, el protagonista de los escándalos sexuales y de corrupción que la han hecho replantear su vida. Su ambición no tiene límites. Siente que ha sido traicionado por su sucesor en el cargo y quiere volver a toda costa a ocupar el puesto de fiscal general, pero siempre con el beneplácito de una esposa que ya no está por la labor. Se muestra arrepentido, pero algo me dice que volverá a las andadas.
Will Gardner
Josh Charles, que debutó de bien joven en El club de los poetas muertos, se pone en la piel, 20 años más tarde, del antiguo compañero de clase de Alicia. Como socio del bufete, él es quien le facilita la incursión en el mundo laboral. Tiene una imagen más impoluta que la de Diane. Parece honesto y sensato. Pero no son pocas las insinuaciones sobre un posible lado oscuro que todavía está por descubrir. La tensión sexual entre Will y Alicia es evidente desde el primer capítulo pero no se manifiesta de forma explícita hasta el final de temporada.
Cary Agos
Es el rival directo de Alicia para hacerse con el puesto de asociado del bufete. Durante el periodo de pruebas que es toda esta primera temporada, ambos llevarán a cabo todo tipo de méritos, más o menos dudosos, para conseguir la plaza. Apuntarse todas las bazas o camelarse a Will y a Diane son algunas de las reglas de un juego a dos no demasiado limpio. Cary desconfía en todo momento del enchufismo de Alicia y se considera el justo ganador de la partida.
Jackie Florrick
A Mary Beth Peil la recordamos con cariño por su papel de encantadora abuelita de Jen en Dawson crece. Pero en esta ocasión, su personaje es menos amable. La suegra de Alicia, entrometida y machacona, comienza siendo un engorro en la convivencia pero hacia el final de la temporada destapa un lado más oscuro, más aterrador, el de la madre fría y calculadora que ambiciona todo el poder para su hijo. En futuros episodios, puede llegar a ser toda una amenaza para Alicia.
Glenn Childs
Titus Welliver parece haberle cogido el gusto a los papeles de malvado. Tras su misterioso paso por Perdidos encarnando al humo negro, en The good wife protagoniza el asedio al marido de Alicia. Glenn es el nuevo fiscal general, el que destapó todo el entramado de su antecesor para hacerse con el cargo. Ahora despliega todas las armas en su poder para evitar que su rival salga de la cárcel, aunque en esta lucha no queda muy claro quienes son los malos y quienes son los buenos.
Eli Gold
La incorporación de Alan Cumming al reparto es otro de los grandes aciertos de la serie. Todavía recuerdo su repugnante aportación en Círculo de amigos. En esta ocasión, su papel tampoco es amable. Eli es el despiadado asesor que contrata Peter Florrick para conseguir relanzar su carrera, aunque sus tácticas poco ortodoxas sean bien conocidas. Entre sus atributos no está el de morderse la lengua. De ahí que los comentarios que va soltándole a Alicia, o incluso a la madre de Peter, sean de lo más jugoso.
Kurt McVeigh
La cara de Gary Cole nos suena por su reciente aparición como exmarido de Katherine en Mujeres desesperadas. En la piel de Kurt es el responsable del cambio de mentalidad de Diane, que encuentra en este perito en balística el gusto por las armas y el sentido del humor. Fantástico el episodio en el que él le regala la biografía de Sarah Pallin y ella, la de Hillary Clinton. Su relación ya les ha comportado algún que otro conflicto en los tribunales.
Colin Sweeney
Es uno de los clientes más problemáticos del bufete. La opinión pública lo considera culpable del asesinato de su mujer, del que resultó finalmente exculpado, pero las cosas se complican para este ricachón cuando aparece un nuevo cadáver en su camino. Sus controvertidos gustos sexuales tampoco ayudan a la defensa. Apareciendo en tan sólo dos episodios, el papel de Colin le ha valido a Dylan Baker la nominación al Emmy como mejor actor invitado en una serie dramática.
Elsbeth Tascioni
La repentina aparición de Carrie Preston en The good wife levantó polvareda en Estados Unidos. Enseguida comenzaron las especulaciones sobre la posible marcha de la mítica camarera pelirroja de True blood. Desmentidos los rumores, la fugaz aportación de la actriz como abogada loca, pero brillante, dejó con muy buen sabor de boca y con ganas de más.
Comentarios
A pesar de tu debilidad por los libros, series y pelis de abogados, casi me convences... así que le echaré un vistazo, necesito una serie de fin de semana que me sustituya a Acusados.