Mejor película
Pocos dudan que éste será el año de Boyhood y su milagrosa captación del tiempo. Pocos lo dudan y pocos lo discuten. La hazaña de Linklater a la hora de rodar con los mismos protagonistas durante doce años es tan rompedora que nadie entra a discutir si la película finalmente está a la altura de tamaño experimento. En todo caso, las nominaciones de este año han servido al menos para dar un empuje a otros filmes que, aunque seguramente no tengan ninguna posibilidad de cara a la próxima gala, al menos hoy salen reforzados con un alud de candidaturas. Es el caso de El francotirador, La teoría del todo, El gran hotel Budapest y Whiplash, todas ellas muy presentes en las categorías importantes. La excepción la encontramos con Foxcatcher que, a pesar de haber logrado cinco nominaciones ha sido totalmente ignorada en la categoría principal. Su hueco seguramente lo haya ocupado Selma, que únicamente ha conseguido esta extraña mención y la de canción original. Rarezas de los Oscars.
Mejor director
Sería absurdo premiar una película por su maravillosa idea y no hacer lo propio con su gestante, un Richard Linklater que hasta ahora jamás había logrado meterse en la contienda como mejor director. Con su trilogía Before, bastante más interesante que Boyhood, logró dos nominaciones al mejor guión adaptado, pero la Academia finalmente se ha tenido que rendir ante la clamorosa unanimidad de la crítica. Los únicos que podrían hacerle sombra son Wes Anderson, nominado por cuarta vez, y Alejandro González Iñárritu, cuyo brillante golpe de timón en su carrera bien merecería un galardón.
Mejor actriz
Reforzada por su doble nominación a los Globos de Oro, de la que finalmente obtuvo el galardón a la mejor actuación dramática, Julianne Moore parte como favorita por Siempre Alice. Algunos considerarían este Oscar como un premio de consolación por los constantes ninguneos hacia una de las actrices imprescindibles de nuestra época, pero sin duda es porque no han visto su apabullante transformación durante una cinta que muestra la decadencia de una enferma de Alzheimer. Tan sólo Marion Cotillard está a la altura de la interpretación de Moore, con un personaje mucho más comedido pero igualmente intenso.
Mejor actor
¿Benedict Cumberbatch o Eddie Redmayne? Es el gran duelo que se vaticina para la próxima gala de los Oscars y que podría saldarse con cualquiera de los dos. Ambos interpretan a dos eminentes científicos, Alan Turing y Stephen Hawking, pero si hay algo que puede inclinar la balanza hacia Redmayne es, sin duda, la transformación que acompaña a su personaje, tan del gusto de los académicos. Los Globos de oro también resolvieron la contienda a su favor, así que lo más probable es que nuestro Sherlock favorito deba esperar. Ocasiones no le faltarán. El que sale más perjudicado es Michael Keaton que, como le ocurre a su personaje en Birdman, verá pasar su gran oportunidad de volver a primera línea de fuego.
Mejor actriz de reparto
Enésima nominación de Meryl Streep aparte, conviene destacar otras dos actuaciones secundarias, la de Emma Stone en Birdman, con un papel absolutamente alejado de su carrera y del que sale todavía más airosa, y la de Keira Knightley en The imitation game (no ha habido narices para nominarla por Begin again). Keira es otra de las eternas ninguneadas por la Academia, no sólo porque no cuenta con ninguna estatuilla sino porque sólo ha sido nominada en otra ocasión por Orgullo y prejuicio. Es probable, sin embargo, que ninguna de las dos suba el escenario del Dolby Theatre. A Patricia Arquette sí que le ha llegado su segunda oportunidad.
Mejor actor de reparto
No hay duda al respecto. La actuación de J.K. Simmons en Whiplash como estricto profesor de jazz es tan potente que nadie se atreve a desbancarlo de las quinielas. Ni siquiera compitiendo con otra actuación de vértigo, la de todo un veterano como Robert Duvall en El juez, ni con uno de los protagonistas del fenómeno de esta edición, Ethan Hawke en Boyhood. A falta de conocer el trabajo de Ruffalo en Foxcatcher, lo de Edward Norton en Birdman también es de otro planeta. Esta es probablemente la categoría más justa y talentosa de los próximos Oscars.
Mejor guión original
Y para completar el trío imprescindible, Boyhood también debería salir el próximo 22 de febrero con la estatuilla al mejor guión original. Es probable que sea la gran noche de Linklater, a no ser que los académicos quieran repartir el pastel con otras dos grandes rivales, Birdman y El gran hotel Budapest. La gran sorpresa de estas nominaciones (junto a la inexplicable ausencia de La Lego película como candidata a mejor película de animación), es la mención a Nightcrawler, que empezó a sonar fuerte en los inicios de la temporada de premios pero que se fue desinflando con los primeros festivales.
Mejor guión adaptado
Cuatro de las cinco películas nominadas a mejor guión adaptado optan también al premio gordo, pero sólo una de ellas, The imitation game, cuenta con su realizadores entre los candidatos a la mejor dirección. ¿Motivo suficiente para que parta como favorita de la línea de salida? De entrada, la cinta de Morten Tyldum parece la gran rival de Boyhood en la categoría principal, pero tanto El francotirador como Whiplash han salido muy reforzadas tras las nominaciones de este mediodía. Desde luego, toda sorpresa será bienvenida en una de las ediciones más competitivas de los Oscars.
Pocos dudan que éste será el año de Boyhood y su milagrosa captación del tiempo. Pocos lo dudan y pocos lo discuten. La hazaña de Linklater a la hora de rodar con los mismos protagonistas durante doce años es tan rompedora que nadie entra a discutir si la película finalmente está a la altura de tamaño experimento. En todo caso, las nominaciones de este año han servido al menos para dar un empuje a otros filmes que, aunque seguramente no tengan ninguna posibilidad de cara a la próxima gala, al menos hoy salen reforzados con un alud de candidaturas. Es el caso de El francotirador, La teoría del todo, El gran hotel Budapest y Whiplash, todas ellas muy presentes en las categorías importantes. La excepción la encontramos con Foxcatcher que, a pesar de haber logrado cinco nominaciones ha sido totalmente ignorada en la categoría principal. Su hueco seguramente lo haya ocupado Selma, que únicamente ha conseguido esta extraña mención y la de canción original. Rarezas de los Oscars.
Mejor director
Sería absurdo premiar una película por su maravillosa idea y no hacer lo propio con su gestante, un Richard Linklater que hasta ahora jamás había logrado meterse en la contienda como mejor director. Con su trilogía Before, bastante más interesante que Boyhood, logró dos nominaciones al mejor guión adaptado, pero la Academia finalmente se ha tenido que rendir ante la clamorosa unanimidad de la crítica. Los únicos que podrían hacerle sombra son Wes Anderson, nominado por cuarta vez, y Alejandro González Iñárritu, cuyo brillante golpe de timón en su carrera bien merecería un galardón.
Mejor actriz
Reforzada por su doble nominación a los Globos de Oro, de la que finalmente obtuvo el galardón a la mejor actuación dramática, Julianne Moore parte como favorita por Siempre Alice. Algunos considerarían este Oscar como un premio de consolación por los constantes ninguneos hacia una de las actrices imprescindibles de nuestra época, pero sin duda es porque no han visto su apabullante transformación durante una cinta que muestra la decadencia de una enferma de Alzheimer. Tan sólo Marion Cotillard está a la altura de la interpretación de Moore, con un personaje mucho más comedido pero igualmente intenso.
Mejor actor
¿Benedict Cumberbatch o Eddie Redmayne? Es el gran duelo que se vaticina para la próxima gala de los Oscars y que podría saldarse con cualquiera de los dos. Ambos interpretan a dos eminentes científicos, Alan Turing y Stephen Hawking, pero si hay algo que puede inclinar la balanza hacia Redmayne es, sin duda, la transformación que acompaña a su personaje, tan del gusto de los académicos. Los Globos de oro también resolvieron la contienda a su favor, así que lo más probable es que nuestro Sherlock favorito deba esperar. Ocasiones no le faltarán. El que sale más perjudicado es Michael Keaton que, como le ocurre a su personaje en Birdman, verá pasar su gran oportunidad de volver a primera línea de fuego.
Mejor actriz de reparto
Enésima nominación de Meryl Streep aparte, conviene destacar otras dos actuaciones secundarias, la de Emma Stone en Birdman, con un papel absolutamente alejado de su carrera y del que sale todavía más airosa, y la de Keira Knightley en The imitation game (no ha habido narices para nominarla por Begin again). Keira es otra de las eternas ninguneadas por la Academia, no sólo porque no cuenta con ninguna estatuilla sino porque sólo ha sido nominada en otra ocasión por Orgullo y prejuicio. Es probable, sin embargo, que ninguna de las dos suba el escenario del Dolby Theatre. A Patricia Arquette sí que le ha llegado su segunda oportunidad.
Mejor actor de reparto
No hay duda al respecto. La actuación de J.K. Simmons en Whiplash como estricto profesor de jazz es tan potente que nadie se atreve a desbancarlo de las quinielas. Ni siquiera compitiendo con otra actuación de vértigo, la de todo un veterano como Robert Duvall en El juez, ni con uno de los protagonistas del fenómeno de esta edición, Ethan Hawke en Boyhood. A falta de conocer el trabajo de Ruffalo en Foxcatcher, lo de Edward Norton en Birdman también es de otro planeta. Esta es probablemente la categoría más justa y talentosa de los próximos Oscars.
Mejor guión original
Y para completar el trío imprescindible, Boyhood también debería salir el próximo 22 de febrero con la estatuilla al mejor guión original. Es probable que sea la gran noche de Linklater, a no ser que los académicos quieran repartir el pastel con otras dos grandes rivales, Birdman y El gran hotel Budapest. La gran sorpresa de estas nominaciones (junto a la inexplicable ausencia de La Lego película como candidata a mejor película de animación), es la mención a Nightcrawler, que empezó a sonar fuerte en los inicios de la temporada de premios pero que se fue desinflando con los primeros festivales.
Mejor guión adaptado
Cuatro de las cinco películas nominadas a mejor guión adaptado optan también al premio gordo, pero sólo una de ellas, The imitation game, cuenta con su realizadores entre los candidatos a la mejor dirección. ¿Motivo suficiente para que parta como favorita de la línea de salida? De entrada, la cinta de Morten Tyldum parece la gran rival de Boyhood en la categoría principal, pero tanto El francotirador como Whiplash han salido muy reforzadas tras las nominaciones de este mediodía. Desde luego, toda sorpresa será bienvenida en una de las ediciones más competitivas de los Oscars.
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