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SEPARACIÓN | La serie que no entenderán en Recursos Humanos


Como si no lo hiciéramos ya. Como si instintivamente no cambiásemos de personalidad cuando atravesamos la puerta de acceso a nuestro trabajo. El entorno laboral, más o menos amable, más o menos hostil, nos obliga de forma irremediable a contener nuestro auténtico yo. En un ambiente con sus jerarquías, con sus desequilibrios, resulta imposible ser uno mismo. Es probable que nuestro entorno más cercano se sorprendiera con nuestra versión de currante de la misma manera que compañeros de trabajo alucinarían con nuestra vertiente hogareña. 

La serie de AppleTV+ Separación va un paso más allá y se plantea qué ocurriría si un implante cerebral permitiera separar esas dos facetas. Durante la jornada de ocho horas dejaríamos a un lado nuestra vida personal, que retomaríamos al fichar la salida. Dos vidas completamente separadas, ajenas la una de la otra. El sueño cumplido de toda empresa, que dispondría de una legión de subordinados libre de taras mundanas, y de todo aquél workaholic que incomprensiblemente se lleva el trabajo a casa.

¿Qué individuo sería capaz de someterse a semejante barbarie? Es uno de los muchos interrogantes que plantea la serie, cuyos cuatro protagonistas, aparentemente sin nada en común, tan solo se conocen en el ámbito laboral. Una vez se adentran en el ascensor de la empresa, con una salida escalonada cada cinco minutos, se convierten en absolutos desconocidos y retoman su vida personal. 

Producida por Ben Stiller (sí, el de Zoolander o Noche en el museo pero también el que estaba detrás de series como Fuga en Dannemora), Separación es lo opuesto a la comedia. Es un thriller de ciencia ficción de lo más absorbente y enigmático, con un ritmo y una atmósfera muy particulares, rozando por momentos el surrealismo, pero con una voluntad muy clara de reflexión sobre los límites de nuestra propia intimidad. 

La serie reproduce a la perfección los esquemas, los roles y las dinámicas de toda organización empresarial. Los protagonistas, sin ir más lejos, pertenecen a un departamento de nombre rimbombante cuya función prácticamente desconocen. En un entorno diáfano y aséptico, desprovisto de toda humanidad, desarrollan su labor con un fingido entusiasmo, el que inflige la propia corporación con estúpidas iniciativas de team building. ¿A alguien le suena? 

La opacidad con la información, los desequilibrios de poder o la desconfianza entre departamentos son otras tendencias que también están presentes en Separación y que pueden resultar familiares. Incluso la serie adquiere por momentos un ritmo aletargado, repetitivo, rutinario, por si algún espectador no se había terminado de sentir identificado. 

Pero es en el misterio, en la incógnita, donde reside el gran interés de esta apasionante mezcla entre Homecoming y Devs, dos de las grandes producciones de ciencia ficción que nos ha proporcionado el streaming en los últimos años. Si uno logra adentrarse en esta atmósfera de claustrofobia y control enfermizo, algo nada difícil, acabará sumergido literalmente en una historia de lo más adictiva, que culmina con un apoteósico episodio final que recuerda a los mejores momentos de Perdidos. Por suerte, AppleTV+, que vela por nosotros, ya nos tiene reservada una segunda temporada en su cada vez más interesante catálogo de series.

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