Efectos secundarios no puede ser la última película de Steven Soderbergh . Más que nada porque sería de una enorme descortesía que el director de Traffic y Ocean’s eleven se despidiera de su público con semejante telefilme. Más aún cuando su anterior propuesta fue Magic Mike , que aunque dejó el listón en taquilla y la libido de más de una por las nubes supuso un giro demasiado evidente hacia el negocio descarado. Para colmo, es probable que esta vez ni siquiera se haga de oro con este retorno a los noventa. Y es que si no hubiera terminado devorada por el bótox, esta cinta la habría protagonizado sin duda Ashley Judd, la reina de los giros inesperados, la eterna víctima de las conspiraciones de andar por casa . Su rostro era el único capaz de arrojar credibilidad allí donde la verosimilitud brillaba por su ausencia. Podría decirse que la actriz incluso engendró su propio género, que murió con su destierro del mapa cinematográfico. De ahí que rescatar a estas alturas un tipo de ...
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