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Los 10 momentazos de la 3ª temporada de House of cards

[Contiene SPOILERS de toda la tercera temporada]

La presidencia de Estados Unidos parecía el fin que justificaba todos los medios. Cuando Frank Underwood daba un golpe encima de la mesa desde el despacho oval al finalizar la segunda temporada un ciclo tocaba a su fin. Pero lo que desconocíamos es que se abría una nueva etapa todavía más complicada, repleta de calvarios que han mermado como nunca la imagen pública de esta versión execrable del self-made man.

Más allá de nuevos adversarios, de la presión de la prensa, de las luchas de poder dentro del partido, de una popularidad por los suelos, el presidente Underwood se ha enfrentado esta temporada al peor de sus males: el resquiebro de esa maquinaria de ambición y poder que conformaba con su esposa. La paulatina crisis entre Francis y Claire ha abierto una nueva y sugerente trama en una serie que ha vuelto a marcar récords de elegante perversidad. A continuación, los diez mejores momentos, por orden cronológico, que nos ha regalado House of cards en su etapa más inquietante

1. El duro retorno de Doug (3x01)
La serie abría temporada con el nuevo presidente orinando sobre la tumba de su padre y, mucho más interesante, con el regreso del que fue la mano derecha de Frank tras la pedrada que le propinó Rachel en su huida. Un flashback portentoso en el que vemos cómo evoluciona el personaje a lo largo de su lenta recuperación, desde el momento en que despierta del coma con un ramo de los Underwood en la habitación de hospital hasta el momento en que toma conciencia de que para el presidente ya no es más que mercancía para el desguace. De verdugo a víctima de Francis en una estrategia de poder en la que no hay lugar para los débiles.

2. El sexo según los Underwood (3x02)
Durante los primeros episodios asistimos al declive del político y su esposa. Los compañeros de partido de Francis no quieren que se presente a la reelección, mientras ella pierde los nervios públicamente en la audiencia que determinará su candidatura como embajadora de la ONU. En un momento de máxima desesperación, Claire se encuentra a su marido derrumbado en el suelo. Se acerca a él y, sin mediar palabra, lo estira en el suelo, le desabrocha el pantalón y se lo folla. De la forma más fría y desapasionada posible, con el único propósito de darle un toque de atención. El sexo en este matrimonio, con tríos incluidos, siempre ha sido sólo un mecanismo más de conveniencia, un mero trámite que pasar en su contrato para alcanzar una causa mucho más placentera: el poder.

3. Francis y Dios (3x04)
“Amor, ¿eso es lo que vendes? Pues no lo compro”. Es lo que le grita Frank al jesús crucificado después de un encuentro de rigor con un obispo y justo antes de escupirle. En ese momento, la cruz cae y se rompe en mil pedazos. El protagonista se dirige entonces a cámara y nos dedica otra de sus impagables sentencias: “Parece que Dios me escucha ahora”. El presidente vuelve a estar en una encrucijada. Heather Dunbar, la abogada que él proponía para jueza del Supremo se presenta por sorpresa como candidata a la presidencia, rompiendo totalmente sus esquemas. Desde luego, encomendarse a dios parece la última de las estratagemas posibles para un personaje que sólo cree en sí mismo.

4. Montando America Trabaja (3x05)
Que Francis es un hombre de extremos lo demuestra la controvertida política con la que pretendía pasar a la historia: destinar los presupuestos de los beneficios sociales a incentivar el pleno empleo. Para popularizar el plan AmericaWorks, contrata a Thomas Yates, un escritor desmotivado y conocido por su primera novela superventas, que se convertirá en uno de los personajes revelación de la temporada. “Ningún escritor se resiste a una buena historia, igual que ningún político se resiste a una promesa que no puede cumplir”, sentencia de nuevo a cámara el presidente. Lo que desconoce es hasta qué punto se involucrará el autor en su intimidad, convirtiéndose en un nuevo frente a batir.

5. “Shame on you, Mr. President” (3x06)
El rifirrafe entre Frank Underwood y el presidente ruso ha sido otra de las tramas que ha marcado, y de qué manera, esta tercera temporada. Especialmente, al personaje de Claire. La conversación que mantiene la primera dama con el activista gay Michael Corrigan en una celda rusa no sólo sirve para mostrarnos que definitivamente ella representa el lado más humano del binomio Underwood sino también para marcar un antes y un después en su papel de abnegada esposa. Después de que el joven se quitara la vida antes de traicionar sus principios, Claire cambia su discurso oficial y condena públicamente al presidente ruso con un memorable “Shame on you”. La monumental bronca que tiene lugar después en el avión presidencial tampoco tiene desperdicio: “Jamás debí hacerte embajadora”, le grita Frank a su esposa, a lo que ella responde intachable: “Jamás debí hacerte presidente”.

6. La gota que colma el vaso (3x10)
Todo el conflicto que mantienen Estados Unidos y Rusia por el valle del Jordán se resuelve finalmente con la peor condición que podría exigirle el presidente Petrov a Francis Underwood, despojar a su esposa de su puesto como embajadora de la ONU. “No sé por qué Claire significa tanto para usted”, le pregunta el presidente a su contrincante. “Porque significa mucho para usted. Sólo así sabré que va en serio”, le contesta Petrov, apuntando directamente al talón de Aquiles de Frank, a su punto más débil, e iniciando un camino sin retorno de la pareja hacia la ruptura.

7. Francis y los hombres (3x10)
Primero fue en aquel soporífero reencuentro con los compañeros de universidad en la primera temporada, luego llegó Meechum y ahora ha sido el turno de Thomas Yates, el escritor con pasado gigoló con el que Francis vuelve a destapar su lado homosexual. Después de semanas sin compartir cama con Claire y de obligarla a dimitir de su puesto en la ONU, Frank se sincera con el autor y reconoce que la traicionó. A partir de ese momento, comienza a acariciarle la mano, el escritor se la lleva al pecho y cuando parecía que el político volvería a dar rienda suelta a su pasión, le sobreviene un ataque de represión y lo manda a casa. Pero su lado más íntimo ya está en conocimiento de un escritor que además comparte cama con una ávida periodista. Otro cabo suelto para futuras temporadas.

8. El gran debate (3x11)
El cara a cara que mantienen los tres candidatos a la presidencia por el partido demócrata es, sin duda, uno de los pasajes más apasionantes de la temporada, no sólo por el particular juego de tronos que había detrás de ese escaparate sino porque, una vez más, sirve para desenmascarar la falta de escrúpulos de Frank Underwood, que deja en la estacada a su compañera de estrategia Jackie Sharp delante de toda la audiencia. Si por algo ha destacado también esta tercera temporada es por ese insuperable trío de actrices que han configurado Molly Parker (Jackie), Elizabeth Marvel (Dunbar) y Robin Wright. El ejemplo perfecto de cómo la televisión se ha convertido en el refugio perfecto para actrices maduras.

9. “Go fuck yourself” (3x12)
Dunbar empieza a jugar sucio en cuanto las encuestas no le son tan favorables. Recurre a Doug y a su arma en forma de diario íntimo de Claire y desde ese momento descubrimos que el consejero nunca había confabulado en contra del presidente. Toda esta enrevesada trama era su particular estrategia para lograr acercarse a su antiguo jefe, a pesar de haberle traicionado el día que no cumplió las órdenes de quemarlo. Descubierta la artimaña política para minar la imagen política de la primera dama, Frank se reúne con su oponente y le suelta: “Sólo tengo una cosa que decirte: que te jodan”, para a continuación dirigirse hacia nosotros y decir “¡Dios, qué bien sienta!”.

10. “I’m gonna leave you” (3x13)
Todo el mar de fondo que se iba gestando desde el primer capítulo de esta temporada sale a flote en el episodio final. “Juntos gobiernan un imperio sin herederos. Su legado es su único heredero”, escribía Thomas sobre los Underwood en el primer capítulo de su libro. Pues bien, todo ese imperio de la codicia se desmorona en una violenta y tensísima escena en la que por fin Frank y Claire se desnudan el uno frente al otro. “Tú no eres suficiente”, le confiesa ella. “Sin mí no eres nada”, le contesta él tras agarrarla del cuello. Sí, Francis ha salvado el caucus de Iowa y probablemente repita legislatura. Pero esta vez andará solo, sin el apoyo incondicional y el necesario favor de su esposa. Estamos deseando saber cómo se materializará la fría y calculadora venganza.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Gran serie, muy fuerte, dejan el mundo de la política muy mal.

Con razón no han dejado grabarla sitios miticos de whasington.

jesn

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