Los Globos de Oro suelen ser como la Lotería. El premio gordo acostumbra a repartirse. Pero esta vez, los miembros de la Asociación de la Prensa Extranjera han querido marcar bien el terreno que nos conduce hasta los próximos Oscars: La ganadora debe ser Boyhood. El experimento de Richard Linklater salió anoche con tres de los grandes, director incluido, y sobre todo con una de sus grandes contrincantes, Birdman, derrotada por El gran hotel Budapest en la categoría de mejor comedia. Parece que ya no hay rival posible para esos retazos de una vida rodados a lo largo de 12 años.
Otra que también tiene el camino allanado hacia el escenario del Dolby Theatre es Julianne Moore, que al fin ve recompensada su brillante carrera en una temporada de premios que siempre le da la espalda. Este año estaba nominada por partida doble y finalmente ha sido su papel dramático en Siempre Alice la que la ha llevado al altar del hotel Beverly Hilton. Tras tres fallidas nominaciones a los Oscars, ¿logrará por fin Moore su preciada estatuilla? Parece evidente que Amy Adams, premiada como mejor actriz de comedia por Big eyes, no será una gran rival a batir.
La categoría de mejor actor, sin desdobles entre comedia y drama, no queda tan clara tras la entrega de los Globos de Oro. Michel Keaton por su apabullante interpretación en Birdman, y Eddie Redmayne, con uno de esos papeles siempre premiables en Hollywood, parten como grandes favoritos. Pero no conviene desestimar las posibilidades de un Benedict Cumberbatch que no sólo lo ha dado todo en The imitation game sino también en toda la campaña de galardones.
Las predicciones se han cumplido de lleno con J.K. Simmons y su espeluznante actuación en Whiplash y, en cierta manera también, con Patricia Arquette. Dos papeles considerados secundarios que, sin embargo, pueblan y consolidan buena parte del metraje de sus películas. Ambos han logrado vencer en la que probablemente sea la categoría con más talento de esta temporada (Keira Knightley, Meryl Streep, Emma Stone, Jessica Chastain, Ethan Hawke, Robert Duvall, Edward Norton y Mark Ruffalo. No hay más que decir).
Arriesgando con The Affair
Por otro lado, las categorías televisivas de los Globos de oro han ido alcanzando con los años una mayor notoriedad, sobre todo porque los miembros de la prensa extranjera suelen arriesgar mucho más en sus galardones que los encorsetados académicos de la televisión estadounidense. Prueba de ello es su (discutible) Globo de Oro para The Affair, sin duda una de las grandes revelaciones de la temporada y que con una única temporada ha logrado vencer a lo invencible: la cuarta temporada de Juego de tronos, la segunda de House of cards y, sobre todo, la insuperable quinta de The good wife.
Aunque algunos esperábamos ver al matrimonio Underwood posando juntos en el photocall con sus dos Globos de oro, esta vez ha sido el turno de Kevin Spacey (el año pasado fue el de Robin Wright), que ha sido retratado junto a la actriz televisiva del momento. Ruth Wilson suponía, junto a Viola Davis, un soplo de aire fresco en la categoría de mejor actriz principal en televisión y, sin duda, es todo un acierto de casting en una serie, The affair, que ya suena fuerte de cara a los Emmys de septiembre.
La categoría de actores secundarios en televisión ha sido la más surrealista de la velada. Si parece increíble que Downton Abbey todavía se mantenga año tras año entre las nominadas, mucho más impactante ha sido ver a Joanne Froggatt recoger el premio en detrimento de pesos pesados como Michelle Monaghan o Uzo Aduba. Algo parecido sucede también con Matt Bomer, galardonado más por su transformación física que por su aportación a The normal heart, incomparable a la de otros contrincantes como Alan Cumming, ninguneado por su imprescindible Eli Gold en The good wife.
La que hace unos meses partía como gran favorita junto a su actor protagonista, True Detective con Matthew McConaughey, se ha visto superada por otra de las sensaciones de la temporada. FargoModern family porque Transparent comienza el año dispuesta a arrasar en los próximos Emmy. Como también ha arrasado con sus apuestas la reciente Movistar Series. En su sana y particular guerra con Canal+ series por la adquisición de los mejores productos televisivos, ha dado en el clavo. Doblete en los Globos de oro con The affair y Transparent. Bienvenida la competencia.
Otra que también tiene el camino allanado hacia el escenario del Dolby Theatre es Julianne Moore, que al fin ve recompensada su brillante carrera en una temporada de premios que siempre le da la espalda. Este año estaba nominada por partida doble y finalmente ha sido su papel dramático en Siempre Alice la que la ha llevado al altar del hotel Beverly Hilton. Tras tres fallidas nominaciones a los Oscars, ¿logrará por fin Moore su preciada estatuilla? Parece evidente que Amy Adams, premiada como mejor actriz de comedia por Big eyes, no será una gran rival a batir.
La categoría de mejor actor, sin desdobles entre comedia y drama, no queda tan clara tras la entrega de los Globos de Oro. Michel Keaton por su apabullante interpretación en Birdman, y Eddie Redmayne, con uno de esos papeles siempre premiables en Hollywood, parten como grandes favoritos. Pero no conviene desestimar las posibilidades de un Benedict Cumberbatch que no sólo lo ha dado todo en The imitation game sino también en toda la campaña de galardones.
Las predicciones se han cumplido de lleno con J.K. Simmons y su espeluznante actuación en Whiplash y, en cierta manera también, con Patricia Arquette. Dos papeles considerados secundarios que, sin embargo, pueblan y consolidan buena parte del metraje de sus películas. Ambos han logrado vencer en la que probablemente sea la categoría con más talento de esta temporada (Keira Knightley, Meryl Streep, Emma Stone, Jessica Chastain, Ethan Hawke, Robert Duvall, Edward Norton y Mark Ruffalo. No hay más que decir).
Arriesgando con The Affair
Por otro lado, las categorías televisivas de los Globos de oro han ido alcanzando con los años una mayor notoriedad, sobre todo porque los miembros de la prensa extranjera suelen arriesgar mucho más en sus galardones que los encorsetados académicos de la televisión estadounidense. Prueba de ello es su (discutible) Globo de Oro para The Affair, sin duda una de las grandes revelaciones de la temporada y que con una única temporada ha logrado vencer a lo invencible: la cuarta temporada de Juego de tronos, la segunda de House of cards y, sobre todo, la insuperable quinta de The good wife.
Aunque algunos esperábamos ver al matrimonio Underwood posando juntos en el photocall con sus dos Globos de oro, esta vez ha sido el turno de Kevin Spacey (el año pasado fue el de Robin Wright), que ha sido retratado junto a la actriz televisiva del momento. Ruth Wilson suponía, junto a Viola Davis, un soplo de aire fresco en la categoría de mejor actriz principal en televisión y, sin duda, es todo un acierto de casting en una serie, The affair, que ya suena fuerte de cara a los Emmys de septiembre.
La categoría de actores secundarios en televisión ha sido la más surrealista de la velada. Si parece increíble que Downton Abbey todavía se mantenga año tras año entre las nominadas, mucho más impactante ha sido ver a Joanne Froggatt recoger el premio en detrimento de pesos pesados como Michelle Monaghan o Uzo Aduba. Algo parecido sucede también con Matt Bomer, galardonado más por su transformación física que por su aportación a The normal heart, incomparable a la de otros contrincantes como Alan Cumming, ninguneado por su imprescindible Eli Gold en The good wife.
La que hace unos meses partía como gran favorita junto a su actor protagonista, True Detective con Matthew McConaughey, se ha visto superada por otra de las sensaciones de la temporada. FargoModern family porque Transparent comienza el año dispuesta a arrasar en los próximos Emmy. Como también ha arrasado con sus apuestas la reciente Movistar Series. En su sana y particular guerra con Canal+ series por la adquisición de los mejores productos televisivos, ha dado en el clavo. Doblete en los Globos de oro con The affair y Transparent. Bienvenida la competencia.
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