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Mostrando entradas de febrero, 2008

Unos Oscar increíbles

Noche apoteósica para There will be blood . La mejor, sin duda, de las cinco nominadas a mejor película de la noche se alzó finalmente con las ocho estatuillas doradas a las que optaba. En un año claramente marcado por filmes de gran aceptación entre la crítica más sesuda pero de escasa respuesta en taquilla, la vencedora no podía ser otra que la última obra de Paul Thomas Anderson, la única que no perdía el oremus con tanto metraje. De igual forma que el vencedor en la categoría de mejor actor de reparto no podía ser otro que el actor español Javier Bardem. Sólo los realizadores norteamericanos, bien sabedores del significado de la palabra espectáculo, podrían ingeniárselas de tal forma para que fuera finalmente Penélope Cruz quien le entregara el preciado galardón. Sublime el momento en que la actriz no pudo reprimir otro de sus arranques de espontánea locura y gritó el nombre de su amado desde el escenario . Solo por ese ansiado beso entre ambos tortolitos mereció la pena trasnochar

ENTRADA Nº 100: El petrolero hecho (y deshecho) a sí mismo

Comenzó arriesgando su vida en lo más bajo de un pozo y terminó siendo uno de los más grandes magnates del petróleo. La vida de Daniel Plainview es la de un hombre hecho a sí mismo, la del éxito a base de esfuerzo, la del triunfo de un sistema en el que quien más tiene más obtiene. Sin embargo, la película no se detiene a enumerar las maravillas del ‘american way of life’, en el que cualquiera puede forrarse a fuerza de trabajo, sino que incide en todos y cada uno de los escrúpulos que uno puede ir perdiendo por el camino . Daniel Day-Lewis encarna a la perfección ese sistema feroz, ambicioso, perverso y destructivo que todo lo engulle. Su personaje sólo vive para una cosa y es para el petróleo, lo que viene a equivaler a dinero, mucho dinero. El líquido negro está por encima de los demás . Por encima de la gente humilde que ha tenido la dicha (o la desdicha) de habitar sobre inexplorados yacimientos petrolíferos. Por encima de su propio hijo, al que utiliza para convencer y estafar si

¿Es película para Oscar?

La gran proeza de Ethan y Joel Coen con No es país para viejos no es otra que adaptar de forma tan sumamente fiel la novela de Cormac McCarthy, cometido nada desdeñable si tenemos en cuenta que se trata de una narración bastante compleja carente de estilo directo y plagada de diferentes tipos de narradores. El gran logro de la película es alumbrar la trama de un libro en el que resulta tan complicado identificar a los distintos personajes . Y, sobre todo, reflejar de manera tan minuciosa algunos pasajes inolvidables de la historia. Al lector de No es país para viejos le habrá resultado muy sencillo, y también muy gratificante, identificar en pantalla las imágenes creadas durante la lectura como la persecución nocturna hasta el río, el sistema de ventilación de un motel de carretera como escondite o los encuentros del psicópata Chigurh con un grupo de jóvenes que a cambio de un puñado de dólares le ofrecen gustosos su camisa al asesino. No es país para viejos , la película, es tan fid

'Juno', la película 'indie' de manual

Es la que parte con menos posibilidades de alzarse con el Oscar a mejor película y, al no tratarse de nuestra academia de cine sino de una institución menos idealista, es muy probable que así sea. De llevarse la estatuilla estaríamos ante uno de los más grandes resbalones de la historia de estos premios , si es que no ha sido suficiente ya su inclusión en la lista de nominados. Juno no merece ocupar el puesto de otras producciones con más sabor a Oscar como American Gangster , En el valle de Elah o Sweeney Todd . No porque sea una película independiente, sino porque no estamos ante una Pequeña Miss Sunshine original y fresca . Este es un producto deliberadamente confeccionado para encajar en los cánones de ese cine llamado ‘indie’ y está tan requetepensado que pierde por el camino cualquier atisbo de independencia, al menos en lo que a ideas se refiere. No bastan unos títulos de crédito la mar de monos y montajes ingeniosos como el que nos viste a la chica preferida por el guaperas

Los Goya y su alergia al taquillazo

Curiosa manera tiene nuestra academia de cine de rendir cuentas a la hora de conceder premios. Parece que los Goya tengan que nadar siempre a contracorriente para reivindicar un espíritu libre e independiente. De ahí que El orfanato y su prodigiosa campaña de marketing (más de 4 millones de espectadores, película más taquillera del año por delante de superproducciones de Hollywood) resulten demasiado comerciales para merecer la estatuilla, que finalmente ha caído en manos de Jaime Rosales y La soledad (¿Por qué no el galardón a mejor guión? ¿Por qué tampoco la preselección para los Oscar?). Que no se engañe la presidenta de la Academia cuando reivindica que el cine español existe más allá de la taquilla. Gracias a filmes de género como El orfanato o REC se han podido salvar las nefastas cifras de este año. Éxitos comerciales y, aún así, derroches de talento que no han sido correspondidos por unos académicos alérgicos al taquillazo. En una de las ediciones más injustas de la histori