El siempre polémico Tom Ford ha decidido dejar las telas por la cámara y parece que la jugada, a priori bastante arriesgada, le ha salido redonda. A single man, adaptación del libro homónimo de Christopher Isherwood, ha ido acaparando halagos en todos los certámenes a los que se ha presentado y, sobre todo, ha brindado a Colin Firth la oportunidad de desprenderse de su etiqueta de segundón en comedias románticas de medio pelo. Entre las posibles nominaciones que este destacado debut pueda tener de cara a los Oscar, la del actor principal es la que parte con mayores posibilidades.
Firth encarna a George Falconer, un profesor universitario de literatura que con 52 años intenta superar la muerte de su novio en un accidente de tráfico. Escrita y ambientada en Los Ángeles de los años 60, la novela narra un día en la vida del personaje, en el que pesan más sus reflexiones que los acontecimientos. Y es que el texto anda bastante escaso en acción mientras nada en la abundancia de la disertación más pedante. La descripción inicial del despertar del protagonista, por ejemplo, es tan densa que invita a cerrar el libro para siempre.
Por suerte, en la personalidad de George encontramos destellos de ingenio y mala leche que hacen más atractiva la lectura. El personaje es tan políticamente incorrecto que no duda en desear la muerte y cosas peores a un senador estadounidense para quien los homosexuales no son más que unos enfermos. Tampoco se quedan cortas sus ácidas reflexiones sobre el matrimonio y los niños, o sobre su propia amiga Charley, a la que da vida Julianne Moore.
Sorprende que un artista tan provocador como Tom Ford haya seleccionado una obra en principio tan poco explícita como A single man. Acostumbrados como nos tiene a los desnudos y al sexo como denominador común de todas sus propuestas, el diseñador ha tomado como punto de partida de su carrera cinematográfica una novela en la que no abundan precisamente las posibles escenas sexuales. El relato es más bien introspectivo, con escasos momentos culminantes y, por tanto, con pocas posibilidades de sobresalto en la butaca.
Pero el debutante Ford parece que ha suplido la escasez de acción trasladando el glamour a la pantalla. El tráiler, uno de los mejores de la temporada, aúna elegancia y belleza en cada plano, convirtiendo al director creativo de Gucci e Ives Saint Laurent en un alumno aventajado de Almodóvar. Desde luego, si el resultado finalmente merece todas las alabanzas que está recibiendo será para quitarse el sombrero. Sería uno de los escasos ejemplos en los que una película supera al libro adaptado. Para comprobarlo, tendremos que esperar hasta el 12 de febrero.
Firth encarna a George Falconer, un profesor universitario de literatura que con 52 años intenta superar la muerte de su novio en un accidente de tráfico. Escrita y ambientada en Los Ángeles de los años 60, la novela narra un día en la vida del personaje, en el que pesan más sus reflexiones que los acontecimientos. Y es que el texto anda bastante escaso en acción mientras nada en la abundancia de la disertación más pedante. La descripción inicial del despertar del protagonista, por ejemplo, es tan densa que invita a cerrar el libro para siempre.
Por suerte, en la personalidad de George encontramos destellos de ingenio y mala leche que hacen más atractiva la lectura. El personaje es tan políticamente incorrecto que no duda en desear la muerte y cosas peores a un senador estadounidense para quien los homosexuales no son más que unos enfermos. Tampoco se quedan cortas sus ácidas reflexiones sobre el matrimonio y los niños, o sobre su propia amiga Charley, a la que da vida Julianne Moore.
Sorprende que un artista tan provocador como Tom Ford haya seleccionado una obra en principio tan poco explícita como A single man. Acostumbrados como nos tiene a los desnudos y al sexo como denominador común de todas sus propuestas, el diseñador ha tomado como punto de partida de su carrera cinematográfica una novela en la que no abundan precisamente las posibles escenas sexuales. El relato es más bien introspectivo, con escasos momentos culminantes y, por tanto, con pocas posibilidades de sobresalto en la butaca.
Pero el debutante Ford parece que ha suplido la escasez de acción trasladando el glamour a la pantalla. El tráiler, uno de los mejores de la temporada, aúna elegancia y belleza en cada plano, convirtiendo al director creativo de Gucci e Ives Saint Laurent en un alumno aventajado de Almodóvar. Desde luego, si el resultado finalmente merece todas las alabanzas que está recibiendo será para quitarse el sombrero. Sería uno de los escasos ejemplos en los que una película supera al libro adaptado. Para comprobarlo, tendremos que esperar hasta el 12 de febrero.
Comentarios
El oscar para Firth está asegurado
Donde está lo de True Blood??????????
Vaya mierda de blog..
Mejor era antes. lo malo conocido que lo bueno por conocer..
http://agitaciondesdelaperiferia.blogspot.com/2010/04/single-man.html