Hay momentos en que los críticos se retroalimentan de una manera un tanto perjudicial. Sobre Ben Affleck se ha repetido hasta la saciedad que tiene más talento tras las cámaras que como intérprete. Su debut con Adiós, pequeña, adiós tuvo un gran mérito pero no era nada complicado superar una carrera como actor a la altura de su ex Jennifer López. Ahora con The town muchos han coincidido en resaltar su impecable labor en las escenas de atracos, apresurándose a compararla de forma un tanto simplona con Heat. Leyendo la mayoría de reseñas podemos llegar a la conclusión, pues, de que el Ben Affleck director ha caído en gracia dentro de la comunidad intelectual.
Este favor generalizado de la crítica hace que al actor se le perdonen aspectos que a otros principiantes les supondría la condena. Y es que aunque The town efectivamente presenta una factura impoluta, no deja de ser un filme de acción de lo más neutro, sin los atisbos de autor que desprendió Adiós, pequeña, adiós. Si tras las cámaras no estuviera el apellido Affleck probablemente nos encontraríamos con injustas sentencias sobre la mediocridad de la cinta. Lo que para un pobre desconocido supondría un demérito en esta ocasión se considera toda una hazaña.
The town es una cinta correcta, irreprochablemente eficaz porque cumple a la perfección su voluntad de entretener. Pero no conviene buscar en ella tintes de singularidad, aunque por momentos se esfuerce en buscar la atmósfera del Mystic river de Eastwood. Su retrato de un barrio marginal, en este caso el de Charlestown de Boston, fracasa a favor de las escenas de acción, que son las que mantienen el interés por la cinta. Es cierto que están muy logradas, pero nada que El caballero oscuro o Ocean’s eleven no hayan aportado ya al género de los atracos.
Se nota que Affleck no ha contado esta vez con una historia como la que le proporcionaba Dennis Lehane en su ópera prima. Los matices y la sordidez tan típicas del autor, muy bien adaptados a la gran pantalla en Adiós, pequeña, adiós, dan paso aquí a un guión convencional, con poco espacio para el tratamiento de los personajes y mucho hueco para lo predecible. La historia de amor entre el ladrón y la directora de banco, como también se ha comentado, no termina de resultar creíble, a pesar de los esfuerzos del propio actor y de una Rebecca Hall que nunca decepciona.
El gran mérito de The town lo encontramos precisamente en un repertorio inmejorable. Desconocemos cómo se las ha apañado Affleck para reunir en una misma producción a actores de tanto nivel y de tanta actualidad. Porque ahí están compartiendo plano el Don Draper de Mad men con el sargento William James de En tierra hostil. O el malvado humo negro de Lost con la Serena de Gossip Girl. Sin duda constituyen el único factor sorpresa que el espectador encontrará en la cinta.
Así pues, de la misma manera que el boom de Clint Eastwood parece haber explotado de forma casi unánime con su último filme, un Hereafter que la mayoría de la crítica ha calificado como desastroso, con Ben Affleck ocurre ahora justo lo contrario. Nos encontramos en pleno proceso de idilio, en ese preciso momento en el que los defectos apenas se quieren percibir. Pero lo que hoy se considera una proeza mañana probablemente quedará en el olvido. Veremos qué ocurre con la tercera incursión del actor tras las cámaras.
Este favor generalizado de la crítica hace que al actor se le perdonen aspectos que a otros principiantes les supondría la condena. Y es que aunque The town efectivamente presenta una factura impoluta, no deja de ser un filme de acción de lo más neutro, sin los atisbos de autor que desprendió Adiós, pequeña, adiós. Si tras las cámaras no estuviera el apellido Affleck probablemente nos encontraríamos con injustas sentencias sobre la mediocridad de la cinta. Lo que para un pobre desconocido supondría un demérito en esta ocasión se considera toda una hazaña.
The town es una cinta correcta, irreprochablemente eficaz porque cumple a la perfección su voluntad de entretener. Pero no conviene buscar en ella tintes de singularidad, aunque por momentos se esfuerce en buscar la atmósfera del Mystic river de Eastwood. Su retrato de un barrio marginal, en este caso el de Charlestown de Boston, fracasa a favor de las escenas de acción, que son las que mantienen el interés por la cinta. Es cierto que están muy logradas, pero nada que El caballero oscuro o Ocean’s eleven no hayan aportado ya al género de los atracos.
Se nota que Affleck no ha contado esta vez con una historia como la que le proporcionaba Dennis Lehane en su ópera prima. Los matices y la sordidez tan típicas del autor, muy bien adaptados a la gran pantalla en Adiós, pequeña, adiós, dan paso aquí a un guión convencional, con poco espacio para el tratamiento de los personajes y mucho hueco para lo predecible. La historia de amor entre el ladrón y la directora de banco, como también se ha comentado, no termina de resultar creíble, a pesar de los esfuerzos del propio actor y de una Rebecca Hall que nunca decepciona.
El gran mérito de The town lo encontramos precisamente en un repertorio inmejorable. Desconocemos cómo se las ha apañado Affleck para reunir en una misma producción a actores de tanto nivel y de tanta actualidad. Porque ahí están compartiendo plano el Don Draper de Mad men con el sargento William James de En tierra hostil. O el malvado humo negro de Lost con la Serena de Gossip Girl. Sin duda constituyen el único factor sorpresa que el espectador encontrará en la cinta.
Así pues, de la misma manera que el boom de Clint Eastwood parece haber explotado de forma casi unánime con su último filme, un Hereafter que la mayoría de la crítica ha calificado como desastroso, con Ben Affleck ocurre ahora justo lo contrario. Nos encontramos en pleno proceso de idilio, en ese preciso momento en el que los defectos apenas se quieren percibir. Pero lo que hoy se considera una proeza mañana probablemente quedará en el olvido. Veremos qué ocurre con la tercera incursión del actor tras las cámaras.
Comentarios
La peli es muy entretenida. Dudo que no le guste a alguien
La actriz sinmás, pero el personaje me aburre mucho
Oye, un acierto la portada de esta semana, ¡hay que ver The Walking Dead! :p
Éste es mi blog, pasate si quieres http://dicestudecine.blogspot.com/
Te sigo.
Un saludo!