Se acabaron las fórmulas imposibles y forzadas. Ha llegado Desmond a Lost y con él se terminaron mis jueguecitos sobre las incógnitas y las respuestas que nos va planteando la serie en su última temporada. Andamos ya por el capítulo 11 y, francamente, comienza a ser complicado, por no decir ridículo, seguir utilizando los números para comentar Perdidos.
Happily ever after es el pretexto perfecto para cambiar la fórmula, ya que supone un antes y un después en esta sexta temporada. Si el capítulo sobre el pasado de Richard sumaba puntos a esta última tanda de episodios, el que se centra en Desmond supone, hoy por hoy, el más revelador de la serie. Y es que llevábamos ya diez capítulos teorizando sobre el sentido de los flashes alternativos y ha tenido que llegar uno de nuestros protagonistas favoritos para aclararnos un poco las ideas.
Al inicio de la temporada, todo parecía indicar que la bomba que hizo estallar Juliet había hecho su efecto. Los supervivientes del vuelo Oceanic 815 habían logrado cambiar su destino de tal forma que el accidente aéreo no afectara a sus vidas. Pero desde el comienzo se amontonaban las sospechas de que esta realidad alternativa estaba repleta de taras. Las vidas de los personajes no eran idénticas a las vividas hasta el momento de caer el avión. Jack tenía un hijo de una madre todavía por descubrir. Sawyer pasó de ladrón a policía. Sun y Jin mantenían una relación en secreto. Algo chirriaba en sus historias.
El flash de Desmond tampoco era la excepción. Tras su llegada a Los Ángeles descubrimos una excelente relación laboral con su otrora enemigo y suegro Charles Widmore. Ahora, es el hombre de confianza del rico empresario, pero desconoce la existencia de Penny, el único sentido de su anterior vida. ¿Sospechoso, no? Sobre todo si tenemos en cuenta el inicio del capítulo en el que Charles Widmore pretende utilizar a su yerno como pieza clave en su guerra contra el enemigo de Jacob.
Parece como si el magnate y su esposa Eloise (sorprendente aparición) fueran conscientes de formar parte de una farsa en la realidad alternativa. ¿Podrían ser ellos también sus creadores? Sólo así se entendería que esta realidad parezca hecha a medida de sus intereses (como Widmore no quería a Desmond como yerno ni en pintura, decide potenciarlo en la empresa a cambio de esconderle la existencia de la joven).
Pero llega Charlie y lo trastoca todo. La imagen en el fondo del agua con su mano en el cristal recordándole a Desmond el excelente final de la tercera temporada es, junto a la resonancia magnética, de lo mejor del capítulo. Parece que el componente de Driveshaft es consciente de un pasado que le han querido borrar. Y Desmond no tarda mucho en descubrir que tiene razón y que en su baúl de los recuerdos se encuentra escondido el gran amor de su vida, una Penny que ahora también desconoce su existencia.
El final del episodio plantea nuevos interrogantes. ¿Con qué objetivo quiere Desmond contactar con todos los pasajeros del vuelo Oceanic? Si les abre los ojos sobre la falsedad de esta realidad que están viviendo, ¿deberán ellos elegir entre quedarse como están o volver a su auténtica vida de antes? ¿Por qué al regresar de su flash de tan sólo unos segundos, Desmond se muestra tan dispuesto a colaborar con su suegro? ¿Cuál es su misión? Y lo más intrigante, ¿por qué se van con Sayid y el lado oscuro sin apenas rechistar? ¿Será una estrategia? Como siempre, una de cal y otra de arena.
Happily ever after es el pretexto perfecto para cambiar la fórmula, ya que supone un antes y un después en esta sexta temporada. Si el capítulo sobre el pasado de Richard sumaba puntos a esta última tanda de episodios, el que se centra en Desmond supone, hoy por hoy, el más revelador de la serie. Y es que llevábamos ya diez capítulos teorizando sobre el sentido de los flashes alternativos y ha tenido que llegar uno de nuestros protagonistas favoritos para aclararnos un poco las ideas.
Al inicio de la temporada, todo parecía indicar que la bomba que hizo estallar Juliet había hecho su efecto. Los supervivientes del vuelo Oceanic 815 habían logrado cambiar su destino de tal forma que el accidente aéreo no afectara a sus vidas. Pero desde el comienzo se amontonaban las sospechas de que esta realidad alternativa estaba repleta de taras. Las vidas de los personajes no eran idénticas a las vividas hasta el momento de caer el avión. Jack tenía un hijo de una madre todavía por descubrir. Sawyer pasó de ladrón a policía. Sun y Jin mantenían una relación en secreto. Algo chirriaba en sus historias.
El flash de Desmond tampoco era la excepción. Tras su llegada a Los Ángeles descubrimos una excelente relación laboral con su otrora enemigo y suegro Charles Widmore. Ahora, es el hombre de confianza del rico empresario, pero desconoce la existencia de Penny, el único sentido de su anterior vida. ¿Sospechoso, no? Sobre todo si tenemos en cuenta el inicio del capítulo en el que Charles Widmore pretende utilizar a su yerno como pieza clave en su guerra contra el enemigo de Jacob.
Parece como si el magnate y su esposa Eloise (sorprendente aparición) fueran conscientes de formar parte de una farsa en la realidad alternativa. ¿Podrían ser ellos también sus creadores? Sólo así se entendería que esta realidad parezca hecha a medida de sus intereses (como Widmore no quería a Desmond como yerno ni en pintura, decide potenciarlo en la empresa a cambio de esconderle la existencia de la joven).
Pero llega Charlie y lo trastoca todo. La imagen en el fondo del agua con su mano en el cristal recordándole a Desmond el excelente final de la tercera temporada es, junto a la resonancia magnética, de lo mejor del capítulo. Parece que el componente de Driveshaft es consciente de un pasado que le han querido borrar. Y Desmond no tarda mucho en descubrir que tiene razón y que en su baúl de los recuerdos se encuentra escondido el gran amor de su vida, una Penny que ahora también desconoce su existencia.
El final del episodio plantea nuevos interrogantes. ¿Con qué objetivo quiere Desmond contactar con todos los pasajeros del vuelo Oceanic? Si les abre los ojos sobre la falsedad de esta realidad que están viviendo, ¿deberán ellos elegir entre quedarse como están o volver a su auténtica vida de antes? ¿Por qué al regresar de su flash de tan sólo unos segundos, Desmond se muestra tan dispuesto a colaborar con su suegro? ¿Cuál es su misión? Y lo más intrigante, ¿por qué se van con Sayid y el lado oscuro sin apenas rechistar? ¿Será una estrategia? Como siempre, una de cal y otra de arena.
Comentarios
Oooohhhh.. has decidido dejar la fórula de los números para comentar Lost... en el 11, otro número primo. Jeje.
Cuando Widmore le ofrece a Desmond de su whisky casi lloro de la emoción!! jeje
Pero ahora me obsesionan las secuencias de los reflejos, cómo cada personaje se ve reflejado (en un espejo, en el panel del aeropuero, en una puerta, en la ventanilla del coche...).. como dejando constancia de otra realidad paralela.
Sublime.
La pata sigue chunga. El deporte perjudica seriamente la salud!
Si esta teoría fuese cierta (que soy muy consciente de que es fácil de rebatir porque tengo una media de dos teorías por semana, cosa que me divierte mucho), Kate y Jack tendrían que acabar juntos a final de la temporada, porque no veo amor por ninguna parte en sus otras vidas.
Por cierto, ¿has visto hoy la portada de publico.es?? ¡¡Me encanta!!
Oye, como puedo ver la portada de Público? en la web no me aclaro...
Me refería a la portada de la web, que entres en publico.es, vaya... y veas la bandera republicana pintada en todo el fondo de la página tal día como hoy. Me gusta gráficamente y me gusta que sean claros y leales con sus lectores. Otros tendrían que poner la bandera con el aguilucho, jeje.
Qué dramáticos somos, no? Deseando un final trágico para Lost! Yo creo que es lo que merece, un final épico, mastodóntico, dramáticamente trágico! A ver qué tal el de Hugo. Ya veo que te has puesto las pilas con la serie...
Ya me he puesto las pilas con Lost, claro... y este finde el 6x12... ¡¡Hugo!!
jeje
Dejando e aimalito a un lado, desgraciadamente eso del amor parece que coge fuerza en el capítulo 12 pero no me puedo creer que lo vayan a reducr a eso, vale que en realidad tienen razón y el amor rompe barreras, pero en Lost no! aunque prefiero eso antes que la batalla entre los dos nuevos de la serie, ya sabéis quienes digo...
Ah! en el 6x12 hay una sorpresa, no haré spoiler, pero yo no lo esperaba para nada!
Hombre, lost ha tenido también sus momentitos ñoños y cursis, así que lo mismo nos brindan un final así, en plan felicity... Esperemos que no! Entonces al final la batalla entre el bien y el mal no tiene nada que ver?? Es que aquí hay demasiados mandamases, no?
Soy kyot_ a ver si poniendo Anónimo sale :)
¿Soy la única que ve trampa que hasta la quinta temporada Wildmore era el archienemigo de Ben y nada más y ahora, de golpe, es algo más? Ya no le interesa Ben, ya no se quiere vengar, ni echarlo o lo que fuera, ahora resulta que sabe de la existencia de Némesis, Anti-Jacob o lo que sea y va a por él.
Para mi eso es trampa. Porque una cosa es ocultar y no decir nunca que quiere Wildmore y otra lo que han hecho con él.
Y el mundo paralelo este o lo que sea, está claro que Wildmore y Eloise saben quien es Desmond y su relación con Penny, porque la mujer se pone echa una furia cuando ve que él pregunta por ella. Pero si no los quieren juntos, ¿por qué hacer que él tabaje para Wildmore? ¿Por qué lo hace ir a casa de los Wildmore donde ella podría estar? Es ilógico.
Me chirría un poco toda la ciencia ficcion que han ido poniendo por la jeta, cuando al principio todo era más científico, y que ahora pongan el amor como motor de todo.
Y una parida, Eloise y Wildmore tuvieron en ambas realidades a Faraday. Pero Penny es de Wildmore, pero no de Eloise no? ¿se supone que en esta realidad es hija de Eloise o que Wildmore le puso los cuernos con otra?
kyot, totalmente de acuerdo. Aún recuerdo cuando ben se cabrea por la muerte de su hija y va a visitar a Widmore a su casa en una de esas escenas memorables que parecía que ellos eran los dos enemigos máximos. Y ahora Ben ha quedado como un paleto lameculos... Desde luego la serie no la tenían toda pensada desde el principio.