Ir al contenido principal

Incómoda de ver

Una cosa es ser feo y otra bien distinta ser incómodo de ver. Lo mismo podría trasladarse al mundo del cine. Hay películas feas, como paradójicamente lo es Precious, haciendo de la miseria su estandarte, y hay películas, que como Tyrannosaur, son incómodas de ver. Filmes ante los que uno no puede evitar apartar la mirada por su extrema crudeza pero cuya finalidad va más allá del morbo gratuito, porque el amarillismo no es sólo cosa de la tele. Obras que, cada una a su manera, nos recuerdan que la vida no es de color de rosa.

El protagonista de Tyrannosaur, traducida aquí como Redención, está bien lejos de ser amable. Joseph es un ser amargado, alcohólico y con una violencia que, efectivamente, es difícil de soportar. Tampoco es fácil aguantar las imágenes de ultraviolencia machista que padece Hannah, una devota samaritana que se cruza un buen día en su camino. El repugnante marido le reserva las peores vejaciones y la cámara no se anda con sutilezas. La experiencia, sin duda, es angustiosa pero también es realista. No todos los barrios son Wisteria Lane.

Precisamente en el reflejo de una comunidad decadente se ha mostrado ejemplar el actor Paddy Considine. Visto en El ultimátum de Bourne y En América, donde interpretaba al padre de la desgraciada familia irlandesa que emigra a Estados Unidos, debuta tras las cámaras con esta loable película, tras la cual es fácil augurarle un futuro prometedor. No en vano, los festivales y galardones más independientes, como Sundance o los Satellite Awards, ya se han rendido a los pies de su ópera prima otorgándole el máximo reconocimiento como director novel.

Y no es para menos. No sólo es el máximo responsable sino también el firmante del guión de Tyrannosaur, uno de los tantos más notables de la película. Se esmera en recrear una atmósfera de extrema sordidez y consigue extraer, poniendo como protagonistas a dos antihéroes, a dos seres desgraciados, un elogio a la amistad. Lo hace sin maniqueísmos, sin caer en la fácil tentación de edulcorar la cruda realidad. Aunque el título ya pronostique una redención, los personajes no experimentan súbitos y repentinos cambios de personalidad. Son los que son. Imperfectos.

Peter Mullan y Olivia Colman son los otros responsables de que Tyrannosaur resulte por momentos tan dolorosa. La actriz es la que está acaparando nominaciones por su frágil y angelical Hannah, pero es gracias al tándem que forma con el apático, violento e insensible Joseph que el filme adquiere toques tan humanos. Incluso Eddie Marsan, con uno de los personajes más detestables del cine reciente, suma verosimilitud a la cinta. No es tarea fácil provocar odio y asco semejantes y tan unánimes en platea.

Tyrannosaur, por tanto, no bucea en el lodo con el propósito de removerlo. Tampoco con voluntad de extraer una moraleja ni de ofrecer un cuento de superación personal. Es sólo el contexto en el que se mueve un ser atormentado, un alma solitaria y asqueada con la vida que se cruza con otro ser desesperado. Y de repente se entienden, se respetan y se quieren. Es cine incómodo de ver pero a veces nos demuestra que escarbando en la basura puede hallarse la belleza.

--------

Tyrannosaur se proyectó en el primer Festival de los Cines Renoir, excelente iniciativa que merece continuidad. La cinta se estrenará en febrero en nuestro país.

Comentarios

Manderly ha dicho que…
He visto el trailer y parece una película dura pero que intenta dar un poco de esperanza... o eso me parece aunque quizás me equivoque.
Saludos.
Pol Morales ha dicho que…
Ahí está Manderly, la película tiene un fondo optimista. Merece la pena verla!

Entradas populares de este blog

Los 8 momentos memorables del final de Mujeres Desesperadas

Pueden contarse con los dedos de una mano las series que han logrado cerrar la persiana sin remordimientos. Mujeres desesperadas seguramente se encuentre en ese reducido grupo de privilegiadas que alcanza el final satisfaciendo a la gran mayoría de sus seguidores , sin polémicas, sin originalidades, sin alterar, en definitiva, la esencia de una fórmula que la ha mantenido en antena durante ocho temporadas. Podrán vertirse muchas críticas sobre esta creación de Marc Cherry, gustarán más o menos algunas épocas de la serie, pero lo que no puede negársele a Mujeres desesperadas es la fidelidad a su público . La coherencia suele convertirse en la factura pendiente en producciones que, movidas por el éxito, suelen alargarse hasta el infinito, perdiendo en el camino la cordura ( Lost ) o a buena parte de su reparto original ( CSI ). Consciente de ello, Cherry decidió ponerle punto y final a su niña mimada antes de que el tiempo erosionara su identidad. La fecha escogida fue el p

Follar no es un placer

De sobras es conocido que esta película va sobre un adicto al sexo. Y que la protagoniza un Michael Fassbender sin reparos a la hora de mostrar su miembro. Así que pasen y vean en primer lugar aquellos y aquellas deseosos de comprobar su portento . Porque lo tiene. No tendrán que esperar ni cinco minutos para visionarlo. La película incluso reserva una escena para los amantes del pissing , ese subgénero pornográfico especializado en micciones. Es probable que las hormonas desbocadas vean saciadas sus expectativas. Si ese es el único aliciente para ver Shame desde luego no aguanten más de quince minutos, porque su objetivo no es poner cachonda a la platea. El filme va sobre el sexo y el dolor y no, no trata precisamente sobre el hardcore . El sufrimiento es menos físico y desde luego menos placentero. Brandon, el protagonista, vive sometido a una esclavitud diaria. Parece que los días, y sobre todo sus noches, no encuentren sentido sin una descarga sexual. Aprovecha los descansos de su

THE BRUTALIST | Una obra diseñada para perdurar

Como ocurre con la arquitectura, hay proyectos cinematográficos que nacen con la voluntad de trascender, de perdurar en el tiempo contra viento y marea. Seguro que es lo que se planteó Brady Corbet cuando consiguió financiación para una obra titánica, gigante y desbordante, que solo vislumbraríamos en manos de directores consagrados como Scorsese o Spielberg. Sin embargo, con un presupuesto mucho más modesto del que manejan estos mandamases de Hollywood, con menos de diez millones de dólares, el joven cineasta, de apenas 36 años, levanta un filme mastodóntico, una obra maestra que lo consagra ya como uno de los grandes en la industria del cine.  Corbet es tan visionario como el protagonista de su filme. Tenía en mente una cinta ambiciosa y la consigue materializar a la contra, con una duración cercana a las cuatro horas, en formato 70 mm, y con una temática, la arquitectura, discriminada por el séptimo arte. Y visto el resultado parece impensable. Pocos elementos tan cinematográficos