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#AtlántidaFilmFest: The childhood of a leader

El fascismo y sus orígenes siguen siendo objeto de asombro. ¿Bajo qué circunstancias se propició el auge del partido nazi? ¿Qué llevó a Europa y al mundo entero a una vorágine de destrucción masiva? ¿Dónde está el origen del mal? Los libros de historia andan repletos de datos objetivos que argumentan la involución en la que se embarcó la especie humana a principios del siglo XX. Pero es el cine el que ha ahondado más en las profundidades de la decadencia social, el que ha tratado de hallar una explicación lógica a un comportamiento irracional.  

The childhood of a leader se une a esa lista de filmes que, como La cinta blanca, ofrecen su propia teoría sobre los orígenes de la maldad. Ambas nos sumergen en un entorno infantil que nada tiene que ver con la inocencia, en un clima enrarecido que se va convirtiendo en macabro. Pero mientras Haneke optó por una mirada clásica, por un sobrio y documental blanco y negro, este último acercamiento apuesta por un tono mucho más sombrío, mezclando imágenes históricas reales con elementos del género de terror. Una propuesta ambiciosa y arriesgada que se convierte en todo un mérito cuando comprobamos que se trata del debut como director de Brady Corbet.

Por fin un actor que quiere pasar al otro lado de la cámara logra mantenerse en esa difícil frontera entre la creatividad y sus ganas de subvertir. Si bien la película por momentos parece encantada de conocerse, con planos más propios de una filmografía consagrada que de un principiante, lo cierto es que el resultado proporciona motivos suficientes para el orgullo. La cinta cuenta con una estética muy personal, plagada de planos asépticos y lúgubres que reflejan una calma tensa, un ambiente de opresión que se va tornando angustiante, pero también con destacables mensajes de fondo.

Mientras Corbet nos hace testigos de la cadena de errores históricos que sembraron el auge del nazismo en Alemania una vez finalizada la I Guerra Mundial, asistimos también a la terrorífica transformación de un niño que en el seno de un hogar acomodado termina siendo víctima y verdugo por culpa de una educación estricta y autoritaria. ¿Es tan elemental derecho la causa de todos nuestros males? A juzgar por la más estricta actualidad, es la culpable tanto del coronamiento de líderes mediocres o tiranos como de las estúpidas decisiones que insiste en tomar el pueblo a lo largo de su historia.

Siguiendo esa hipótesis, The childhood of a leader sitúa la semilla de los totalitarismos en el autoritarismo del propio hogar. Dos padres estrictos, protagonizados por unos espléndidos Bérénice Bejo y Liam Cunningham, responden a los arrebatos de su hijo con mano dura. Violencia que encadena más violencia y que termina convirtiendo los caprichos de un niño malcriado en el cultivo perfecto para la sociopatía.  

Corbet no sólo nos muestra ese oscuro descenso de forma convincente sino que además lo hace con estilo, cuidando al detalle tanto la historia como el envoltorio, revestido con una fotografía impecable y una banda sonora aterradora. Otro elemento, la música, que se añade a tantos otros, como el reparto o el guión, para ofrecernos una solvente ópera prima, preludio de una carrera cinematográfica de lo más prometedora.

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