Con menos de una semana de diferencia se han estrenado este mes en Estados Unidos dos nuevas series de ciencia ficción avaladas por grandes nombres de la industria de Hollywood. Por un lado, Extant suponía el debut en la televisión de una estrella cinematográfica de la talla de Halle Berry, con el apadrinamiento del todopoderoso Steven Spielberg. The Strain, por su parte, adaptaba la exitosa novela de Guillermo del Toro con su propia supervisión y la del productor de Perdidos Carlton Cuse. ¿Garantía de éxito? A juzgar por el resultado de sus pilotos, parece que los astros del cine siguen reservando sus mejores bazas para la gran pantalla.
El olfato de Spielberg para revolucionar las salas de cine no parce tan refinado en su faceta televisiva. Ya son demasiadas las series que llevan su sello (Terra nova, The river, Smash, Falling skies) y que no han sido capaces de movilizar a la audiencia como en su día lo hicieron Tiburón o Parque jurásico. Con ‘Extant’ se confirma que quizá el motivo se deba a su total y absoluta falta de originalidad en el planteamiento, porque la serie es una fusión de tantas ficciones recientes que resulta imposible desprenderse de la inevitable sensación de déjà vu.
Una astronauta con problemas de fertilidad regresa embarazada de una misión de trece meses en solitario en el espacio. Su marido, mientras tanto, intenta desarrollar el prototipo de androide que adoptaron como hijo y que inevitablemente será incapaz de desarrollar los sentimientos de un humano. Sólo con la sinopsis ya sobrevuelan en nuestra mente títulos como Alien o Inteligencia Artificial, pero es que la propia ejecución ni se esfuerza en disimular los homenajes/plagios al “not Penny’s boat” de Perdidos o a la demasiado reciente Gravity. Nada nuevo bajo la galaxia.
A pesar de su nula capacidad de sorpresa, Extant maneja muy bien los tiempos del thriller, logrando una atmósfera de suspense que al menos invita a una segunda oportunidad. Algo que no sucede con el otro gran estreno de ciencia ficción de la temporada estival (con permiso de The leftovers, a años luz de ambas producciones). The Strain desprende tan poca imaginación que resulta hasta insultante procediendo de un genio capaz de idear la obra maestra El laberinto del fauno.
Desconocemos la calidad de Nocturna, la obra original de Del Toro en la que se basa esta nueva serie de FX (canal que, por cierto, se está puliendo este verano el prestigio ganado con los años), pero es evidente que las secuencias de apertura ambientadas en un avión comienzan a agotarse, sobre todo si pueden intercambiarse sin problemas con la primera escena del piloto de Fringe. Si aquella magistral hora y media de la serie de J.J. Abrams mantenía pegado a la pantalla, no ocurre lo mismo con estos más de 60 minutos de los que al menos 15 son prescindibles (amortizadísima la grúa en los planos del aeropuerto).
La trama de The Strain apenas ha asomado, pero con los elementos que ya ha mostrado en su debut es suficiente para saber que tampoco los vampiros tienen mucho nuevo por decir. Ataúdes mitológicos, plagas, prestamistas con información oculta, conspiraciones. Nuevamente, el regusto a refrito que tampoco ayudan a disimular las escenas gore de ese alien chupasangres. El verano ya no es excusa para subproductos en televisión. Ahí están Ray Donovan y Masters of Sex para demostrar que algunos canales, hasta en los meses de bajo consumo, prefieren obviar las rebajas.
El olfato de Spielberg para revolucionar las salas de cine no parce tan refinado en su faceta televisiva. Ya son demasiadas las series que llevan su sello (Terra nova, The river, Smash, Falling skies) y que no han sido capaces de movilizar a la audiencia como en su día lo hicieron Tiburón o Parque jurásico. Con ‘Extant’ se confirma que quizá el motivo se deba a su total y absoluta falta de originalidad en el planteamiento, porque la serie es una fusión de tantas ficciones recientes que resulta imposible desprenderse de la inevitable sensación de déjà vu.
Una astronauta con problemas de fertilidad regresa embarazada de una misión de trece meses en solitario en el espacio. Su marido, mientras tanto, intenta desarrollar el prototipo de androide que adoptaron como hijo y que inevitablemente será incapaz de desarrollar los sentimientos de un humano. Sólo con la sinopsis ya sobrevuelan en nuestra mente títulos como Alien o Inteligencia Artificial, pero es que la propia ejecución ni se esfuerza en disimular los homenajes/plagios al “not Penny’s boat” de Perdidos o a la demasiado reciente Gravity. Nada nuevo bajo la galaxia.
A pesar de su nula capacidad de sorpresa, Extant maneja muy bien los tiempos del thriller, logrando una atmósfera de suspense que al menos invita a una segunda oportunidad. Algo que no sucede con el otro gran estreno de ciencia ficción de la temporada estival (con permiso de The leftovers, a años luz de ambas producciones). The Strain desprende tan poca imaginación que resulta hasta insultante procediendo de un genio capaz de idear la obra maestra El laberinto del fauno.
Desconocemos la calidad de Nocturna, la obra original de Del Toro en la que se basa esta nueva serie de FX (canal que, por cierto, se está puliendo este verano el prestigio ganado con los años), pero es evidente que las secuencias de apertura ambientadas en un avión comienzan a agotarse, sobre todo si pueden intercambiarse sin problemas con la primera escena del piloto de Fringe. Si aquella magistral hora y media de la serie de J.J. Abrams mantenía pegado a la pantalla, no ocurre lo mismo con estos más de 60 minutos de los que al menos 15 son prescindibles (amortizadísima la grúa en los planos del aeropuerto).
La trama de The Strain apenas ha asomado, pero con los elementos que ya ha mostrado en su debut es suficiente para saber que tampoco los vampiros tienen mucho nuevo por decir. Ataúdes mitológicos, plagas, prestamistas con información oculta, conspiraciones. Nuevamente, el regusto a refrito que tampoco ayudan a disimular las escenas gore de ese alien chupasangres. El verano ya no es excusa para subproductos en televisión. Ahí están Ray Donovan y Masters of Sex para demostrar que algunos canales, hasta en los meses de bajo consumo, prefieren obviar las rebajas.
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