Ir al contenido principal

Chloe, ni me engancha ni me pone

El matrimonio, esa sagrada institución que perdura a lo largo de los siglos, vuelve a ser objeto de una obra de ficción. Concretamente, el apartado que más quebraderos de cabeza conlleva esta unión, el de la infidelidad. Es un tema recurrente, manido, el pilar que ha sustentado grandes argumentos pero también historias de medio pelo destinadas a rellenar las aburridas tardes de domingo ante la pequeña pantalla. Y me temo que ese sería el destino directo de Chloe si no fuera porque dando la cara se encuentran Julianne Moore, Liam Neeson y Amanda Seyfried.
El argumento es bien simple. Una mujer pone a prueba la fidelidad de su marido contratando a una prostituta para que lo seduzca. Con el paso de los años, la relación se ha enfriado y las inseguridades, las sospechas, han aflorado. Pero la obsesión de la doctora Catherine por corroborar sus temores termina jugando en su contra. La ceguera en la que se ha sumergido nubla su realidad hasta tal punto que desquita los celos con una inesperada relación lésbica. El matrimonio, con el tiempo, se ha vuelto una tortura.
La premisa de Chloe hace prever dos tipos posibles de desarrollo argumental, bien hacia el thriller o bien hacia lo erótico. En el primer caso, el espectador puede presagiar todo un entramado de conspiración y giros inesperados. Tras aquel juego aparentemente inocente parece esconderse un misterio. La segunda variante también era factible. Los bellos desnudos en primer plano o las miradas contenidas del personaje de Julianne Moore podrían haber desembocado perfectamente en un trío de lo más sexual.
Atom Egoyan, el director de la película, opta en cambio por el camino intermedio. Evidentemente, la escena de cama entre Moore y Amanda Seyfried, publicitada como es debido, termina produciéndose por fin a mitad del metraje, tras un arranque demasiado sosegado. Pero tras el momento erótico cumbre, el filme da un vuelco final y de forma un tanto precipitada hacia el thriller, con un giro muy poco inesperado. El espectador termina, por tanto, con una sensación de frialdad e insatisfacción. Ni las escenas de sexo elevan termómetros y demás aparatos ni la resolución final acaba de sorprender.
Sólo hay un momento en el que la cinta se muestra sugestiva y es justo al inicio, cuando Chloe, la prostituta, diserta sobre su profesión. En tan sólo tres minutos y con una simple voz en off acompañada de bellos primeros planos, nos ofrece una preciosa reflexión sobre su oficio, visto casi como una función social. Acostumbrados a que la prostitución femenina se plasme casi siempre en pantalla desde la sordidez y la tragedia, la introducción de Chloe es una aportación más intimista, incluso poética, que enervará a más de una feminista.
A pesar de que la prostituta es la que da nombre al filme, el personaje no recibe el tratamiento que merecería una protagonista. Apenas sabemos sus motivaciones, sus inquietudes y, al final de la cinta, se nos convierte de repente en una caricatura irreconocible. Y es una lástima, porque si de Julianne Morre y de Liam Neeson ya esperábamos una buena interpretación, de la joven de Mamma mia (rodada posteriormente a Chloe, por cierto) obtenemos una grata sorpresa. Tres talentos desaprovechados y al servicio de una historia a medio gas.

Comentarios

Entradas populares de este blog

SÉ QUIÉN ERES | Aciertos y errores del thriller de la temporada

Con una legión de seguidores discreta pero infalible, en torno al 15% de cuota de pantalla, podría decirse que Sé quién eres es todo un hito en la historia de nuestra televisión. Pocas veces un thriller con una trama seriada ha logrado mantener espectadores semana tras semana, pendientes de un caso, el de la desaparición de Ana Saura, que, para colmo, se resolvía a mitad de estas dos temporadas fusionadas en una. Dieciséis capítulos vibrantes que culminaban este pasado lunes con un final sorprendente, no sólo por el asesinato inesperado de uno de sus personajes principales, sino también por la singularidad de su resolución. Probablemente por primera vez en estos lares, el happy end deja paso a un desenlace mucho más realista, el del triunfo del mal y del poder sobre el resto de mortales. A pesar de su notable éxito, sobre todo en un canal, Telecinco, con escaso recorrido para el drama seriado, Sé quién eres no ha supuesto la revolución que cabía esperar para nuestro panoram...

El embolado de Julianne Moore

¿Cómo es posible que una película protagonizada por Julianne Moore y Samuel L. Jackson se estrene en tan sólo tres salas de Barcelona? Era la pregunta que rondaba por mi cabeza momentos antes de entrar en uno de esos tres cines en los que proyectaban El color del crimen . Dos horas más tarde, al atravesar la salida de emergencia, entendí perfectamente el motivo. La película es un bodrio. Capítulos de Sin rastro desarrollan mucho mejor en 45 minutos lo que este filme alarga a 120, la misteriosa desaparición de un niño blanco cerca de un gueto habitado por negros en New Jersey. Desde el momento en que la policía decide acordonar toda la colonia para encontrar al secuestrador, estalla un conflicto racial con dramáticas consecuencias. La película muestra, a su manera, algunos de los males que azotan Estados Unidos. Como es evidente, uno de ellos el racismo y las desigualdades sociales, pero también algunos otros que producen igual repugnancia, como es por ejemplo esa tendencia al asociac...

The Killing Season 3 Finale: La gran desilusión

Han desperdiciado una gran oportunidad. Nos taparon la boca a los que renegábamos de una tercera temporada después del insuperable final de la segunda, brindaron una nueva trama con un arranque y un desarrollo que nos hizo olvidar por completo a Rosie Larsen, y sin embargo el pasado domingo desembocamos en un doble episodio final que en nada recuerda a los finales a los que nos tenían acostumbrados. Los guionistas de The Killing , esta vez sí, nos han fallado . En primer lugar, porque a falta de conocer si la AMC renueva la serie para una cuarta temporada, dejan a la audiencia con un desenlace abierto, que ni sirve para crear la suficiente expectación de cara a la siguiente entrega ni desde luego dejaría a The Killing en el lugar que se merece en caso de cancelación . Ni tenemos un nuevo caso al que aferrarnos ni un cliffhanger de alto impacto como en la primera temporada. Sólo tememos por el futuro de Sarah Linden tras disparar al asesino, cuando sabemos que de ir a la cárcel se...