LOS ACIERTOS
- El lado bueno de las cosas: Bradley Cooper y Jennifer
Lawrence, flamante ganadora del Oscar por este papel, sorprenden protagonizando
esta atípica comedia romántica entre dos seres desquiciados pero entrañables.
- El vuelo: Angustiosa radiografía de una adicción, con nudo
en el estómago incluido, sobre un piloto que pasa de héroe a villano después de
salvar un avión y descubrirse que es alcohólico. El mejor papel de Denzel
Washington.
- The Americans: La serie que ha triunfado en la midseason
desmontando tópicos. La trama no bebe de ‘Homeland’; Keri Russell y Matthew
Rhys hacen buena pareja y los espías rusos pueden aspirar a algo más que al
socorrido papel de secundarios malvados.
- House of cards: Netflix se estrena en la producción propia
por todo lo alto con esta obra maestra sobre el cinismo y la política que
dirige David Fincher y que engrandece el matrimonio formado por Kevin Spacey y
Robin Wright.
- Las ventajas de ser un marginado: Atípico filme de
instituto que nos presenta a una pandilla de outsiders que lejos de achicarse
ante los acosadores reivindica a grito pelado su personalidad.
- Goya 2013: Aunque las reivindicaciones de Eva Hache contra
el gobierno carecieran de ingenio y la cosecha del cine patrio para este año
fuera más bien mediocre, Blancanieves reinó.
- El atlas de las nubes: Vilipendiada por buena parte de la
crítica, la última creación de los Wachowski ofrece más escenas majestuosas que
muchas de otras cintas comerciales que sí han obtenido su beneplácito.
- Blue Valentine: Por alguna extraña razón, esta maravillosa
cinta sobre el declive de una relación de amor entre Ryan Gosling y Michelle
Williams llegó tarde y de tapadillo a nuestro país. Drama romántico
imprescindible.
- Un asunto real: Exquisita cinta de época danesa basada en
la historia del rey loco Christian VII, su sufrida esposa y el médico personal
del monarca. Romance prohibido con el trasfondo político de la ilustración.
- Anna Karenina: La gran olvidada en la última edición de
los Oscar es un arriesgado ejercicio de estilo que nos acerca al clásico de
Tolstoi de forma sensible y elegante. El tándem Joe Wright y Keira Knightley se
mantiene como imprescindible en el género de época.
- Bates motel: El canal A&E consigue su primera
producción de éxito con esta arriesgada precuela del clásico de Hitchcock que,
lejos de ultrajar al original, lo homenajea a base de ingenio y talento,
personificado en Vera Farmiga.
- 4ª temporada de The voice: Muchos apostaban por la quema
del formato, pero el ‘talent’ mantiene calidad y, sobre todo, audiencia incluso
con la ausencia de Christina Aguilera y Cee Lo, mientras el gran rival American idol sufre sus horas más bajas.
- 3ª temporada de Juego de tronos: La serie avanza lenta
pero firme en la adaptación del libro más impactante de Canción de hielo y
fuego, con los grandes sucesos de la trama todavía por llegar.
- Posesión infernal: Cumple su objetivo de actualizar la
cinta de culto de los 80 con más terror y más gore. La secuencia de cierre es
apoteósica.
- Alacrán enamorado: Aunque chirrían algunos secundarios,
esta cinta española sobre boxeo y neonazis despunta gracias a los papelones de
Álex González y Javier Bardem.
- Tierra prometida: Polémicas medioambientales aparte, la
cinta de Matt Damon y Gus Van Sant funciona como reivindicación de la vida
rural y como crítica al poder corporativo.
- Tomboy: Pequeña cinta francesa sobre una niña que viste de
niño pero que huye del género gay para despertar con inusitado realismo
nuestros recuerdos de infancia.
LO INDIFERENTE
- Dos días en Nueva York: La secuela de Dos días en París,
que narra los conflictos culturales entre los familiares de la pareja formada
por Julie Delpy y Chris Rock, pasa sin pena ni gloria por las pantallas de
nuestro país.
- Oscars 2013: Gala soporífera (como tantas últimamente),
presentador sin gracia (como viene siendo habitual) y ganadora previsible pero
justa (Argo). Salvó los muebles la inesperada intervención de Michelle Obama
desde la Casa Blanca. Insuperable.
- Vikings: La serie ha batido récords en el canal History
Channel pero no aporta grandes novedades a un género en el que sólo hay hueco
para una reina: Juego de tronos.
- Efectos secundarios: Soderbergh decide despedirse de la
gran pantalla (con permiso de Behind the Candelabra) con esta trama
inverosímil y tramposa más propia de un guionista de telefilmes que de un
director de prestigio.
- Da Vinci’s demons: No sé si son los cromas, la falta de
realismo o la estética, pero los minutos iniciales del piloto no invitan a
seguir con esta nueva propuesta del canal Starz, desaprovechando el gran filón
que podía suponer Leonardo Da Vinci.
- Rectify: El piloto, de momento, no consigue tocar la fibra
sensible del espectador, que espera más alma y menos frialdad en esta serie de
Sundance Channel sobre la reinserción de un preso rescatado de la pena de
muerte.
LAS DECEPCIONES
- The Following: La serie más esperada de la temporada se
convirtió enseguida en un despropósito argumental que encumbra a producciones
previas de Kevin Williamson como Scream o Dawson crece a la categoría de
obras maestras.
- 2ª temporada de Smash: Todos las medidas de urgencia
ideadas para rescatar a este gran drama musical ambientado en las bambalinas de
Broadway sólo han servido para sentenciar su muerte tras su sonoro declive de
audiencia.
- Los amantes pasajeros: El retorno de Pedro Almodóvar a la
comedia se ha convertido, de lejos, en la peor cinta de su filmografía. Humor
chabacano y sin gracia totalmente alejado del gratificante costumbrismo al que
nos tenía acostumbrados.
- Hannibal: Puede que para algunos sea la gran incomprendida
de la temporada, pero para los fieles al personaje de Lecter el planteamiento
de esta adaptación televisiva es casi tan delirante como ‘Hannibal rising’.
- Oblivion: La avalancha de filmes y series futuristas que
nos acecha se inicia con esta superproducción que abusa de los planos
contemplativos y de un omnipresente Tom Cruise para aportar cero originalidad.
- Hemlock Grove: La serie de terror de Eli Roth para Netflix
ha sorprendido pero para mal, por la falta de atractivo de su horror
surrealista y, sobre todo, por el desarrollo soporífero.
- Ayer no termina nunca: Isabel Coixet encadena una retahíla
de monólogos forzadamente dramáticos que una pareja en crisis formada por
Javier Cámara y Candela Peña recita con pavorosa teatralidad.
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