Estarán orgullosos. Muchos de los que llevan semana tras semana pronosticando la debacle de The event habrán disfrutado con el último anuncio de la NBC. La cadena del pavo real ha decidido tomar medidas para revitalizar la audiencia de su gran apuesta de ficción de la temporada. Y es que tras su multimillonario arranque, la serie ha ido descendiendo en número de espectadores hasta situarse en unos peligrosos cinco millones. Habrán disfrutado, digo, los agoreros con sus facultades adivinatorias, con un descalabro que se apresuraron a comparar con el de la fallida Flashforward. Pero aparte de las cifras de audiencia, y por mucho que se esfuercen, ahí terminan las coincidencias entre ambas producciones.
The event no ha bajado de nivel
Cierto es que tampoco lo ha subido y que su calidad se encuentra rayando el aprobado, pero el caso es que la serie de la NBC jamás creó unas expectativas en el piloto que luego no ha sabido encauzar. Sin embargo, si nos remontamos al primer capítulo de Flashforward nos encontraremos con uno de los arranques más prometedores de la historia de la televisión. Una historia inquietante acompañada de unos efectos especiales propios de J.J. Abrams con un cliffhanger de lo más sorprendente. Sin duda, nos supieron vender humo, porque la serie fue perdiendo enteros de manera vertiginosa y suicida a lo largo de las semanas. De la adrenalina del piloto pasamos a una trama dando vueltas sobre sí misma y sin ningún indicio de querer despegar. Quisieron calentar tanto la intriga que terminaron chamuscando la idea.
The event inició su andadura de una forma mucho más modesta. Decidieron suplir la falta de medios con una complejidad en la narración un tanto mareante. Buscaron el impacto con los manidos flashbacks y flashforwards, enredando de forma innecesaria una trama mucho más sencilla de explicar. Aún así, mostraron desde el primer momento sus cartas. La fórmula a seguir consistiría en pequeñas dosis de intriga en clave ciencia ficcción aderezadas con altas cantidades de acción, una especie de V en su versión moderna pero justo con lo que le faltaba al remake de la ABC, un ritmo al más puro estilo 24. Y, de momento, vistos los cinco primeros episodios, no podemos afirmar que The event haya sido infiel a sí misma.
Parece que tiene un rumbo
La sensación que desprendía Flashforward, la de que todo aquello no conducía a ninguna parte o ni siquiera a una explicación mínimamente creíble, no la produce The event. Desde el primer episodio sabemos que la invasión extraterrestre planea sobre la serie, que no es un recurso sacado de forma imprevista de la manga. Parece que los guionistas tienen más o menos clara la función de cada personaje en la trama y que todos esos viajes en el tiempo tienen un objetivo común. El espectador tiene, por tanto, la tranquilidad de que el argumento no parece estar sujeto a la improvisación, algo de lo que pecaron tanto Flashforward como la mismísima Perdidos (salvando las inabarcables distancias, claro).
Otra cosa es que el planteamiento de la serie y su desarrollo gusten a la audiencia, que por las cifras parece que no. Aunque The event no sigue un esquema procedimental, lo cierto es que los capítulos comienzan a caer en la reiteración. Sean Walker, el protagonista, parece condenado a vivir perpetuamente en una persecución. El presidente latino Elías se debate en cada episodio entre la ética y la responsabilidad, mientras que sobre el director nacional de inteligencia Blake Sterling se mantienen las sospechas de traición. Seguimos sin conocer las verdaderas intenciones de Sophia y el resto de visitantes, pero aún así la historia avanza a ritmo de adrenalina.
A pesar de todo, engancha
A diferencia de Flashforward, en The event los capítulos no se hacen interminables. Puede que su factura de serie B tire para atrás, que los actores parezcan sacados de un telefilme de sobremesa, pero si algo consigue es entretener. Quizá los de la NBC erraron en su campaña de publicidad, generando más expectativas de las que jamás ofrecería esta producción, mucho más humilde y modesta que Flashforward. Que yo sepa, la cadena del pavo real, a diferencia de la ABC con la ficción protagonizada por Joseph Fiennes, jamás persiguió un éxito parecido al de Perdidos. Simplemente buscaba un éxito, a secas, en su paupérrima parrilla.
¿Lo ha conseguido? Evidentemente, los índices de audiencia demuestran que ha fracasado en el intento. Pero si no lo ha logrado no ha sido por agotamiento de sus seguidores, tal como sucediera con Flashforward. El problema de The event, a pesar de la acción, de la intriga, de su sentido del espectáculo sin florituras, es que no ha convencido a la audiencia desde su propio comienzo y sólo ha logrado engancharnos a unos pocos. ¿Demasiado pocos para una segunda oportunidad?
The event no ha bajado de nivel
Cierto es que tampoco lo ha subido y que su calidad se encuentra rayando el aprobado, pero el caso es que la serie de la NBC jamás creó unas expectativas en el piloto que luego no ha sabido encauzar. Sin embargo, si nos remontamos al primer capítulo de Flashforward nos encontraremos con uno de los arranques más prometedores de la historia de la televisión. Una historia inquietante acompañada de unos efectos especiales propios de J.J. Abrams con un cliffhanger de lo más sorprendente. Sin duda, nos supieron vender humo, porque la serie fue perdiendo enteros de manera vertiginosa y suicida a lo largo de las semanas. De la adrenalina del piloto pasamos a una trama dando vueltas sobre sí misma y sin ningún indicio de querer despegar. Quisieron calentar tanto la intriga que terminaron chamuscando la idea.
The event inició su andadura de una forma mucho más modesta. Decidieron suplir la falta de medios con una complejidad en la narración un tanto mareante. Buscaron el impacto con los manidos flashbacks y flashforwards, enredando de forma innecesaria una trama mucho más sencilla de explicar. Aún así, mostraron desde el primer momento sus cartas. La fórmula a seguir consistiría en pequeñas dosis de intriga en clave ciencia ficcción aderezadas con altas cantidades de acción, una especie de V en su versión moderna pero justo con lo que le faltaba al remake de la ABC, un ritmo al más puro estilo 24. Y, de momento, vistos los cinco primeros episodios, no podemos afirmar que The event haya sido infiel a sí misma.
Parece que tiene un rumbo
La sensación que desprendía Flashforward, la de que todo aquello no conducía a ninguna parte o ni siquiera a una explicación mínimamente creíble, no la produce The event. Desde el primer episodio sabemos que la invasión extraterrestre planea sobre la serie, que no es un recurso sacado de forma imprevista de la manga. Parece que los guionistas tienen más o menos clara la función de cada personaje en la trama y que todos esos viajes en el tiempo tienen un objetivo común. El espectador tiene, por tanto, la tranquilidad de que el argumento no parece estar sujeto a la improvisación, algo de lo que pecaron tanto Flashforward como la mismísima Perdidos (salvando las inabarcables distancias, claro).
Otra cosa es que el planteamiento de la serie y su desarrollo gusten a la audiencia, que por las cifras parece que no. Aunque The event no sigue un esquema procedimental, lo cierto es que los capítulos comienzan a caer en la reiteración. Sean Walker, el protagonista, parece condenado a vivir perpetuamente en una persecución. El presidente latino Elías se debate en cada episodio entre la ética y la responsabilidad, mientras que sobre el director nacional de inteligencia Blake Sterling se mantienen las sospechas de traición. Seguimos sin conocer las verdaderas intenciones de Sophia y el resto de visitantes, pero aún así la historia avanza a ritmo de adrenalina.
A pesar de todo, engancha
A diferencia de Flashforward, en The event los capítulos no se hacen interminables. Puede que su factura de serie B tire para atrás, que los actores parezcan sacados de un telefilme de sobremesa, pero si algo consigue es entretener. Quizá los de la NBC erraron en su campaña de publicidad, generando más expectativas de las que jamás ofrecería esta producción, mucho más humilde y modesta que Flashforward. Que yo sepa, la cadena del pavo real, a diferencia de la ABC con la ficción protagonizada por Joseph Fiennes, jamás persiguió un éxito parecido al de Perdidos. Simplemente buscaba un éxito, a secas, en su paupérrima parrilla.
¿Lo ha conseguido? Evidentemente, los índices de audiencia demuestran que ha fracasado en el intento. Pero si no lo ha logrado no ha sido por agotamiento de sus seguidores, tal como sucediera con Flashforward. El problema de The event, a pesar de la acción, de la intriga, de su sentido del espectáculo sin florituras, es que no ha convencido a la audiencia desde su propio comienzo y sólo ha logrado engancharnos a unos pocos. ¿Demasiado pocos para una segunda oportunidad?
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