Ir al contenido principal

ESPECIAL ZINEMALDIA 2015 - Sunset song

Los dramas románticos de época suelen revestirse de tantos elementos de redundancia, de exaltación de las emociones, que a menudo se acercan más a la teatralidad que al realismo del pasado. Terence Davies, fiel a su obsesión por los pequeños detalles, a su ritmo pausado, consigue con Sunset song precisamente lo contrario, que ni las actuaciones ni la fotografía ni la banda sonora eclipsen su objetivo de adaptar la novela de Lewis Grassic Gibbon de la manera más fidedigna posible.

Esta no es una historia de chismes palaciegos ni de grandes amores imposibles. Es el retrato de una época en la que la mujer debía asumir el papel de buena hija, buena esposa y buena madre. Eso se traducía en agachar la cabeza ante el autoritarismo y la violencia del padre, los deseos carnales del marido y los caprichos del hijo. La mujer como una mera sirvienta en un cosmos de domino machista, esa realidad que las grandes cintas de época suelen obviar.

Davies no escatima detalles sobre la tormentosa existencia de la protagonista durante la primera mitad de su vida, cuando tantos progenitores se aficionaban a la hebilla del cinturón como método de adoctrinamiento. La segunda mitad, con la irrupción del amor y de la guerra, resulta un poco más atropellada, con vaivenes de personalidad no tan detenidamente descritos como al principio. Pero lo que queda perfectamente reflejado es la evolución de un personaje principal sumamente atractivo, reforzado, esta vez sí, por una interpretación memorable y una fotografía hermosísima.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Próximamente: 3 proyectos de lo más intrigantes

Verano suele ser sinónimo de taquillazos. Grandes superproducciones cargaditas de efectos especiales pero con escaso ingenio. Este año, además de superhéroes, sagas vampíricas y videojuegos que saltan al cine, se nos avecinan proyectos de un calibre distinto. Propuestas innovadoras rodeadas de misterio, tanto dentro como fuera de la pantalla, que no recelan de la tecnología pero que tampoco nadan en las plácidas aguas del entretenimiento más puro . Tienen a sus espaldas grandes campañas publicitarias, milimétricamente estudiadas, pero son películas que se venden por sí solas. Inception Christopher Nolan, el director que estrujó nuestros cerebros con Memento , parece que volverá a hacernos trabajar en su nueva película. Inception , traducida aquí como Origen , supondrá un nuevo reto sobre la mente humana y, a juzgar por el espectacular trailer, un desafío a las leyes de la gravedad. Leonardo DiCaprio encarna a Dom Cobb, especialista en apropiarse de los secretos del subconsciente ajeno

Haciendo aguas con el Poseidón

Sirva de advertencia que me encanta el cine de catástrofes. No he visto El coloso en llamas , la primera que viene a la mente cuando mencionamos el género, pero Terremoto o Aeropuerto o las más recientes Pánico en el túnel o Un pueblo llamado Dante’s Peak se encuentran bien ancladas en mi memoria. Me da igual si se trata de incendios, erupciones volcánicas, terremotos, tormentas, inundaciones, hundimientos o una thermomix de todas ellas. Me da igual que este tipo de filmes sean de dudosa calidad cinematográfica. Las catástrofes en la pantalla me gustan (¿debería hacérmelo mirar?). Y probablemente eso no juega en mi favor a la hora de analizar una película como Poseidón . Sin embargo, gracias a la experiencia acumulada con los años y tras múltiples visionados de auténticas tragedias colectivas, uno acaba adquiriendo cierto criterio para diferenciar las grandes producciones de sus fotocopias de bajo presupuesto. Y puedo asegurar que Poseidón , auténtica apología del cartón piedra, pe

Dos maduritas cachondas

Es el pretexto ideal para una película porno. Un joven cachas se cepilla a la madre de su mejor amigo una noche de borrachera . Al descubrirlo, el otro se dirige sin miramientos a la casa de al lado y hace lo propio con su mamá, conformando un cuadrilátero de infinitas posibilidades que es una lástima que esta película australiano-francesa no llegue a explorar. Porque la cinta, señores, se toma en serio la premisa y en vez de extender el delirio con tríos, incestos y escenas gay-lésbicas busca convertir en drama un argumento de risa. Lejos de derivar esta absurda historia de amores cruzados en una tragedia griega, Dos madres perfectas encima se recrea con cierta sorna en los momentos más bochornosos . “¿Cómo te sientes?” le pregunta Naomi Watts, una de las madres a su mejor amiga cuando ambas descubren su particular intercambio de hijos. “Muy bien, mejor que nunca”, le responde sin apenas pestañear Robin Wright para a continuación ofrecernos un plano de ambas con cara de satisfa