Las casas encantadas ya apenas tienen encanto. Se ha abusado tanto en el género de explotar el terror entre las cuatro paredes que uno ya ni se inmuta ante una puerta que chirría o un columpio que se mueve solo. Ahí están Insidious en la gran pantalla y Marchlands en la pequeña, como ejemplos recientes de producciones que ya no logran sorprender al espectador. Hasta que ha llegado American Horror Story y ha trastocado nuestros prejuicios. El miedo psicológico y sus manidos recursos dan paso con esta nueva serie a un terror mucho más evidente, con una intención más agresiva y perturbadora. Ya no es tanto la casa, sino sus oscuros habitantes, los que producen pavor. La experiencia, por fin, vuelve a resultar satisfactoria.
Es evidente que la propuesta bebe directamente de la atmósfera esquizofrénica de El resplandor. Esas visiones surrealistas, que rozan la locura, nos trasladan enseguida a los minutos finales de la cinta de Kubrick. Imágenes inquietantes que nos advierten que la serie no se moverá en torno al terror psicológico sino que se dirigirá más bien hacia el psicopático, el enfermizo, el delirante. Una perspectiva inédita en televisión que sólo podía encajar en un canal de pago adicto a romper moldes como FX.
American Horror Story todavía tiene más mérito si tenemos en cuenta que ha sido ideada por Ryan Murphy y Brad Falchuk, creadores de Glee, con lo cual se certifica que la serie parte de mentes un tanto bipolares, capaces de crear bodrios de instituto en forma de musical y a su vez esta siniestra ficción de factura brillante. También es cierto que figura en su currículum Nip/tuck, una prueba más de que si algo mueve a ambos productores es el riesgo.
Esta vez la apuesta les ha salido redonda. Pocas veces un piloto logra llamar tanto la atención, en una época de estrenos plagada de procedimentales y comedias clónicas. El terror ya es un género osado en televisión. Hasta el momento, pocos se atrevieron a traspasar el umbral del thriller y los que se aventuraron lo hicieron para adaptar en formato episódico el slasher, ese subgénero para adolescentes que puso de moda Scream. Con escaso éxito, además (véase el ejemplo de Harper’s island).
American Horror Story no parte de crímenes o asesinatos en serie sino de una brutalidad mucho más abstracta. El origen del miedo está en una mansión con historial macabro, a la que se muda un matrimonio en crisis y su hija adolescente. Lo que no sospechan sus nuevos inquilinos es que la increíble oferta de alquiler venía acompañada de otros habitantes, reales y surreales, que convertirán su existencia en una pesadilla. El marido, psiquiatra de profesión, comenzará a sentir una nueva tentación extramatrimonial. La mujer, a sufrir la presencia de una inquietante vecina y su hija con síndrome de Down, mientras que la adolescente, con tendencias suicidas, se juntará con un peligroso paciente de su padre.
El primer episodio no escatima en recursos narrativos para enganchar al espectador. Están los sustos de rigor que pueblan toda producción del género, pero también apariciones fantasmagóricas revestidas de látex, escenas de sexo y masturbaciones inéditas en televisión. También situaciones dramáticas, como la gran bronca de la pareja, de la que apenas nos ahorran detalle. Un cúmulo de efectos, no necesariamente especiales, que quitan el hipo durante 50 minutos. Y un elenco de infarto, con Jessica Lange a la cabeza, que completa la hazaña. American Horror Story se presenta, de esta manera, como la serie más prometedora de la nueva temporada.
American Horror Story se estrenó el pasado 5 de octubre en FX ante 3,2 millones de espectadores, uno de los mejores estrenos del canal de pago, igualando la marca de Nip/tuck pero por detrás del gran éxito de la cadena, The shield.
Es evidente que la propuesta bebe directamente de la atmósfera esquizofrénica de El resplandor. Esas visiones surrealistas, que rozan la locura, nos trasladan enseguida a los minutos finales de la cinta de Kubrick. Imágenes inquietantes que nos advierten que la serie no se moverá en torno al terror psicológico sino que se dirigirá más bien hacia el psicopático, el enfermizo, el delirante. Una perspectiva inédita en televisión que sólo podía encajar en un canal de pago adicto a romper moldes como FX.
American Horror Story todavía tiene más mérito si tenemos en cuenta que ha sido ideada por Ryan Murphy y Brad Falchuk, creadores de Glee, con lo cual se certifica que la serie parte de mentes un tanto bipolares, capaces de crear bodrios de instituto en forma de musical y a su vez esta siniestra ficción de factura brillante. También es cierto que figura en su currículum Nip/tuck, una prueba más de que si algo mueve a ambos productores es el riesgo.
Esta vez la apuesta les ha salido redonda. Pocas veces un piloto logra llamar tanto la atención, en una época de estrenos plagada de procedimentales y comedias clónicas. El terror ya es un género osado en televisión. Hasta el momento, pocos se atrevieron a traspasar el umbral del thriller y los que se aventuraron lo hicieron para adaptar en formato episódico el slasher, ese subgénero para adolescentes que puso de moda Scream. Con escaso éxito, además (véase el ejemplo de Harper’s island).
American Horror Story no parte de crímenes o asesinatos en serie sino de una brutalidad mucho más abstracta. El origen del miedo está en una mansión con historial macabro, a la que se muda un matrimonio en crisis y su hija adolescente. Lo que no sospechan sus nuevos inquilinos es que la increíble oferta de alquiler venía acompañada de otros habitantes, reales y surreales, que convertirán su existencia en una pesadilla. El marido, psiquiatra de profesión, comenzará a sentir una nueva tentación extramatrimonial. La mujer, a sufrir la presencia de una inquietante vecina y su hija con síndrome de Down, mientras que la adolescente, con tendencias suicidas, se juntará con un peligroso paciente de su padre.
El primer episodio no escatima en recursos narrativos para enganchar al espectador. Están los sustos de rigor que pueblan toda producción del género, pero también apariciones fantasmagóricas revestidas de látex, escenas de sexo y masturbaciones inéditas en televisión. También situaciones dramáticas, como la gran bronca de la pareja, de la que apenas nos ahorran detalle. Un cúmulo de efectos, no necesariamente especiales, que quitan el hipo durante 50 minutos. Y un elenco de infarto, con Jessica Lange a la cabeza, que completa la hazaña. American Horror Story se presenta, de esta manera, como la serie más prometedora de la nueva temporada.
American Horror Story se estrenó el pasado 5 de octubre en FX ante 3,2 millones de espectadores, uno de los mejores estrenos del canal de pago, igualando la marca de Nip/tuck pero por detrás del gran éxito de la cadena, The shield.
Comentarios
Todo el capítulo no deja de recordarme a La Naranja Mecánica: violencia, sexo, psicopatías varias y surrealismo.
Pero hay que decir que se reconocen todos los ingredientes de las historias típicas de este género. El flashbak inicial, la casa maldita, la niña que lo ve todo, el perro que lo aprecia, los secretos ocultos del edificio (ese fresco bajo el papel pintado tendrá su momento), los adolescentes conflictivos, la advertencia del trágico desenlace final... la mayor novedad es la temática sexual, creo yo... si olvidamos La Naranja Mecánica, claro.
La estética me encanta, la cabecera me parece buenísima.
Veré el segundo, a ver. Me interesa más la historia de los personajes que el desarrollo de la maldición y todo eso, muy visto. El embarazo promete.
Muy de acuerdo en lo de la cabecera. Buenísima! Menos de acuerdo en lo de La naranja mecánica! Está claro que la serie es un poco Kubrick, pero es más El resplandor que La naranja mecánica! Si hasta salen dos gemelos en homenaje a las niñas del hotel!
El embarazo va a ser muy La semilla del diablo, está claro! Desde luego, tanto el padre como la hija adolescente tienen miga. Y eso de que el padre vea a la sirvienta como una chica joven y apuesta ME ENCANTA!
Me gustaría que al final todo tuviese respuestas así de lógicas y que la serie no se perdiese en el inframundo, que es una salida que no me apetece nada. Estaría bien que la serie continuase jugando con las percepciones y no que llegue un momento en el que se acepte que es fruto de espíritus y demás. Eso sería una salida más facilona.
Totalmente de acuerdo con lo de La semilla del diablo. Cuando me refiero a la naranja mecánica es por lo que me transmite y la mezcla violencia, sexo, surrealismo... Sobre todo por esa parte surreal. Pero sí, claro, en cuanto al género es muy El Resplandor.
La naranja mecánica era mucho más alocada y frenética que esta no?
YO me quedé con muchas ganas de más. Va a ser un rollo seguirla a ritmo de un capítulo por semana!
La naranja mecánica tiene momentos frenéticos y momentos de bajón, creo recordar... no sé, a mí no paraba de recordarme a esa peli, más por la estética que por la historia, claro.
Eso sí, no es tan sorprendente que Ryan Murphy cree algo como esto, ya se le fue la olla con Nip/Tuck en su momento. Y no calificaría Glee como 'bodrio de instituto'! Sus primeros 13 capítulos fueron grandiosos
Yo soy muy reacio a bajarme cosas por internet, por lo que te pregunto: sabes cuando tienen previsto estrenarla en España, via Canal Digital o las TDT convencionales?
Otra cosa... Jessica Lange es y ha sido siempre una de mis actrices favoritas, aunque últimamente se prodiga más bien poco... cómo está en la serie?
Gracias!
Me gusta mucho tu blog!
Pues estás de enhorabuena, porque Fox estrenará la serie el 7 de noviembre!
Y sí, Jessica Lange está soberbia en la serie, por eso la he puesto destacada como primera foto. Para mi fue la mejor del primer capítulo.
La primera foto fue la que más me llamó la atención, pues ahí está guapísima! En la otra se la ve ya un poco más ajada... los años pasan para todos, aunque no queramos! Ay! Cómo añoro esa Jessica de Tootsie o de Frances! Y la del Cartero!
Oye pues por eso de no querer bajarte nada te la perderás en versión original, que es como más la disfrutarías!
A mi me parece un despropósito de serie, que marcha sin ton ni son, sin criterio, sin rumbo, sin ambición ni transgresión. Todo eso se perdió pasado el primer capítulo!
jesn