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Juego de tronos 5x01: El inicio del cisma

Juego de tronos iniciaba quinta temporada con el primer flashback de su historia y lo hacía con Cersei Lannister como protagonista. Un viaje atrás en el tiempo muy revelador, que nos desvela por primera vez el vaticinio que atormenta a la reina madre de Poniente desde que era pequeña. No sólo su reinado será suplantado por una regente más joven y más hermosa (¿será Margaery? ¿Será Daenerys?) sino que a sus tres hijos les espera corona y mortaja de oro (Joffey fue el primero en cumplir los pronósticos). Malos augurios, por tanto, para la más codiciosa de la familia Lannister, cuyos tiempos gloriosos comenzaron a desvanecerse cuando su hermano Jaime perdió la ambición junto con la mano.

La HBO daba el domingo el pistoletazo de salida a la temporada más ambiciosa y esperada de la serie, una máxima que de bien seguro volverá a repetirse el año que viene en esta espiral sin techo a la vista que está experimentando el que ya es todo un fenómeno global. El esperado estreno quedó deslucido con la filtración de los primeros cuatro capítulos, que ya han saciado a los más ansiosos, pero a los pacientes que hemos preferido degustarla en nuestra dosis semanal, este primer bocado nos ha sentado de maravilla.

De momento, el cisma entre serie y libros que nos anticiparon los productores todavía no se ha producido. La trama discurre ya la senda de Danza de dragones, la quinta y última entrega disponible de Canción de hielo y fuego, con las licencias que los guionistas ya se tomaron en anteriores entregas. Pero llegará pronto ese apasionante momento en el que los lectores nos enfrentaremos a Juego de tronos desde el desconocimiento, en igualdad de condiciones. Es ahí cuando la ficción adquirirá todo su potencial para cautivar y sorprender.

Por primera vez también en la serie, el póster promocional de esta quinta temporada nos spoileaba de manera clara y directa un acontecimiento que ya se está empezando a fraguar: el impagable encuentro entre un Tyrion ávido de revancha y una Daenerys muy debilitada y necesitada de nuevos aliados. Ambos personajes se encuentran en horas bajas, uno sin la capacidad de dar rienda suelta a su astucia y mordiente, y la otra imposibilitada para implantar la paz y para controlar a sus tres retoños dragones, ahora convertidos en una seria amenaza incluso para su propia madre. El camino hacia el Trono de hierro se mantiene repleto de adversidades.

Al otro lado del mar Angosto, los personajes más sibilinos siguen moviendo ficha en su particular estrategia para ganar esas guerras que están por venir. Tras aquél ataque de personalidad en Aguasdulces que nos dejó a todos con la boca abierta, Sansa parece haber regresado a su estado habitual de letargo y sumisión, mientras su nuevo compañero de viaje, Meñique, la traslada a un destino incierto (se admiten apuestas).

Por su parte, la consorte en el punto de mira de Cersei, Margaery, mantiene impolutas sus aspiraciones al trono, con dos cadáveres maritales a sus espaldas (y previsiblemente un tercero, Tommen, por venir), y un hermano que mantiene la cota gay de la serie en sus picos más altos (aunque, de momento, la petición de las seguidoras que reclamaban más frontales masculinos en un vídeo de Youtube todavía no se acaba de cumplir).

Los nuevos escenarios que explorará Juego de tronos en esta nueva temporada de momento se hacen esperar, sobre todo esa Dorne que ha colocado a Sevilla y Osuna en el particular mapa de rodaje de la serie. La venganza de la casa Martell y la aparición de las serpientes de arena, otro frente abierto para los Lannister, queda pendiente para próximas entregas, como el destino de la pequeña Arya, que despidió la cuarta temporada rumbo a Braavos, y el de Theon Greyjoy, ahora convertido en Hediondo y en el personaje con una de las trayectorias más fascinantes e impredecibles de toda la trama.

Aún así, la imagen más poderosa del capítulo nos la reservaron para el final. Mance Rayder se niega a hincar la rodilla ante Stannis y prefiere morir quemado en la hoguera, ante los ojos de sus súbditos y de una Melisandre que es la única que permanece imperturbable ante los acontecimientos, absolutamente convencida de los poderes que le ha concedido el señor de la luz. El atisbo de esperanza llega con una flecha, la que lanza el siempre honorable, correcto y justo Jon Nieve, para terminar con el sufrimiento del rey más allá del muro. Un atisbo de bondad entre tanta crueldad y vileza. Sin duda, la espera ha merecido la pena.

El retorno de Juego de tronos ha servido para recordarnos por qué esta ficción no hace más que sumar adeptos y expectación. Tras la impecable superproducción, tras esos diálogos cargados de épica e ingenio, se encuentra una mente privilegiada y brillante, que parece tener muy claro el rumbo de la serie y de sus personajes. Sólo cabe esperar que los productores de su adaptación televisiva mantengan la misma impavidez y cordura de George R.R. Martin.

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