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Sexo. Vida

La serie más sexualmente explícita de la televisión. Así nos vendían Dime que me quieres desde el canal TNT y así es verdaderamente como mejor puede venderse el producto. Desde luego, no engañan a nadie. Las escenas de cama estimulan más de un órgano por su extremado realismo, hasta el punto que como no podía ser de otra forma, en Estados Unidos ya se han apresurado en calificarla de pornográfica. Pero si bien en este respetable género, las mamadas, folladas y corridas son el fin, en la arriesgada serie de la HBO, felaciones y eyaculaciones son el medio para reflexionar sobre la pareja y sus relaciones sexuales.
No hay duda de que el sexo es un gran reclamo para despertar el morbo del espectador. Gran cantidad de series se autocalifican de transgresoras en cuanto incluyen escenas subiditas de tono en su argumento. Es el caso, por ejemplo, de Californication, centrada casi en exclusiva en la ajetreada vida sexual de David Duchovny. O de Queer as folk, que sabedora del público al que se dirige, no escatima en polvos de usar y tirar para despertar su libido. En Dime que me quieres el tratamiento es bien distinto. No se trata tanto de transgredir sino de naturalizar un aspecto cotidiano de nuestras vidas que todavía hoy sigue formando parte de un gran tabú.
¿Qué hay de malo en mostrar un pene erecto, o una mujer masturbando a su marido o su propia eyaculación? ¿Es que nadie sabe de lo que estamos hablando? Desde el momento en que una producción audiovisual pretende emular la vida cotidiana del espectador, parece increíble que siempre termine obviando uno de sus componentes más esenciales. Como bien reza el eslogan de la serie (“Sex. Life”), sexo y vida van bien cogidos de la mano y resulta del todo inútil ignorarlo.
La gran apuesta de esta serie no es otra que mostrar sin calculados planos lo que el resto de producciones no pornográficas se esfuerza en ocultar. Y el gran logro es, sin duda, un elenco de actores valientes y osados que han aceptado el reto de mostrar el sexo en pantalla hasta sus últimas consecuencias. No debe ser nada fácil, sin ser Nacho Vidal o Rocco Sifredi, dejar que tu compañera de reparto te masturbe ante las cámaras. Si a eso añadimos la naturalidad que transfieren a sus personajes, sólo cabe quitarse el sombrero ante semejantes intérpretes.
Pero el sexo, como decíamos, es tan sólo el hilo conductor de una seria reflexión sobre el complicado mundo de la pareja. A través de tres relaciones distintas, Dime que me quieres refleja algunos de los conflictos que suelen surgir en cuanto dos seres distintos deciden seguir el mismo camino. El miedo y la incertidumbre de los que empiezan, el cansancio de los que perduran, la ausencia de apetito sexual, el sexo como vehículo hacia el ansiado embarazo. Son algunas de las flaquezas del amor eterno que conducen a los protagonistas a la consulta de la doctora Foster. Y es en esa terapia donde se vierten sus intimidades más profundas, que el espectador observa e identifica según su propia experiencia.
Sorprende que una producción tan honesta y abierta como esta provenga de un país que tan fácilmente relacionamos con el conservadurismo y la censura. Si nos miramos el ombligo, resulta impensable imaginar que una productora española financie algún día para la televisión, aunque sea de pago, una serie tan elegante e inteligente como Dime que me quieres. Aunque hay que recriminarle que el tratamiento no sea el mismo para la pareja más veterana (sexo y tercera edad es otro tabú si cabe más grande), los estudios norteamericanos pueden estar bien orgullosos de haber creado una nueva obra maestra para la televisión. Aquí, mientras tanto, nos conformaremos con Cuestión de sexo.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Jolín,demasido, demasiado,¿como estabas cuando has escrito este artículo?.
O muy fuerte tiene que ser esa serie,que no pienso verla, o te has desmelenao un poco escribiendo, tan recatado que parecias.
Nunca he visto en La Pantalla algo así escrito tan duro.
Ya después de ver el primer capi de Californication, pa´so ya de esta otra serie, aunque tu digas que no es lo mismo y que tiene más argumento, y tiene que tenerlo, porque lo que te has explayado al escribir el comentario, bueno, bueno, te has desahogado bien.
Desde luego las palabras que has elegido, son poco refinadas para como sueles escribir otras veces.
´Espero tú crónica de la nueva Temporada de Prison Break, y de Damages, a poder ser antes de vacaciones de verano.

Y,k t kiero, querido titular del blog. tu ya lo sabes, a pesar de todo.
Anónimo ha dicho que…
Pues la verdad que esta serie tiene algo que se asimila a la serie L (the L word) sobre lesbianas, aunque hay sexo y se ven tetas y culos no es tan explicito como Dime que me Quieres.

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