¿Cuánto hace que los Goya no premian a una película rompedora? Vivir es fácil con los ojos cerrados, La isla mínima y anoche Truman han desbancado en los últimos tres años a cintas más arriesgadas como La herida, Magical girl y La novia. Desde el galardón a ‘Blancanieves’, la hipnótica adaptación del cuento que realizó Pablo Berger en 2012, los académicos del cine español han preferido ser un poco más conservadores en su elección final. No hay duda de que Cesc Gay ha obrado un milagro con su honesta historia de amistad entre dos hombres, pero la belleza con la que Paula Ortiz ha adaptado a Lorca merecía más reconocimiento que un simple par de Goyas. La ceremonia, por su parte, celebraba su 30 aniversario adoleciendo de los mismos defectos que han marcado toda su historia: larga duración, falta de ritmo y una dudosa realización, con un Dani Rovira que estuvo más acertado en las reivindicaciones políticas que con sus chistes. Reivindicaciones que se mantienen inalterables en la institución que ahora dirige Antonio Resines. El IVA cultural sigue siendo un ultraje del gobierno hacia el cine patrio pero la piratería, que sepamos, no ha impedido que la taquilla española superara el año 2015 con una buena recaudación. Ahí están las cifras de Ocho apellidos catalanes (31 millones de euros), Atrapa la bandera (11 millones) o Perdiendo el norte (10 millones). Mientras Resines reivindicaba el papel de los videoclubs e ignoraba a las plataformas digitales, la industria del cine se esfuerza en buscar propuestas lo suficientemente atractivas como para animar al público a pasar por caja. Como decía su antecesor Álex de la Iglesia, el cine español debe adaptarse a los nuevos tiempos.
Verano suele ser sinónimo de taquillazos. Grandes superproducciones cargaditas de efectos especiales pero con escaso ingenio. Este año, además de superhéroes, sagas vampíricas y videojuegos que saltan al cine, se nos avecinan proyectos de un calibre distinto. Propuestas innovadoras rodeadas de misterio, tanto dentro como fuera de la pantalla, que no recelan de la tecnología pero que tampoco nadan en las plácidas aguas del entretenimiento más puro . Tienen a sus espaldas grandes campañas publicitarias, milimétricamente estudiadas, pero son películas que se venden por sí solas. Inception Christopher Nolan, el director que estrujó nuestros cerebros con Memento , parece que volverá a hacernos trabajar en su nueva película. Inception , traducida aquí como Origen , supondrá un nuevo reto sobre la mente humana y, a juzgar por el espectacular trailer, un desafío a las leyes de la gravedad. Leonardo DiCaprio encarna a Dom Cobb, especialista en apropiarse de los secretos del subconsciente ajeno
Comentarios