Llegó Hugh Jackman y barrió. En una gala sin sorpresas, la gran revelación de la noche se personificó en Lobezno, el nuevo chico para todo de Hollywood. El hombre más sexy del mundo según la revista People demostró que su talento va más allá de sus marcados pectorales. Jackman cantó, bailó, rió e hizo reír en una de las ceremonias más acertadas de los últimos años. Números musicales de primer nivel que supieron a poco y una nueva estructura más ágil en los momentos intrascendentes y más profunda en los relevantes lograron remontar un evento del que las audiencias empezaban a huir en masa. El nivel de las películas candidatas, sensiblemente superior al de anteriores años, complicaba la tarea de encumbrar a una sola. Finalmente, Slumdog millionaire afianzaba su gran racha de premios y acallaba las voces de aquellos sesudos que se empeñan en calificar de tramposos los cuentos. Stephen Daldry, con su obra más perfecta, El lector, marchaba por tercera vez de vacío, tan sólo representado por el merecido Oscar a Kate Winslet, la única actriz de nuestro tiempo capaz de hacerle sombra a Meryl Streep. Y nuestra Pe, la musa patria, nos regaló al fin el ansiado momento por salvar de la quema con su María Elena a la impersonal Vicky Cristina Barcelona. La crisis, y también Bardem, fueron los únicos ausentes en la noche más espectacular que nos han dado los Oscars desde su traslado al Kodak Theatre.
Las miniseries de la HBO gozan de un destacable prestigio, casi tan importante como el de sus series, y sin embargo son unas grandes desconocidas para el público internacional. Hasta ahora. Porque desde Angels in America no veíamos tanta repercusión como la que ha tenido Mildred Pierce , una exquisita pieza de cinco episodios con un reclamo infalible: Kate Winslet . No en vano, la ganadora de un Oscar por El lector protagoniza todas y cada una de las escenas de una miniserie que, sin embargo, destaca por otros motivos además de la presencia de un valor tan seguro. Si hay algo que objetar acerca de Mildred Pierce es, sin duda, su descompensación. Los tres primeros capítulos son de cocción lenta, narrándonos los inicios de Mildred, una mujer hecha a sí misma, que se quedó prácticamente con lo puesto tras separarse de su marido y que termina levantando un imperio hostelero a base de pollo frito. Los dos últimos episodios, en cambio, saben a poco. Es cuando la narración se vuelve de gol...
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