Como si de una precuela se tratara, los creadores de Lost nos han deparado uno de los capítulos más polémicos de su historia. Y a tan sólo tres episodios del ansiado final. Tras dejar a Jin y Sun en el fondo del mar y al malo de Locke planeando terminar de una vez con los tres únicos candidatos que quedan con vida, la historia se toma un parón y nos ofrece el flashback más lejano que se recuerda. Nada más y nada menos que a la época romana se remonta el origen de Jacob y del hombre de negro, que además de enemigos, ahora descubrimos que también son hermanos.
En una época imprecisa, pero muy, muy lejana, la isla estaba habitada por una sola mujer, interpretada por la siempre verosímil Allison Janney. Pero un buen día desembarca en la playa una joven embarazada junto a varios supervivientes de un naufragio (¿Qué tendrá esta isla que siempre provoca accidentes y catástrofes a su alrededor?). La chica, de nombre Claudia, da a luz a un pequeño al que llama Jacob, pero ahí no queda la cosa. En su interior todavía había sitio para un segundo retoño, para el que ni siquiera se había pensado un nombre. Este doble alumbramiento es lo que al parecer sorprende a la guardiana de la isla y lo que finalmente la conduce a matar a Claudia. ¿Por qué al presenciar este doble nacimiento, la misteriosa mujer decide encargarse de ellos? Alguna señal parece indicarle que entre los dos bebés se encuentra el futuro candidato a guardián de la isla.En todo caso, el ojito derecho de esta madre adoptiva por la fuerza es el niño de negro, cuyo nombre puede ser tan revelador que por eso quizá nos lo mantienen en secreto. Es al que considera especial, con mayores virtudes y un instinto del que carece el ingenuo Jacob. Por otro lado, las teorías de que toda la serie se basaba en una partida entre el blanco y el negro se confirman a medias con la aparición en la playa, provocada por la madre, de un senet, que según la lostpedia, es un juego egipcio con fichas blancas y negras. Ya se deja entrever que algún día Jacob marcará unas reglas distintas en torno a este juego.La diferencia entre los dos hermanos es abismal. Mientras Jacob cree a pies juntillas las creencias o mentiras de su madre, el chico de negro es más inquieto, más científico, en busca de la verdad. El capítulo no dibuja un panorama dividido entre el bien y el mal, puesto que ni el chico de negro es tan malo (sólo busca encontrar sus raíces y explorar mundo) ni la misteriosa madre es tan buena (se carga a todo un poblado de humanos sin demasiados remordimientos).
Dos de las múltiples polémicas que ha suscitado este episodio son plenamente justificadas. Por un lado, la entrada en escena de un nuevo elemento místico en la isla roza la vergüenza ajena. Al templo, el faro, la estatua (¿alguien da más?) se les suma ahora una cueva mágica con luz cegadora y entorno paradisiaco. Esa energía, ese electromagnetismo, esa luz, que es la vida, la muerte y la resurrección, es el motivo por el que conviene mantener a salvo la isla de la codicia humana.
El segundo momento bochornoso lo encontramos treinta años más tarde, cuando el chico de negro se ha convertido en un cuarentón y, junto a los humanos, busca la forma de encontrar la luz que una vez su madre le enseñó. La explicación sobre cómo piensa utilizar ese poder para salir de la isla, con una rueda de por medio, es de lo más rocambolesca e imprecisa. Pura ciencia ficción que convierte a la máquina del tiempo de Stargate en el colmo de la verosimilitud.Pero derivas fantasiosas aparte, el capítulo mantiene el interés en todo momento. Y lo más importante, nos sugiere, sin nunca confirmar del todo, algunas respuestas. Descubrimos ahora que el hombre de negro que encarna el actor Titus Welliver en realidad está muerto y que el humo es probablemente su reencarnación. Sólo así se entiende que en el capítulo 6x08 le dijera a Kate que él, como Aaron, también tuvo una madre loca. El hermano sin nombre ha sufrido entonces eso que es mucho peor que la muerte y que podría ser la necesidad de acabar con todo posible guardián de la isla para poder escapar. Aún así, la esencia tanto de la luz como del humo negro sigue sin quedar clara.Por otro lado, mediante un sorprendente flashback, los guionistas avivan la esperanza de que toda la serie ya estuviera pensada desde el principio. Los cadáveres que Jack, Kate y Locke encontraron en la cueva no pertenecían a Adán y Eva sino a la madre y al hermano de Jacob. Algunos foros se rasgan las vestiduras porque la posición de los cuerpos no es la misma o porque Jack comentó que podrían llevar allí 40 ó 50 años. Sinceramente, los detalles meticulosos me dan lo mismo. Lo único que pido es un poco de coherencia. Señoras y señores, esto se acaba. En unos días comprobaremos si toda esta experiencia apasionante ha valido la pena.
En una época imprecisa, pero muy, muy lejana, la isla estaba habitada por una sola mujer, interpretada por la siempre verosímil Allison Janney. Pero un buen día desembarca en la playa una joven embarazada junto a varios supervivientes de un naufragio (¿Qué tendrá esta isla que siempre provoca accidentes y catástrofes a su alrededor?). La chica, de nombre Claudia, da a luz a un pequeño al que llama Jacob, pero ahí no queda la cosa. En su interior todavía había sitio para un segundo retoño, para el que ni siquiera se había pensado un nombre. Este doble alumbramiento es lo que al parecer sorprende a la guardiana de la isla y lo que finalmente la conduce a matar a Claudia. ¿Por qué al presenciar este doble nacimiento, la misteriosa mujer decide encargarse de ellos? Alguna señal parece indicarle que entre los dos bebés se encuentra el futuro candidato a guardián de la isla.En todo caso, el ojito derecho de esta madre adoptiva por la fuerza es el niño de negro, cuyo nombre puede ser tan revelador que por eso quizá nos lo mantienen en secreto. Es al que considera especial, con mayores virtudes y un instinto del que carece el ingenuo Jacob. Por otro lado, las teorías de que toda la serie se basaba en una partida entre el blanco y el negro se confirman a medias con la aparición en la playa, provocada por la madre, de un senet, que según la lostpedia, es un juego egipcio con fichas blancas y negras. Ya se deja entrever que algún día Jacob marcará unas reglas distintas en torno a este juego.La diferencia entre los dos hermanos es abismal. Mientras Jacob cree a pies juntillas las creencias o mentiras de su madre, el chico de negro es más inquieto, más científico, en busca de la verdad. El capítulo no dibuja un panorama dividido entre el bien y el mal, puesto que ni el chico de negro es tan malo (sólo busca encontrar sus raíces y explorar mundo) ni la misteriosa madre es tan buena (se carga a todo un poblado de humanos sin demasiados remordimientos).
Dos de las múltiples polémicas que ha suscitado este episodio son plenamente justificadas. Por un lado, la entrada en escena de un nuevo elemento místico en la isla roza la vergüenza ajena. Al templo, el faro, la estatua (¿alguien da más?) se les suma ahora una cueva mágica con luz cegadora y entorno paradisiaco. Esa energía, ese electromagnetismo, esa luz, que es la vida, la muerte y la resurrección, es el motivo por el que conviene mantener a salvo la isla de la codicia humana.
El segundo momento bochornoso lo encontramos treinta años más tarde, cuando el chico de negro se ha convertido en un cuarentón y, junto a los humanos, busca la forma de encontrar la luz que una vez su madre le enseñó. La explicación sobre cómo piensa utilizar ese poder para salir de la isla, con una rueda de por medio, es de lo más rocambolesca e imprecisa. Pura ciencia ficción que convierte a la máquina del tiempo de Stargate en el colmo de la verosimilitud.Pero derivas fantasiosas aparte, el capítulo mantiene el interés en todo momento. Y lo más importante, nos sugiere, sin nunca confirmar del todo, algunas respuestas. Descubrimos ahora que el hombre de negro que encarna el actor Titus Welliver en realidad está muerto y que el humo es probablemente su reencarnación. Sólo así se entiende que en el capítulo 6x08 le dijera a Kate que él, como Aaron, también tuvo una madre loca. El hermano sin nombre ha sufrido entonces eso que es mucho peor que la muerte y que podría ser la necesidad de acabar con todo posible guardián de la isla para poder escapar. Aún así, la esencia tanto de la luz como del humo negro sigue sin quedar clara.Por otro lado, mediante un sorprendente flashback, los guionistas avivan la esperanza de que toda la serie ya estuviera pensada desde el principio. Los cadáveres que Jack, Kate y Locke encontraron en la cueva no pertenecían a Adán y Eva sino a la madre y al hermano de Jacob. Algunos foros se rasgan las vestiduras porque la posición de los cuerpos no es la misma o porque Jack comentó que podrían llevar allí 40 ó 50 años. Sinceramente, los detalles meticulosos me dan lo mismo. Lo único que pido es un poco de coherencia. Señoras y señores, esto se acaba. En unos días comprobaremos si toda esta experiencia apasionante ha valido la pena.
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