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Noshajo (Parte 2)

[en el capítulo anterior…] Nos ha jodido de nuevo la insaciable industria de Hollywood en general y los responsables de la saga Los juegos del hambre en particular. Si el año pasado denunciábamos la execrable estrategia de dividir los desenlaces de sagas en dos partes, obligándonos a pasar doblemente por caja y haciéndonos sentir como idiotas aborregados, esta vez la condena es aún mayor. Y es que la interminable espera no ha merecido la pena. Los acontecimientos me obligaron a dividir la crítica en dos entregas. Ahora es el turno de cerrarla y no hay palabras suficientes para describir la cara de gilipollas que se le queda a uno cuando se enfrenta a los títulos de crédito y echa la vista atrás.

[en el capítulo anterior…] Tuvimos la santa paciencia de esperar doce meses para el ansiado final de Katniss Everdeen. Incluso pasamos por alto ese innecesario, alargado hasta la exasperación, primer peaje hacia el desenlace. Intuíamos, inocentes de nosotros, que la traca final deslumbraría este agonizante camino. Pero para nuestra sorpresa, la primera hora de lo que debía ser un adiós de infarto se convierte en una sucesión de escenas soporíferas en las que prima la verborrea y, lo más preocupante, la inacción. Viniendo de un debut absolutamente apabullante como fue Los juegos del hambre y de una En llamas que repetía el esquema con menor soltura, este Sinsajo se ha descubierto como la debacle definitiva de una saga venida a menos, que nos prometió un final épico y ha terminado por ofrecernos un descafeinado hasta nunca.

[en el capítulo anterior…] Convertida Katniss en una mera marioneta propagandística, sólo cabía esperar de ella un nuevo despertar, una apertura de ojos que nos devolviera a la heroína que nos encandiló rebelándose contra Los juegos del hambre. Pero ese momento no termina de llegar en Sinsajo. Parte 2 y Jennifer Lawrence se ve obligada a mantener ese rostro impasible, imperturbable, durante buena parte del metraje. El guión al menos le reserva una escena hacia el final en la que puede lucir ante un gato su innegable talento, pero inmediatamente después, el epílogo se encarga de derribar el mito y de convertir una saga supuestamente feminista en todo un bochorno que rasgará, y con razón, las vestiduras de más de una mujer.

[en el capítulo anterior…] Ese preámbulo extendido a lo largo de más de dos horas parecía reservar el despliegue de efectos especiales para esta última entrega. Sin embargo, sólo una escena con tsunami de chapapote logra cautivar a un espectador ávido de más emociones fuertes. Ni siquiera la resolución de la venganza contra el presidente Snow termina de manera satisfactoria. Tanto ruido, tanto despliegue, tanta premisa engañosa, para que al final Donald Sutherland se despida por la puerta de atrás, apenas sin molestar, casi pidiendo perdón.

[en el capítulo anterior…] La lección aprendida a lo largo de las tres películas anteriores, a lo largo de este hype desinflado, puede resultar muy perjudicial para el resto de sagas adolescentes. ¿Alguien confía ahora en Tris y su lucha como divergente? ¿Qué podemos esperar llegados a este punto de El corredor del laberinto? Si la saga madre se ha ido derribando como un castillo de naipes, ¿qué cabe esperar ahora de sus sucedáneas? Mantendremos la esperanza, al menos en la infravalorada serie de Veronica Roth. Es nuestra nueva esperanza para no volver a sentirnos víctimas de una muy bien planificada estafa.

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