Ir al contenido principal

Descubriendo a Dolan

Llego tarde. Descubro al jovencísimo Xavier Dolan en la que consideran su peor película. Porque con sólo 25 años este quebequés ya cuenta con cuatro obras, una legión de seguidores y un puesto fijo en festivales de renombre como el de Cannes. Ahora es un certamen online, el Atlántida Film Fest, el que nos acerca su cuarto largometraje, un Tom a la fèrme que sus incondicionales consideran demasiado comercial pero que para los neófitos a su filmografía puede suponer la mejor puerta de entrada. Si esta es su peor propuesta, ¿cómo serán las anteriores?

Este particular duelo postmortem, de ambiente viciado y envolvente, despierta el apetito por conocer el universo de un director que ya comparan con veteranos como Wong Kar Wai o Pedro Almodóvar. Sin ir más lejos, Carlos Boyero, por coherencia y convicción, también aborrece a este neohipster pretencioso, así que absténganse los detractores de ese cine que supedita los guiones, no siempre con acierto, a un ejercicio estilístico artificioso. No es el caso, sin embargo, de esta angustiosa cinta, en la que prima la atmósfera de opresión frente a los planos de alarde.

Tom a la fèrme es una historia de dolor reprimido, el que siente el protagonista cuando acude a la granja familiar de su novio para velar su muerte. Forzado por un hermano aterrador, se verá obligado a contener el llanto y a camuflar su relación con el disfraz de una gran amistad. Un ambiente de opresión y violencia en el que se mezclan el miedo, el drama y la tensión, incluida la sexual. Xavier Dolan realiza una labor encomiable, no ya como director sino frente a la cámara asumiendo una personalidad con tantos matices como la de Tom.

La atracción imposible hacia un cuñado psicópata, tan pronto violento como embaucador, es sólo uno de los alicientes de este thriller de toque homosexual, al parecer uno de los hilos conductores de la obra de Dolan. Su otro gran sello está en la belleza formal. Planos cenitales acompañados de una potente y adictiva banda sonora, planos dorsales que convierten al espectador en un cómplice del protagonista, travelings minuciosamente descriptivos de estancias. Imágenes milimetradas que no alteran ni conducen el fondo del filme hacia la estratosfera de la pedantería o el surrealismo.

Finalizados los títulos de crédito de Tom a la fèrme, surge la necesidad de un ciclo Dolan que o bien reafirme la buena impresión o bien contradiga a la corriente en favor de este personalísimo director. ¿Serán sus tres películas previas el paradigma de una obra de arte precoz? Y en ese caso, si su cuarta propuesta es un pequeño traspiés, ¿estará desenmascarando en realidad un precipitado espejismo? Cameo ya tiene editado un pack idóneo en DVD con Yo maté a mi madre, Los amores imaginarios y Laurence anyways pero todas sus existencias están agotadas. Urge reeditarlo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Próximamente: 3 proyectos de lo más intrigantes

Verano suele ser sinónimo de taquillazos. Grandes superproducciones cargaditas de efectos especiales pero con escaso ingenio. Este año, además de superhéroes, sagas vampíricas y videojuegos que saltan al cine, se nos avecinan proyectos de un calibre distinto. Propuestas innovadoras rodeadas de misterio, tanto dentro como fuera de la pantalla, que no recelan de la tecnología pero que tampoco nadan en las plácidas aguas del entretenimiento más puro . Tienen a sus espaldas grandes campañas publicitarias, milimétricamente estudiadas, pero son películas que se venden por sí solas. Inception Christopher Nolan, el director que estrujó nuestros cerebros con Memento , parece que volverá a hacernos trabajar en su nueva película. Inception , traducida aquí como Origen , supondrá un nuevo reto sobre la mente humana y, a juzgar por el espectacular trailer, un desafío a las leyes de la gravedad. Leonardo DiCaprio encarna a Dom Cobb, especialista en apropiarse de los secretos del subconsciente ajeno

Los 8 momentos memorables del final de Mujeres Desesperadas

Pueden contarse con los dedos de una mano las series que han logrado cerrar la persiana sin remordimientos. Mujeres desesperadas seguramente se encuentre en ese reducido grupo de privilegiadas que alcanza el final satisfaciendo a la gran mayoría de sus seguidores , sin polémicas, sin originalidades, sin alterar, en definitiva, la esencia de una fórmula que la ha mantenido en antena durante ocho temporadas. Podrán vertirse muchas críticas sobre esta creación de Marc Cherry, gustarán más o menos algunas épocas de la serie, pero lo que no puede negársele a Mujeres desesperadas es la fidelidad a su público . La coherencia suele convertirse en la factura pendiente en producciones que, movidas por el éxito, suelen alargarse hasta el infinito, perdiendo en el camino la cordura ( Lost ) o a buena parte de su reparto original ( CSI ). Consciente de ello, Cherry decidió ponerle punto y final a su niña mimada antes de que el tiempo erosionara su identidad. La fecha escogida fue el p

Haciendo aguas con el Poseidón

Sirva de advertencia que me encanta el cine de catástrofes. No he visto El coloso en llamas , la primera que viene a la mente cuando mencionamos el género, pero Terremoto o Aeropuerto o las más recientes Pánico en el túnel o Un pueblo llamado Dante’s Peak se encuentran bien ancladas en mi memoria. Me da igual si se trata de incendios, erupciones volcánicas, terremotos, tormentas, inundaciones, hundimientos o una thermomix de todas ellas. Me da igual que este tipo de filmes sean de dudosa calidad cinematográfica. Las catástrofes en la pantalla me gustan (¿debería hacérmelo mirar?). Y probablemente eso no juega en mi favor a la hora de analizar una película como Poseidón . Sin embargo, gracias a la experiencia acumulada con los años y tras múltiples visionados de auténticas tragedias colectivas, uno acaba adquiriendo cierto criterio para diferenciar las grandes producciones de sus fotocopias de bajo presupuesto. Y puedo asegurar que Poseidón , auténtica apología del cartón piedra, pe