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Mostrando entradas de febrero, 2011

OSCARS 2010. Mi (utópico) ranking personal para mejor película

1. Cisne negro "Obra maestra sin fisuras con final apoteósico que logra apoderarse de nuestra mente durante días." 2. La red social "Radiografía meticulosa y amarga de un fenómeno tan actual como Facebook cuyo mérito recae, sobre todo, en el guión de Aaron Sorkin." 3. The fighter "Espléndido trabajo de actores (Melissa Leo y Christian Bale) con retrato social y familiar conmovedores." 4. El discurso del rey "Película intimista y de exquisito sabor inglés que seduce a través de la palabra pero que no entusiasma como las tres anteriores." 5. Toy Story 3 "Regreso triunfal, once años después, de Woody y Buzz Lightyear, más desternillantes que nunca, pero que ya obtendrá el reconocimiento en la categoría de animación." 6. 127 horas "Ejercicio visual estimulante, como a los que nos tiene acostumbrados Danny Boyle, pero con una historia demasiado simple y cargada de spoilers." 7. Winter’s bone "Thriller costumbrista ambientado e

Fascinante descenso a los infiernos

Algo de electrizante tiene El lago de los cisnes . Logró convertir el final de Billy Elliot en uno de los más conmovedores del cine y vuelve a conseguirlo ahora con una cinta que transforma la partitura de Tchaikovsky en toda una metáfora sobre la lucha interior. El constante debate interno entre la bondad y la maldad, entre la cordura y la locura. Aronofsky utiliza una pieza clave de la música clásica para elaborar otro clásico de la historia cinematográfica , un Cisne negro que irrumpe en nuestra mente con la misma intensidad que la melodía del compositor ruso. El director neoyorquino sigue empeñado en plasmar los efectos secundarios de perseguir un sueño . Eso que está tan de moda, que contribuye a la realización personal, pero que puede llevar justo a la meta contraria, la autodestrucción. En Réquiem por un sueño lo mostró en su máxima crudeza, dejando al espectador con un mal cuerpo que pocas producciones han logrado originar. Cisne negro aborda el mismo proceso pero convirtie

América profunda

Sabíamos que la imagen cosmopolita de Estados Unidos, la del derroche y los rascacielos, no era del todo representativa. Muchas películas y documentales, como El luchador o Capitalismo: una historia de amor , nos han mostrado cómo entre costa y costa del país norteamericano se extiende todo un submundo capaz de sacarle los colores a la primera potencia occidental. Una realidad incómoda que sólo encuentra su reflejo en el cine independiente y que ahora con Winter’s bone regresa en su máxima sordidez . La casi debutante Debra Granik nos retrata la América profunda con la misma crudeza en la que malviven sus habitantes. Con tan sólo 17 años, Ree Dolly, la protagonista del filme, se ha visto obligada a madurar a marchas forzadas . Una madre senil y un padre fugitivo de la justicia la han obligado a tomar las riendas de la familia para evitar que sus dos hermanos pequeños mueran de hambre y terminen perdiendo sus escasas pertenencias. Un panorama desolador que la directora no se esfuerza

El acento catalán de los Goya

La política empañaba la celebración del 25 aniversario de los premios Goya y seguirá sobrevolando la Academia tras la entrega de premios. En pleno centro de Madrid, en la gran fiesta del cine español, salía triunfadora Pa negre , una cinta con acento catalán. Podrán encontrarse multitud de lecturas ideológicas, pero lo cierto es que la inusual carrera de Agustí Villaronga hace ya tiempo que merecía un reconocimiento . Su victoria ha servido como cura de humildad, en un año en que el sector se ha polarizado como nunca entre defensores y detractores de la ley Sinde, dejando a un lado los criterios artísticos. Con la derrota de Balada triste de trompeta (15 candidaturas, 2 goyas) y de También la lluvia (13 candidaturas, 3 goyas), los académicos parecen haberse pronunciado en contra de las caras largas y del lanzamiento de cuchillos. Pero no conviene obviar la polémica. Mientras algunos reivindicaban desde el escenario el cine en pantalla grande, las cifras de 2010 reflejan que sólo tres

Un combate de pesos pesados

Tras ver The fighter voy a tener que considerar mi fobia a los filmes sobre boxeo. Ya acudí con reticencias al cine cuando Clint Eastwood presentó Million Dollar Baby y salí considerándola una de sus mejores películas. Ahora con la laureada cinta de David O. Russell he sentido la misma pereza. Y nuevamente he vuelto a vivir una de las mejores experiencias cinematográficas, probablemente porque ambas tienen en común al boxeo como telón de fondo de grandes historias . El ring como metáfora de la lucha por la supervivencia. Hasta ahí las coincidencias entre ambas, porque tanto en planteamiento como en forma son diametralmente contrarias. La apuesta de The fighter está en los personajes, construidos a partir de una historia verdadera, la del boxeador Micky Ward, pero perfilados al milímetro por un guión meticuloso y honesto. Los llamados biopics tienden a mitificar y degradar con pasmosa facilidad. En este caso, el planteamiento ni edulcora ni juzga . Simplemente muestra una realidad que

Me lo haré mirar

¿Alguna vez os habéis sentido seres extraños en una sala de cine, como bichos raros e incomprendidos en una platea que reacciona al unísono ante los estímulos de un filme? Mi sensación durante el preestreno en Barcelona de Primos , la tercera cinta de Daniel Sánchez Arévalo, fue precisamente esa. Quizá no es que la comedia fuera mala, quizá el problema grave lo tenía yo. Si ninguno de los chistes, ninguno de los gags, me hizo puñetera gracia, mientras todo el mundo a mi alrededor se descojonaba en sus asientos, lo más probable es que mi humor no pase por su mejor momento . O peor todavía, que me esté convirtiendo en uno de esos seres amargados y pedantes que no miran más allá de un determinado cine de autor. Pero me niego a aceptarlo. Me gusta el humor inteligente, es cierto, al más puro estilo 7 vidas o El club de la comedia , por poner un ejemplo de nuestro país (curioso que no me venga ahora a la memoria ninguna comedia española destacable en la gran pantalla). Pero también me dest