Ir al contenido principal

¿Hasta cuándo, Norma?

Era uno de los estrenos más esperados de la midseason y finalmente ha cubierto expectativas. El lunes el canal por cable A&E ponía fin a la primera temporada de la única de sus series que ha logrado traspasar la barrera del público minoritario, seguramente por el gran reclamo que supone cargar con la marca Psicosis en sus espaldas. Un peso que, como los superpoderes, conllevaba una gran responsabilidad y que sus productores han sabido llevar con notable habilidad.

Es probable que a Hitchcock le diera un soponcio si resucitara de golpe y viera su obra cumbre contextualizada entre campos de marihuana y tratas de blancas. Regresaría de nuevo a la tumba con esa chocante escena del piloto, de la que todavía no nos hemos recuperado, en la que un smarthpone hacía acto de presencia y nos situaba de repente en la época actual. Pero asumidas estas concesiones, sin las cuales probablemente Bates motel no daría más de sí, conviene reconocer que la precuela se ha resuelto con bastante ingenio y fidelidad.

Pero ¿hasta qué punto permanecerá leal a la historia original? Es la gran incógnita de una serie que por el momento ha sabido actualizar un mito del cine sin herir demasiado la sensibilidad de sus seguidores. Ninguno podrá quejarse hasta ahora de los esfuerzos de los guionistas por mantener la coherencia con la trama principal. Una reproducción fidedigna de los decorados, un casting de actores a la altura del elenco de los años 60 y, sobre todo, una explicación sosegada y creíble del origen del trastorno de personalidad múltiple de Norman.

Por el momento, Bates motel huye del agravio y sigue la senda del homenaje a Psicosis. Los guionistas ya nos han deleitado con los primeros pinitos de Norman en el oscuro arte de la taxidermia. Nos van narrando también los motivos que amenazan el futuro del negocio hostelero, con esa circunvalación de la autopista que también se nombra en la película original. Pero todos sabemos cómo termina esta extraña relación maternofilial y cuál sería el destino de esta ficción televisiva sin la presencia de Vera Farmiga. Sin duda, el trágico e inevitable final sólo se concibe como desenlace definitivo de la serie.

Porque Bates motel no se entendería, ni aguantaría, con la ausencia de Norma. Actriz y personaje han demostrado a lo largo de estos diez episodios su enorme influencia, no sólo sobre el joven adolescente, sino también sobre todos y cada uno de los pilares que sujetan la serie. Ahí están esas enormes escenas de Farmiga en el interior de la cárcel o en el coche ejerciendo el más burdo chantaje emocional sobre su hijo para demostrar que Farmiga es a esta producción lo que en su día fue Hugh Laurie a House. Inseparables.

La serie ha decidido despedirse hasta el año que viene sin demasiados sobresaltos (léase sin cliffhangers). Tras ese bellísimo plano general de madre e hijo subiendo las escaleras hacia el siniestro caserón con el cartel luminoso del mítico motel en primer plano, descubrimos el nuevo lapsus homicida de Norman con la pobre señorita Watson. ¿Qué otros oscuros secretos guardará el sheriff Romero? ¿Cuánto tardará en aparecer alguno de los familiares de Norma para alterar la paz familiar? Son algunos de los (débiles) ganchos que Bates motel ha lanzado para su nueva temporada. Esperemos que merezca la pena picar el anzuelo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

SÉ QUIÉN ERES | Aciertos y errores del thriller de la temporada

Con una legión de seguidores discreta pero infalible, en torno al 15% de cuota de pantalla, podría decirse que Sé quién eres es todo un hito en la historia de nuestra televisión. Pocas veces un thriller con una trama seriada ha logrado mantener espectadores semana tras semana, pendientes de un caso, el de la desaparición de Ana Saura, que, para colmo, se resolvía a mitad de estas dos temporadas fusionadas en una. Dieciséis capítulos vibrantes que culminaban este pasado lunes con un final sorprendente, no sólo por el asesinato inesperado de uno de sus personajes principales, sino también por la singularidad de su resolución. Probablemente por primera vez en estos lares, el happy end deja paso a un desenlace mucho más realista, el del triunfo del mal y del poder sobre el resto de mortales. A pesar de su notable éxito, sobre todo en un canal, Telecinco, con escaso recorrido para el drama seriado, Sé quién eres no ha supuesto la revolución que cabía esperar para nuestro panoram...

Los 8 momentos memorables del final de Mujeres Desesperadas

Pueden contarse con los dedos de una mano las series que han logrado cerrar la persiana sin remordimientos. Mujeres desesperadas seguramente se encuentre en ese reducido grupo de privilegiadas que alcanza el final satisfaciendo a la gran mayoría de sus seguidores , sin polémicas, sin originalidades, sin alterar, en definitiva, la esencia de una fórmula que la ha mantenido en antena durante ocho temporadas. Podrán vertirse muchas críticas sobre esta creación de Marc Cherry, gustarán más o menos algunas épocas de la serie, pero lo que no puede negársele a Mujeres desesperadas es la fidelidad a su público . La coherencia suele convertirse en la factura pendiente en producciones que, movidas por el éxito, suelen alargarse hasta el infinito, perdiendo en el camino la cordura ( Lost ) o a buena parte de su reparto original ( CSI ). Consciente de ello, Cherry decidió ponerle punto y final a su niña mimada antes de que el tiempo erosionara su identidad. La fecha escogida fue el p...

SIRÂT | Lo opuesto a una 'feel good movie'

Oliver Laxe lo tenía muy fácil. Su tercer largometraje podría haber discurrido por la misma senda de sus primeros minutos y convertirse en una buena feel good movie . Uno de esos filmes en los que dos mundos antagónicos, que se repelen, terminan comprendiéndose y trabajando por un bien común. En este caso, la búsqueda de una joven por parte de su padre, su hermano y su perro y un grupo de raveros.  El director de origen gallego nos estaba deleitando con todos los elementos necesarios para una película reconfortante, de la fotografía a la banda sonora, pasando por un plantel de actores no profesionales que dejan huella, hasta que decide “hacer saltar el cine por los aires”, en palabras de una crítica de El Mundo resaltada en el póster promocional de la cinta. Y, de repente, la sala enmudece, los espectadores nos recolocamos como podemos en nuestras butacas y nos adentramos en otra experiencia bien distinta.  Hasta ese momento, que por suerte pocos se atreven a desvelar, en un a...