De la misma manera que el célebre personaje de Los morancos parodiaba, con el humor cafre y desmedido del dúo humorístico, un tópico no tan alejado de la realidad, el debut de Paco León tras las cámaras nos presenta a otra mujer de armas tomar, una Carmina Barrios, su propia madre, que no por desmesurada ni increíble deja de ser un reflejo bastante nítido de la andaluza de pura cepa, capaz de llenar la pantalla con su jartá de cavilaciones.
Puede parecer ofensivo afirmar que un personaje de ética tan dudosa pueda representar a una determinada población de este país, pero cuando uno es descendiente de andaluces tiene todo el derecho a hacerlo sin ser acusado de prejuicioso. Porque yo también podría marcarme un debut como director sentando a mi abuela Carmen en una silla y haciéndole soltar todo lo que suele salir por su boquita cordobesa. Y nos desternillaríamos de risa.
No intento restarle mérito a Carmina o revienta sino justo lo contrario. A nadie hasta ahora se le había ocurrido que alguien tan cotidiano como Carmina podía ser material de primera para una película. Desconocemos si el guión se lo ha marcado la propia madre de Paco León, pero lo cierto es que sin el desparpajo y el salero de esta carismática sevillana el filme no tendría ninguna razón de ser. Porque el esfuerzo creativo del debutante es mínimo comparado con el derroche de naturalidad que desprende la matriarca.
Carmina se mueve en un entorno de Callejeros pero, a diferencia del programa de Cuatro, en ningún momento nos surge hacia ella un sentimiento de lástima. En ese hábitat natural se desenvuelve como pez en el agua, estafando al seguro con una partida de jamones o persiguiendo a unos ladrones hasta el barrio de las Tres mil viviendas. Aunque tengan un ámbito marginal en común y coincidan en algún punto escatológico, la cinta tampoco peca de llevar las situaciones a su extremo más grosero como ocurre con el Torrente de Santiago Segura. En Carmina o revienta impera el realismo.
El auténtico gozo de la película es comprobar hasta qué punto estamos familiarizados con el costumbrismo que refleja. Expresiones como “la comunión de mi Cristina”, la propia celebración o ese vendaje improvisado a base de rollo de cocina y film transparente podrían parecer exagerados si no fuera porque para algunos nos resultan de lo más reconocibles. Y el mérito de Carmina Barrios, la intérprete, está precisamente en camuflar la interpretación a tal nivel que incluso termina desbancando a la recién descubierta María León como actriz revelación (¿subirá también al escenario en los próximos Goya?).
Conviene matizar por último el aliciente de Carmina o revienta, que desde luego no sólo recae en su brillante protagonista. Paco León decidía estrenar su debut con un experimento, para algunos suicida, para la gran mayoría valiente, pionero en nuestro país. El público ha respondido al estreno simultáneo en salas, Internet y DVD y ha dado la espalda a los exhibidores que siguen negándose a la realidad. Entre el ‘todo gratis’ y los 8 euros por entrada en taquilla, parece que puede existir un término medio que muchos estamos dispuestos a asumir.
Conviene matizar por último el aliciente de Carmina o revienta, que desde luego no sólo recae en su brillante protagonista. Paco León decidía estrenar su debut con un experimento, para algunos suicida, para la gran mayoría valiente, pionero en nuestro país. El público ha respondido al estreno simultáneo en salas, Internet y DVD y ha dado la espalda a los exhibidores que siguen negándose a la realidad. Entre el ‘todo gratis’ y los 8 euros por entrada en taquilla, parece que puede existir un término medio que muchos estamos dispuestos a asumir.
Comentarios
1. Tu madre protagonizará la peli.
2. El otro personaje principal será tu propia hermana.
3. Ahórrate gran parte del guión, documentación, derechos y demás: básate en las propias vivencias de tu madre e invéntate las partes de realidad que te estropean la historia.
4. Imprégnalo de un buen ambiente realista, es decir, vale con poco más que lo que tengas por casa.
5. No te entiendas con ninguna distribuidora para exhibir tu peli.
6. Monta un revuelo por no tener distribuidora, tendrás promoción gratis.
7. Aprovecha y alardea sobre el poco tiempo que has invertido en rodar.
Resultado: obtendrás un trabajo que si tachan de cutre o simple, tienes disculpa... y si gusta será considerado una genialidad.
Eso sí, un consejo: cuando tú o alguien de tu familia recoja el Goya, recuérdales lo baratita que te salió. Todos nos sentiremos más imbéciles.
Muy hábil. Hay un halo de heroicidad en todo esto que no me parece normal. Para mi gusto se habla demasiado de todo lo demás y poco de la peli en sí.
Saludos.