Puede parecer demasiado pronto para inaugurar las quinielas de cara a los próximos premios gordos de Hollywood. Pero a poco más de seis meses para la ceremonia, ya sabemos que Meryl Streep no competirá en la categoría de mejor actriz principal por la prometedora Agosto, dejándole el hueco libre a su compañera de reparto Julia Roberts. Por si fuera poco, la campaña de las películas que podrían ser las grandes rivales de la gala hace semanas que ha dado comienzo. Incluso conocemos ya la identidad de la presentadora (Ellen DeGeneres, repitiendo su papel de 2007).
Así que, aunque la fecha parezca lejana, la maquinaria para hacerse un lugar en la gran noche del cine y el glamour lleva tiempo engranándose, sobre todo en un apartado, el de mejor intérprete femenina, que este año promete ser apasionante. De momento, cinco nombres comienzan a sonar con fuerza para las nominaciones. Cinco actrices y cinco papeles que aventuran una competencia de lo más reñida.
Cate Blanchett, por Blue Jasmine
No es sólo que Woody Allen haya logrado ganarse de nuevo el favor de la crítica estadounidense con Blue Jasmine, sino que podría arrastrar consigo a su protagonista. Con el papel de Jasmine, una rica neurótica venida a menos, Cate Blanchett aspira a convertirse en la nueva musa del director neoyorquino en alcanzar la estatuilla dorada, algo que no sucede desde que Diane Keaton se llevara el Oscar por Annie Hall en 1977.
Emma Thompson, por Saving Mr. Banks
Fue una de las niñas mimadas de la Academia, con cuatro nominaciones y dos estatuillas en los años 90, una como guionista de Sentido y sensibilidad y la otra como mejor actriz en Regreso a Howards End. Casi dos décadas más tarde, Emma Thompson podría volver a desfilar en la alfombra roja por un suculento papel, el de la escritora P.L. Travers, autora de Mary Poppins y perseguida durante años por Walt Disney para lograr su adaptación.
Nicole Kidman, por Grace of Monaco
Ahora que ha abandonado el bótox y su rostro poco a poco va volviendo a la normalidad, parece que Nicole Kidman comienza a recuperar la senda correcta, la que la llevó a encadenar laureados éxitos como Moulin rouge y Las horas. Grace Kelly, la actriz convertida en princesa de Mónaco, es el papelón con el que aseguran la australiana ha encajado como un guante. Está por ver si su compatriota y amiga Naomi Watts se convierte en rival durante la gran noche, porque algunas predicciones también sitúan a la reencarnación de Lady Di como firme aspirante al Oscar.
Sandra Bullock, por Gravity
Hace tiempo que quiere desprenderse de su etiqueta de actriz de comedietas y lo está consiguiendo. Sorprendió con su pequeño papel en Crash, logró subirse al escenario del Kodak Theatre hace tres años por su interpretación de madre coraje en The blind side, y ahora podría dar el salto definitivo con Gravity, la nueva cinta de Alfonso Cuarón en la que comparte reparto y penurias en el espacio con George Clooney.
Adèle Exarchopoulos, por La vida de Adele
Tanto la película, La vida de Adele, como sus dos actrices principales, que protagonizan una historia de amor entre dos chicas adolescentes, causaron sensación en la última edición del Festival de Cannes. La cinta se llevó la Palma de Oro, pero además con una mención específica para sus dos intérpretes, que por normas del certamen no pudieron optar a la categoría de mejor actriz. Los Oscars podrían enmendar la injusticia, sobre todo tras las palabras del influyente Steven Spielberg, presidente del jurado, después de leer el palmarés: “Es maravillosa y creo que tendrá un enorme éxito en mi país”.
Así que, aunque la fecha parezca lejana, la maquinaria para hacerse un lugar en la gran noche del cine y el glamour lleva tiempo engranándose, sobre todo en un apartado, el de mejor intérprete femenina, que este año promete ser apasionante. De momento, cinco nombres comienzan a sonar con fuerza para las nominaciones. Cinco actrices y cinco papeles que aventuran una competencia de lo más reñida.
Cate Blanchett, por Blue Jasmine
No es sólo que Woody Allen haya logrado ganarse de nuevo el favor de la crítica estadounidense con Blue Jasmine, sino que podría arrastrar consigo a su protagonista. Con el papel de Jasmine, una rica neurótica venida a menos, Cate Blanchett aspira a convertirse en la nueva musa del director neoyorquino en alcanzar la estatuilla dorada, algo que no sucede desde que Diane Keaton se llevara el Oscar por Annie Hall en 1977.
Emma Thompson, por Saving Mr. Banks
Fue una de las niñas mimadas de la Academia, con cuatro nominaciones y dos estatuillas en los años 90, una como guionista de Sentido y sensibilidad y la otra como mejor actriz en Regreso a Howards End. Casi dos décadas más tarde, Emma Thompson podría volver a desfilar en la alfombra roja por un suculento papel, el de la escritora P.L. Travers, autora de Mary Poppins y perseguida durante años por Walt Disney para lograr su adaptación.
Nicole Kidman, por Grace of Monaco
Ahora que ha abandonado el bótox y su rostro poco a poco va volviendo a la normalidad, parece que Nicole Kidman comienza a recuperar la senda correcta, la que la llevó a encadenar laureados éxitos como Moulin rouge y Las horas. Grace Kelly, la actriz convertida en princesa de Mónaco, es el papelón con el que aseguran la australiana ha encajado como un guante. Está por ver si su compatriota y amiga Naomi Watts se convierte en rival durante la gran noche, porque algunas predicciones también sitúan a la reencarnación de Lady Di como firme aspirante al Oscar.
Sandra Bullock, por Gravity
Hace tiempo que quiere desprenderse de su etiqueta de actriz de comedietas y lo está consiguiendo. Sorprendió con su pequeño papel en Crash, logró subirse al escenario del Kodak Theatre hace tres años por su interpretación de madre coraje en The blind side, y ahora podría dar el salto definitivo con Gravity, la nueva cinta de Alfonso Cuarón en la que comparte reparto y penurias en el espacio con George Clooney.
Adèle Exarchopoulos, por La vida de Adele
Tanto la película, La vida de Adele, como sus dos actrices principales, que protagonizan una historia de amor entre dos chicas adolescentes, causaron sensación en la última edición del Festival de Cannes. La cinta se llevó la Palma de Oro, pero además con una mención específica para sus dos intérpretes, que por normas del certamen no pudieron optar a la categoría de mejor actriz. Los Oscars podrían enmendar la injusticia, sobre todo tras las palabras del influyente Steven Spielberg, presidente del jurado, después de leer el palmarés: “Es maravillosa y creo que tendrá un enorme éxito en mi país”.
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