Iniciamos nueva sección en La Pantalla que, como su nombre indica, trata de avanzar las tramas de futuras películas o series de televisión a partir de los libros en los que se han basado. Últimamente me ha dado por este tipo de lectura, absolutamente recomendable por muchas razones. La experiencia de ver en el cine o en la televisión las imágenes mentales que te vas creando mientras lees resulta muy interesante, pues en muchas ocasiones el director coincide con tu imaginación y en muchas otras su plasmación resulta totalmente contraria a lo que esperabas.
Se me ocurren dos ejemplos. Mystic River, de Clint Eastwood, recrea a la perfección la atmósfera del libro de Dennis Lehane. Sean Penn, Tim Robbins y Kevin Bacon encajan a la perfección con los personajes que nuestro cerebro va dibujando. Y, en este caso, lo más importante, la adaptación es fidedigna. Pero ser fiel al libro no siempre es positivo. Algo que se resuelve muy bien con una de las grandes películas del cine contemporáneo, Hannibal. En este caso, David Mamet le escribe a Ridley Scott un final mucho más acorde con el personaje de Lecter que el que proporciona el libro de Thomas Harris, el creador del monstruo y al que el éxito de la saga parece haberle afectado en su creatividad literaria.
Empezamos Del papel a la pantalla con el esperadísimo retorno de uno de los directores más lucrativos del cine, Peter Jackson. Tras un King Kong un tanto decepcionante y la sublime e insuperable trilogía de El señor de los anillos, el realizador neozelandés ha puesto el ojo en una novela que nada tiene que ver con la grandiosidad de sus dos anteriores proyectos. The lovely bones, traducida vilmente en nuestro país como Desde mi cielo, es la primera obra, convertida directamente en best-seller, de Alice Sebold.
El argumento, desde luego, es llamativo. Susie Salmon, una adolescente de 14 años es brutalmente violada y asesinada por su vecino mientras volvía del colegio. A partir de ese momento, la joven asciende al cielo, desde donde comprobará el sufrimiento de su familia y los movimientos de su asesino. El libro comienza fuerte y prometedor. Los primeros capítulos los dedica la autora a narrar de forma minuciosa los sucesos que llevarán a Susie a la muerte y los diferentes avances en la investigación.
Sin embargo, el desarrollo, extremadamente alargado, es mucho más pesado de digerir. La trama principal, el descubrimiento del asesino, pasa inmediatamente a segundo plano para centrarse en los amoríos de los diferentes familiares de la muerta. Las reflexiones que hace la joven desde arriba sobre su evolución no dejan de ser interesantes, pero la trama pierde totalmente la credibilidad en cuanto intenta ponerse en contacto con ellos.
Desde mi cielo no es un libro fácil de adaptar al cine. Ni mucho menos. Plagado de pensamientos en primera persona de la fallecida, Jackson tendrá que aplicar la tijera si no quiere convertir su próxima película en un tostón inaguantable. Lo mismo ocurre con la puesta en escena. Habrá que ver cómo se las apaña el neozelandés para crear la atmósfera celestial en la que se desenvuelve el personaje principal. Tampoco será fácil escapar del tufo religioso que desprende el libro y que es evidente desde ese ascenso a los cielos de la protagonista.
Sin embargo, estoy seguro que Jackson explotará mucho más la historia real del asesino y de los familiares que la de la joven muerta desde su cielo, que es en lo que más se centra la obra de Sebold. Hay varios momentos que, bien adaptados, podrán hacer de la película un thriller interesante. También ayudará, sin duda, un elenco de actores impresionante: Susan Sarandon en el papel de arrogante abuela, Rachel Weisz en el de la desconocida madre de la protagonista, Mark Wahlberg encarnando al sufrido padre y Stanley Tucci en la piel del brutal asesino. Aún así, el esfuerzo de Jackson para adaptar un libro bastante inadaptable debe haber sido bastante notorio. Esperemos que así sea.
Se me ocurren dos ejemplos. Mystic River, de Clint Eastwood, recrea a la perfección la atmósfera del libro de Dennis Lehane. Sean Penn, Tim Robbins y Kevin Bacon encajan a la perfección con los personajes que nuestro cerebro va dibujando. Y, en este caso, lo más importante, la adaptación es fidedigna. Pero ser fiel al libro no siempre es positivo. Algo que se resuelve muy bien con una de las grandes películas del cine contemporáneo, Hannibal. En este caso, David Mamet le escribe a Ridley Scott un final mucho más acorde con el personaje de Lecter que el que proporciona el libro de Thomas Harris, el creador del monstruo y al que el éxito de la saga parece haberle afectado en su creatividad literaria.
Empezamos Del papel a la pantalla con el esperadísimo retorno de uno de los directores más lucrativos del cine, Peter Jackson. Tras un King Kong un tanto decepcionante y la sublime e insuperable trilogía de El señor de los anillos, el realizador neozelandés ha puesto el ojo en una novela que nada tiene que ver con la grandiosidad de sus dos anteriores proyectos. The lovely bones, traducida vilmente en nuestro país como Desde mi cielo, es la primera obra, convertida directamente en best-seller, de Alice Sebold.
El argumento, desde luego, es llamativo. Susie Salmon, una adolescente de 14 años es brutalmente violada y asesinada por su vecino mientras volvía del colegio. A partir de ese momento, la joven asciende al cielo, desde donde comprobará el sufrimiento de su familia y los movimientos de su asesino. El libro comienza fuerte y prometedor. Los primeros capítulos los dedica la autora a narrar de forma minuciosa los sucesos que llevarán a Susie a la muerte y los diferentes avances en la investigación.
Sin embargo, el desarrollo, extremadamente alargado, es mucho más pesado de digerir. La trama principal, el descubrimiento del asesino, pasa inmediatamente a segundo plano para centrarse en los amoríos de los diferentes familiares de la muerta. Las reflexiones que hace la joven desde arriba sobre su evolución no dejan de ser interesantes, pero la trama pierde totalmente la credibilidad en cuanto intenta ponerse en contacto con ellos.
Desde mi cielo no es un libro fácil de adaptar al cine. Ni mucho menos. Plagado de pensamientos en primera persona de la fallecida, Jackson tendrá que aplicar la tijera si no quiere convertir su próxima película en un tostón inaguantable. Lo mismo ocurre con la puesta en escena. Habrá que ver cómo se las apaña el neozelandés para crear la atmósfera celestial en la que se desenvuelve el personaje principal. Tampoco será fácil escapar del tufo religioso que desprende el libro y que es evidente desde ese ascenso a los cielos de la protagonista.
Sin embargo, estoy seguro que Jackson explotará mucho más la historia real del asesino y de los familiares que la de la joven muerta desde su cielo, que es en lo que más se centra la obra de Sebold. Hay varios momentos que, bien adaptados, podrán hacer de la película un thriller interesante. También ayudará, sin duda, un elenco de actores impresionante: Susan Sarandon en el papel de arrogante abuela, Rachel Weisz en el de la desconocida madre de la protagonista, Mark Wahlberg encarnando al sufrido padre y Stanley Tucci en la piel del brutal asesino. Aún así, el esfuerzo de Jackson para adaptar un libro bastante inadaptable debe haber sido bastante notorio. Esperemos que así sea.
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