Ir al contenido principal

Ya conocen las noticias, ahora les contaremos lo ideal

No es la primera vez que aborda el mundo de la televisión. Inició su carrera en la pequeña pantalla enseñando el trasfondo de un programa deportivo en Sports night y años más tarde probó suerte entre las bambalinas de un late night con la fallida Studio 60. Sin embargo, esta es la primera ocasión en la que Aaron Sorkin, el guionista de moda, decide sumergirse de lleno en la actualidad informativa.

The Newsroom se estrenaba el pasado domingo en la HBO con todos los ingredientes marca de la casa Sorkin. Verborrea inteligente, diálogos ágiles, tecnicismos accesibles, el walk and talk… Rasgos que le han valido una legión de seguidores pero también una cada vez más abultada lista de detractores. Quizá sean el motivo de las intensas críticas que le han llovido al creador de El ala oeste de la Casa Blanca por esta última propuesta. Parece que no hay novedades narrativas al frente. Sin embargo, sí existe en la serie un aliciente mayor: las noticias vistas desde el prisma de uno de los mejores guionistas de la televisión.

Sorkin logra darle majestuosidad, trascendencia, a la palabra. Lo demuestra con el inmenso discurso inicial de Will McAvoy, el presentador del canal de noticias en el que se desarrolla la serie y que pone en peligro su carrera dándole una gran bofetada al patriotismo de la audiencia. Pero también vierte todo su talento elevando a categoría de alta ficción algo tan rudimentario como el funcionamiento de una redacción.

No está mal la presentación del personaje de Jeff Daniels, con todo su histrionismo y su griterío, pero no es hasta que aparece en pantalla una alerta de noticia avisando del que será el mayor vertido de petróleo de la historia de Estados Unidos que The newsroom emprende el vuelo. Hasta ese momento ignoramos estar ante una de las propuestas más originales de la televisión. Y es que por fin una serie se atreve a retratar con nombres y apellidos, sin medias tintas, la actualidad más reciente.

Suponemos que el desastre ecológico originado en la planta petrolífera de BP será la primera de tantas noticias reales que pasarán por la redacción ficticia del canal ACN. Aguardamos impacientes para ver cómo se desarrollarán las tramas en torno a temas como la política sanitaria de Obama o la crisis económica mundial, asuntos que probablemente ocupen algún episodio de la serie. Y subrayo lo de ficticia porque si por algo se caracteriza The newsroom es por ofrecer una imagen absolutamente utópica, del todo romántica, de una profesión, la periodística, que hace ya tiempo que olvidó su función social.

¿Contrastar las fuentes? ¿Para qué, si los gabinetes de prensa lo dan todo mascadito? ¿Investigar? ¿Ah, pero no lo han hecho ya los de Associated Press? ¿Improvisar durante toda una hora de programa? Imposible, hay que amortizar el teleprompter. La gran baza de esta nueva serie de Sorkin es que aborda el periodismo desde la inédita óptica de la ciencia ficción. Toda una lección para la generación actual de informadores, que quizá con ella logremos recordar los buenos propósitos que un buen día nos enseñaron en la facultad.

Comentarios

Entradas populares de este blog

SÉ QUIÉN ERES | Aciertos y errores del thriller de la temporada

Con una legión de seguidores discreta pero infalible, en torno al 15% de cuota de pantalla, podría decirse que Sé quién eres es todo un hito en la historia de nuestra televisión. Pocas veces un thriller con una trama seriada ha logrado mantener espectadores semana tras semana, pendientes de un caso, el de la desaparición de Ana Saura, que, para colmo, se resolvía a mitad de estas dos temporadas fusionadas en una. Dieciséis capítulos vibrantes que culminaban este pasado lunes con un final sorprendente, no sólo por el asesinato inesperado de uno de sus personajes principales, sino también por la singularidad de su resolución. Probablemente por primera vez en estos lares, el happy end deja paso a un desenlace mucho más realista, el del triunfo del mal y del poder sobre el resto de mortales. A pesar de su notable éxito, sobre todo en un canal, Telecinco, con escaso recorrido para el drama seriado, Sé quién eres no ha supuesto la revolución que cabía esperar para nuestro panoram...

Los 8 momentos memorables del final de Mujeres Desesperadas

Pueden contarse con los dedos de una mano las series que han logrado cerrar la persiana sin remordimientos. Mujeres desesperadas seguramente se encuentre en ese reducido grupo de privilegiadas que alcanza el final satisfaciendo a la gran mayoría de sus seguidores , sin polémicas, sin originalidades, sin alterar, en definitiva, la esencia de una fórmula que la ha mantenido en antena durante ocho temporadas. Podrán vertirse muchas críticas sobre esta creación de Marc Cherry, gustarán más o menos algunas épocas de la serie, pero lo que no puede negársele a Mujeres desesperadas es la fidelidad a su público . La coherencia suele convertirse en la factura pendiente en producciones que, movidas por el éxito, suelen alargarse hasta el infinito, perdiendo en el camino la cordura ( Lost ) o a buena parte de su reparto original ( CSI ). Consciente de ello, Cherry decidió ponerle punto y final a su niña mimada antes de que el tiempo erosionara su identidad. La fecha escogida fue el p...

SIRÂT | Lo opuesto a una 'feel good movie'

Oliver Laxe lo tenía muy fácil. Su tercer largometraje podría haber discurrido por la misma senda de sus primeros minutos y convertirse en una buena feel good movie . Uno de esos filmes en los que dos mundos antagónicos, que se repelen, terminan comprendiéndose y trabajando por un bien común. En este caso, la búsqueda de una joven por parte de su padre, su hermano y su perro y un grupo de raveros.  El director de origen gallego nos estaba deleitando con todos los elementos necesarios para una película reconfortante, de la fotografía a la banda sonora, pasando por un plantel de actores no profesionales que dejan huella, hasta que decide “hacer saltar el cine por los aires”, en palabras de una crítica de El Mundo resaltada en el póster promocional de la cinta. Y, de repente, la sala enmudece, los espectadores nos recolocamos como podemos en nuestras butacas y nos adentramos en otra experiencia bien distinta.  Hasta ese momento, que por suerte pocos se atreven a desvelar, en un a...