Ir al contenido principal

A la caza de Katniss

A la sombra de Crepúsculo, de Harry Potter, de Los juegos del hambre. Las sagas para adolescentes crecen como setas alrededor de sus grandes referentes con la esperanza de captar un resquicio de sol. Pero no tantas lo consiguen. Ahí están El juego de Ender, Hermosas criaturas o The host para atestiguar que no es tan sencillo calentar motores en las redes, hacerse un hueco en los medios y finalmente ganarse el favor de un público sobrecargado.

El corredor del laberinto, por suerte, ha sido una de las afortunadas en pasar la criba de la taquilla y asegurarse una segunda parte, siguiendo la estela de Divergente. Sus desquiciantes Continuará no quedarán en suspenso para la eternidad, como sucede con esas series súbitamente interrumpidas, sin un final, por culpa de las temibles cancelaciones. La comparación con la ficción televisiva no es pueril. La cinta condensa tantos clímax en tan sólo 110 minutos que una temporada de 13 capítulos se quedaría pequeña para abarcarlos.

En todo caso, la densidad de acontecimientos sólo juega a favor de una película que no deja lugar para el aliento. Sin preámbulos, sin rellenos ni mensajes forzados. Directamente al grano. Se agradece que, de una vez por todas, una cinta de aventuras sea honesta consigo misma y con el espectador, brindándole la dosis esperada de adrenalina, sin buscar el aplauso de la crítica pero tampoco suscitando sus iras. El corredor del laberinto es puro entretenimiento.

La trilogía de James Dashner es el combustible perfecto para una maquinaria infalible. Si ya el libro desarrolla con eficacia la intrigante historia de un grupo de adolescentes encerrados entre los muros de un interminable laberinto, su adaptación suprime sin miramientos los elementos menos visuales de su resolución para brindarnos un palpitante cúmulo de escenas de infarto. Desde el comienzo, con ese asfixiante ascenso en montacargas, hasta el final, pasando por esa impresionante carrera a contrarreloj contra los muros del laberinto.

Ante un público cada vez más exigente y menos impresionable, El corredor del laberinto se comporta como un producto plenamente eficaz y consigue algo tan complicado como remover al personal de su asiento. Lo hace además con un elenco de jóvenes actores que despiertan levemente los recuerdos de aquella entrañable e irrepetible pandilla de Los Goonies. Conforma, por tanto, una perfecta producción para adolescentes con acceso a un universo de imaginación y apocalipsis tanto o más adictivo que Los juegos del hambre. Una nueva saga que marcar en el calendario de acontecimientos imprescindibles.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Próximamente: 3 proyectos de lo más intrigantes

Verano suele ser sinónimo de taquillazos. Grandes superproducciones cargaditas de efectos especiales pero con escaso ingenio. Este año, además de superhéroes, sagas vampíricas y videojuegos que saltan al cine, se nos avecinan proyectos de un calibre distinto. Propuestas innovadoras rodeadas de misterio, tanto dentro como fuera de la pantalla, que no recelan de la tecnología pero que tampoco nadan en las plácidas aguas del entretenimiento más puro . Tienen a sus espaldas grandes campañas publicitarias, milimétricamente estudiadas, pero son películas que se venden por sí solas. Inception Christopher Nolan, el director que estrujó nuestros cerebros con Memento , parece que volverá a hacernos trabajar en su nueva película. Inception , traducida aquí como Origen , supondrá un nuevo reto sobre la mente humana y, a juzgar por el espectacular trailer, un desafío a las leyes de la gravedad. Leonardo DiCaprio encarna a Dom Cobb, especialista en apropiarse de los secretos del subconsciente ajeno

Haciendo aguas con el Poseidón

Sirva de advertencia que me encanta el cine de catástrofes. No he visto El coloso en llamas , la primera que viene a la mente cuando mencionamos el género, pero Terremoto o Aeropuerto o las más recientes Pánico en el túnel o Un pueblo llamado Dante’s Peak se encuentran bien ancladas en mi memoria. Me da igual si se trata de incendios, erupciones volcánicas, terremotos, tormentas, inundaciones, hundimientos o una thermomix de todas ellas. Me da igual que este tipo de filmes sean de dudosa calidad cinematográfica. Las catástrofes en la pantalla me gustan (¿debería hacérmelo mirar?). Y probablemente eso no juega en mi favor a la hora de analizar una película como Poseidón . Sin embargo, gracias a la experiencia acumulada con los años y tras múltiples visionados de auténticas tragedias colectivas, uno acaba adquiriendo cierto criterio para diferenciar las grandes producciones de sus fotocopias de bajo presupuesto. Y puedo asegurar que Poseidón , auténtica apología del cartón piedra, pe

Dos maduritas cachondas

Es el pretexto ideal para una película porno. Un joven cachas se cepilla a la madre de su mejor amigo una noche de borrachera . Al descubrirlo, el otro se dirige sin miramientos a la casa de al lado y hace lo propio con su mamá, conformando un cuadrilátero de infinitas posibilidades que es una lástima que esta película australiano-francesa no llegue a explorar. Porque la cinta, señores, se toma en serio la premisa y en vez de extender el delirio con tríos, incestos y escenas gay-lésbicas busca convertir en drama un argumento de risa. Lejos de derivar esta absurda historia de amores cruzados en una tragedia griega, Dos madres perfectas encima se recrea con cierta sorna en los momentos más bochornosos . “¿Cómo te sientes?” le pregunta Naomi Watts, una de las madres a su mejor amiga cuando ambas descubren su particular intercambio de hijos. “Muy bien, mejor que nunca”, le responde sin apenas pestañear Robin Wright para a continuación ofrecernos un plano de ambas con cara de satisfa