[Contiene spoilers de toda la séptima temporada]
El invierno llegó en pleno julio y ha venido para instalarse. Al menos es lo que nos espera estos próximos meses, dicen que hasta 2019, sin más andanzas en Poniente. Después de seis temporadas anunciando su llegada, la amenaza se ha hecho real y ha dividido como nunca a los millones de seguidores de este fenómeno planetario llamado
Juego de tronos.
Los tiempos se han reducido, las distancias se han acortado, y la serie ha emprendido el rumbo hacia la plena satisfacción del fan.
Lo ha hecho a costa de la coherencia contextual, propulsada por ese acelerón que se han autoimpuesto sus responsables. David Benioff y D.B. Weiss disponían de material para cuatro o cinco temporadas más y, sin embargo, decidieron acotar el desenlace a trece episodios divididos en dos tandas.
Juego de tronos es probablemente el primer caso en el que una serie de éxito no estira su trama argumental sino más bien al contrario, la constriñe con la única explicación de poder explotar cuanto antes los
spin-off que están por llegar.
En todo caso,
a los seguidores nos ha tocado hacer de tripas corazón y asumir que las derrapadas espaciotemporales que han poblado esta séptima temporada son por nuestro propio bien. Más allá de las idas y venidas que antes suponían temporadas y que ahora se solventan en minutos, la serie nos ha regalado momentos de auténtico gozo. Pocas veces un fenómeno de este calibre, si es que ha existido antes, ha sabido estar a la altura de las expectativas.
El último episodio ha sido un gran exponente.
Que levante la mano el que no ha disfrutado con ese encuentro impensable entre archienemigos en un circo romano, el que no ha vibrado con esos diálogos impagables entre Cersei y sus dos hermanos, bajo la amenaza constante de La Montaña, el que no se ha levantado del sofá con la inesperada muerte de Petyr Baelish a manos de unas Stark plenamente reconciliadas. O el que no espera con ansia el desenlace después de presenciar la magnitud de la amenaza de los caminantes blancos y su nueva adquisición.
Sí, puede que ésta no haya sido la temporada más racional de la serie, pero es que el esperado clímax ya ha llegado y no puede permitirse muchos respiros. Aun así,
sin renunciar a la inteligencia de sus guiones, cada capítulo de la séptima temporada de Juego de tronos nos ha brindado una escena para el recuerdo, algunas de ellas sin la acción y el frenesí que ha caracterizado este principio del fin, protagonizadas por el poder de la palabra en boca de personajes con los que el guión, salvo algunas excepciones, ha sabido mantenerse fiel.
A continuación, las siete secuencias clave de la temporada que definitivamente ha marcado un antes y un después en la serie más impactante de la historia de la televisión.
7x01 - La primera escena marca el tono
No se hizo esperar. Los primeros minutos de la temporada tras largos meses de espera estaban milimétricamente pensados para levantar el ánimo del personal. El parón de más de un año había merecido la pena.
Juego de tronos regresaba para contentar sin contemplación a sus fieles. Arya Stark, reconvertida ya en una desalmada sin rostro, ejecuta su venganza sobre la casa Frey adueñándose del semblante del que aniquiló vilmente a su madre y a su hermano. Con alevosía y sin escapatoria, tal y como hicieran con su propia familia, la pequeña Stark elimina de un plumazo a todos los que ejecutaron las órdenes bajo los acordes de las lluvias de Castamere.
Un prólogo que ya nos anunciaba el objetivo de la temporada: ir al grano.
7x02 - El ataque naval
La primera reunión impensable, de hecho, se produjo en este segundo episodio de la séptima temporada, cuando
Daenerys consigue reunir en Rocadragón a tres rivales con una enemiga en común: Cersei Lannister. Olenna Tyrell, Yara Greyjoy y Ellaria Sand planifican junto a la khaleesi y Tyrion la estrategia de invasión de Desembarco del Rey. Una estrategia que falla estrepitosamente desde el momento en que Euron Greyjoy interrumpe la escena sexual lésbica de su sobrina con una batalla naval inesperada y trepidante, convirtiendo a su sobrina y a Ellaria en dos trofeos de gran valor para su amada Cersei. Agua, fuego y sangre que culminan con la cobarde huida de Theon, puliendo todavía más a uno de los personajes con la evolución más interesante de
Juego de tronos.
7x03 - La gran despedida de Olenna
Ha sido una de las frases de la temporada, en boca de uno de los personajes más ricos y satisfactorios de la serie. Tocaba despedirse de ella pero el adiós estuvo a la altura de Lady Olenna. Después de que el ejército Lannister echara por tierra la estrategia de Tyrion desviándose a Altojardín, Jaime se encuentra cara a cara con la Reina de las Espinas. Fiel a su ingenio, la anciana mantiene con Jaime una interesante conversación en la que le pregunta cuál ha sido el método escogido para su muerte. Cuando se asegura de que será un compasivo envenenamiento y tras ingerir de un plumazo la botella mortal, Lady Olenna la suelta. Fría y placenteramente.
“Díselo a Cersei, quiero que sepa que fui yo”.
7x04 - El debut de Drogon
Hasta ahora no habíamos podido comprobar la auténtica envergadura de los dragones de Daenerys. Todo habían sido preludios y leyendas. Hasta que uno de ellos, Drogon, aparece repentinamente tras un batallón de dothrakis para arrasar al ejército de los Lannister en el campo de batalla.
La secuencia, grabada en Extremadura, es una de las más espectaculares en la ya de por sí apabullante séptima temporada. Mientras Jaime es testigo de la devastación y Tyrion observa sus dimensiones desde la distancia, Bron despliega una gran ballesta con la que consigue herir al dragón cabalgado por Daenerys. Tras el aterrizaje, el final de capítulo de infarto. Jaime trata de aprovechar la oportunidad de matar a Daenerys, Drogon se interpone de repente y, en el último instante, Bron salta para protegerlo. Vibrante.
7x05 - Meñique se la juega
Uno de los personajes más sibilinos de la serie, el auténtico estratega oculto a la sombra de los mandamases, quiso seguir jugando sus cartas enfrentando a dos hermanas que, tras su reencuentro, seguían manteniendo distancias. Ambas han sufrido las consecuencias de este juego de poder, ambas han evolucionado a su manera, y juntas suponían un peligro para su supervivencia. De ahí que Petyr Baelish decidiera jugar la baza de la desconfianza con una carta en la que Sansa pedía a su hermano lealtad hacia Joffrey.
Los guionistas, muy hábiles ellos, jugaron al despiste con los espectadores. Nos hicieron creer que ambas habían caído en la trampa y que correría la sangre entre ellas. Pero una de las escenas más sorprendentes de la
season finale nos devolvía la alegría. Las Stark están más unidas que nunca y una de sus eternas amenazas, a la que muchos auguraban más futuro, ya es historia.
7x06 - El dragón blanco
Gran parte de los WTF? de la temporada se aglutinan en este penúltimo episodio que, para algunos, es el peor de esta séptima entrega pero que, sin embargo, ha resultado de los más emocionantes. El plan de capturar a un caminante era una locura, la carrera de Gendry era inexplicable, como también ese viaje relámpago del cuervo y de Daenerys con sus dragones, pero la escena entre el escuadrón suicida de Jon Nieve y el ejército de zombies es todo un espectáculo para los sentidos. Aquellos que sospechábamos que esta temporada serviría para solventar la guerra en los Siete Reinos y la última supondría la lucha contra los caminantes blancos también andábamos equivocados. El Rey de la Noche mueve ficha y se adueña de repente de uno de los dragones de Daenerys. La guerra ya es real y los conflictos en los Siete Reinos siguen bien abiertos. El desenlace se prevé mastodóntico.
7x07 - La gran no-revelación
Era un secreto a voces. La auténtica identidad de Jon Nieve era algo sobre lo que se especulaba prácticamente desde la primera temporada. La manera escogida por los guionistas para desvelarla quizá no haya sido la más sutil, forzando las pesquisas de Samwell y justificando por fin la irritante presencia de Bran Stark, pero la gran revelación ya ha sido desvelada, mientras tía y sobrino fornicaban en un camarote ajenos a su vínculo de sangre. Una relación, la de Jon (ahora conocido como Aegon) y Daenerys, que no ha sido convenientemente contextualizada pero que de bien seguro marcará el futuro de la serie.
¿Qué ocurrirá cuando la khaleesi se entere que su nuevo amante es en realidad un rival para el trono? No descartemos un final de tragedia griega para
Juego de tronos. Mientras, a esperar.
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